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Howard Schultz, de Starbucks a ¿la Casa Blanca?

El exejecutivo no sólo administró una gran empresa, sino que ha enfocado la atención pública en temas como la educación, la raza y los veteranos.

Por: Courtney Weaver | Publicado: Viernes 8 de junio de 2018 a las 04:00 hrs.
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Washington

Hay quienes mojan un dedo en el agua. Y hay quienes se sumergen en lo profundo, con la cabeza por delante, una metáfora que describe la estrategia reciente de Howard Schultz. El lunes, Schultz, de 64 años, anunció que dejaría su rol como presidente ejecutivo de Starbucks, la empresa donde pasó 35 años y que transformó en una marca global. Un día después, indicó en entrevistas que está considerando desafiar a Donald Trump para la presidencia de Estados Unidos en 2020.

Se ha rumoreado por mucho tiempo que Schultz estaría considerando postular a la presidencia. En 2015, apareció en la portada de la revista Time en medio de rumores de que podría buscar la presidencia incluso en 2016. Mientras muchos estrategas demócratas dicen que todavía ven la nominación de Schultz como una posibilidad remota, algunos en el partido, incluyendo a donantes, dicen que estarían listos para mirar de cerca la candidatura de Schultz.

“Por el lado bueno, creo que los votantes –número uno- van a buscar a lo contrario de su predecesor”, dijo Kris Balderston, un exasesor de Bill y Hillary Clinton, y fundador de Balderston Strategic Partnerships.

Ellos podrían optar por un veterano servidor público con un historial, dijo, o cambiar hacia el otro lado y apoyar a un outsider progresista, el inverso ideológico del actual presidente.

Schultz podría no ser la mejor opción para cumplir ese segundo rol, afirmó Balderston. En primer lugar, el exlíder de Starbucks parece demasiado entusiasta. “Creo que los votantes aman a los candidatos reticentes. Como Oprah”, explicó Balderston. “Es como salir en una cita. Entre más dices que no, más atractivo eres”, explicó.

En una entrevista con CNBC el martes, Schultz delineó los cimientos de su plataforma, enfocándose en inmigración (“no creo que tengamos una política muy humana”); las políticas arancelarias del presidente (“estamos en una guerra comercial que no entiendo”); y las falacias del recorte de impuestos de los republicanos, que según él están forrando los bolsillos de las empresas del Fortune 500 (“América Corporativa no necesitaba una reducción tributaria a 21%”).

Origen humilde

Personas que conocen a Schultz dicen que sus visiones políticas cargadas a la izquierda tienen profundas raíces en su infancia en el sector Canarsie en Brooklyn, Nueva York, donde creció en viviendas sociales y su padre trabajó como conductor de camiones, obrero de una fábrica y chofer de taxi sin seguro de salud.

Schultz recibió una beca para la Universidad de Northern Michigan. Después de trabajar en ventas para Xerox, se fue a administrar una empresa de cafeterías de Seattle con 20 empleados, que eventualmente transformaría en Starbucks, que ahora tiene más de 28 mil tiendas en cerca de 80 países.

En 2016 observó de cerca el flirteo de Michael Bloomberg con la Casa Blanca, viendo paralelos con un par judío multimillonario. Su candidatura ha sido alentada por el cofundador de DreamWorks David Geffen, y Richard Edelman, jefe de la empresa de relaciones públicas Edelman.

Sus adherentes dicen que Schultz intentará apalancar su experiencia, no sólo en administrar una empresa de miles de millones de dólares, sino que en usar su púlpito corporativo para enfocar la atención pública en termas como la educación, la raza y los veteranos.

Schultz, quien coescribió un libro sobre veteranos, hizo que fuera una prioridad para Starbucks contratar a exmiembros del Ejército y refugiados. La semana pasada, cerró todos los locales en EEUU para realizar charlas a los empleados sobre prejuicios raciales después de que la policía detuviera a dos hombres afroamericanos que estaban esperando a un amigo en un Starbucks en Filadelfia.

Apuesta por un outsider

A pesar de que un candidato no tradicional como Schultz habría tenido problemas para obtener apoyo de los miembros y donantes del Partido Demócrata en otro ciclo eleccionario, la derrota de Clinton en 2016 creó un campo de juego más nivelado. Los veteranos del partido ya no tienen el poder que tenían en primarias anteriores.

Pero Satish Narayanan, consultor y alumnus de las administraciones Clinton y Obama, advirtió que algunas de las credenciales de Schultz como un empleador progresista se podrían perder en votantes que ven el estilo de vida proyectado por la empresa de Schultz como fuera de tacto con su propia realidad.

“Es vista como una marca liberal elitista”, dijo Narayanan. “No creo que la gente en Kansas esté sentada conversando sobre cómo es Starbucks con sus empleados. Creo que su imagen es lattes de US$ 5”, apuntó.

Jim Manley, exasesor de los senadores demócratas Harry Reid y Ted Kennedy, agregó: “Después de Trump todo es posible, pero veo esto como nada más que una quimera de un multimillonario con dinero para gastar”.

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