La alianza Renault-Nissan se desmorona tras la salida de Carlos Ghosn

Londres/Paris/Tokio

Varias de las funciones comerciales conjuntas de Renault y Nissan se están debilitando silenciosamente, a medida que la alianza de ambas automotrices se desmorona con la ausencia de Carlos Ghosn, según varios actuales y exempleados.

Algunos departamentos que supervisan las funciones conjuntas dentro de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi están siendo desmantelados, mientras que otros no han recibido nuevo trabajo en meses. “La gente no tiene nada que hacer”, dijo uno de los empleados.

Hasta su arresto en Tokio en noviembre por cargos de mala conducta financiera, Ghosn, como presidente de Nissan y presidente ejecutivo de Renault, había presionado para que su alianza se hiciera “irreversible”.

Ahora la oficina del CEO, que supervisa día a día el funcionamiento conjunto de la alianza -y en la que participan varios ejecutivos senior- se está disolviendo, mientras que otras áreas como vehículos ligeros comerciales, ventas y marketing, y comunicaciones se están reduciendo y despidiendo empleados, de acuerdo con fuentes cercanas a la compañía.

Los voceros designados para la alianza Renault y Nissan, declinaron hacer comentarios.

En el año anterior a su arresto, Ghosn hizo una serie de nombramientos en ambos lados para realizar funciones a “nivel de alianza”, redistribuyendo ejecutivos para supervisar las operaciones de las dos compañías, que van desde la fabricación hasta la postventa.

Algunos departamentos ya están fusionados, como el de compras, que supervisa las adquisiciones de todos los componentes en la alianza de los 10 millones de vehículos.

Pero muchas de estos nombramientos originaron nuevos departamentos, en donde los dos grupos rivales no tenían operaciones previas.

La idea era poner a las empresas en un camino de integración cada vez mayor, con el objetivo de alcanzar los 10 mil millones de euros en sinergias conjuntas para 2022 y, por lo tanto, hacer que la alianza fuera “irreversible”.

Relaciones empeoran

Desde el arresto de Ghosn por cargos que él niega, Francia y Japón se han alejado mucho más, en parte debido a una relación cada vez más tensa entre los dos equipos administrativos rivales.

“Es justo decir que la relación está en su peor punto en 20 años, y eso está impactando en las operaciones conjuntas”, dijo una segunda persona cercana a la situación. Esto ha afectado las funciones de la alianza, con algunas programadas para el cierre, mientras que otras simplemente se ignoran.

La cooperación entre las partes siempre fue “dependiente de la buena voluntad” y se ha evaporado en meses recientes, dijo una persona.

Financial Times reveló este mes que el presidente de Renault, Jean-Dominique Senard, escribió al director ejecutivo de Nissan, Hiroto Saikawa, diciéndole que utilizaría las acciones de Renault para bloquear los cambios de gobernanza propuestos por el fabricante japonés en su reunión anual de hoy.

La carta marcó un nuevo mínimo en las relaciones entre ambas partes, que se han vuelto más tensas desde la remoción de Ghosn, quien funcionaba como el pegamento de dos negocios culturalmente diferentes.

Una nueva forma de colaboración fue delineada en abril por los nuevos líderes de Renault, Nissan y Mitsubishi, basados más en proyectos individuales que en la integración de las tres compañías. No está claro si los nuevos proyectos han comenzado.