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La caída del dólar probablemente no beneficiará a la economía global esta vez

El impulso para las naciones desarrolladas sería anulado por la apreciación de las monedas de los mercados emergentes.

Por: Financial Times | Publicado: Lunes 31 de agosto de 2020 a las 12:11 hrs.
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Chris Giles y Eva Szalay en Londres

Un dólar a la baja generalmente impulsa el comercio, mejora la resiliencia de la economía mundial y ayuda a reducir los desequilibrios comerciales, pero es poco probable que su caída desde el inicio de la crisis provocada por la pandemia lo haga esta vez.

Esto se debe en parte a que la particular confluencia de los movimientos monetarios globales ha creado ganadores y perdedores, y también a que la propagación del virus en sí misma está obstaculizando la capacidad de ajuste de las economías.

Desde principios de junio, el dólar ha experimentado una repentina pérdida de popularidad entre los inversionistas, que han pasado de verlo como un refugio global a una apuesta pasada de moda. El dollar index ha caído más de 9% desde su máximo de marzo inducido por la crisis.

Las razones para mantener dólares han disminuido rápidamente, según muchos analistas de divisas.

Los recortes de las tasas de interés de la Reserva Federal han erosionado el diferencial entre EEUU y otras economías desarrolladas como parte de su respuesta a la crisis del Covid-19.

Mientras tanto, las dificultades del gobierno de EEUU para mantener el coronavirus bajo control comparadas con los gobiernos más efectivos de Europa y Asia, se suman a un aumento en la confianza sobre las perspectivas para la eurozona y el euro tras la creación del Fondo Europeo de Recuperación de 750 mil millones de euros para reconstruir la economía del continente después de la pandemia.

“El dólar ha pasado a un mercado bajista. No va a suceder en las próximas semanas, pero en el transcurso de los próximos cinco años creemos que el dólar podría debilitarse entre 15% y 20% frente a una canasta de sus pares”, dijo Aaron Hurd, una gestor de cartera senior de State Street Global Advisors.

Según los analistas de JPMorgan “es probable que el crecimiento relativo y no las tasas de interés más altas en EEUU, sea el motor dominante del dólar… El elevado nivel de contagios en EEUU… y el panorama político probablemente seguirán actuando como un lastre neto para el dólar".

Entre las economías avanzadas, es probable que la caída del dólar tenga efectos globales beneficiosos, siempre que no se convierta en un desplome. Durante décadas, Estados Unidos ha tenido persistentes déficits en el comercio y en su cuenta corriente y una moneda más débil mejora la competitividad de las exportaciones estadounidenses al tiempo que encarece las importaciones de otras economías avanzadas.

Junto con cualquier impulso a la demanda interna que el fondo de recuperación de la UE pueda generar, el efecto neto debería ser una economía global más equilibrada con un nivel de demanda más alto, aunque los efectos podrían no ser grandes si EEUU continúa teniendo más acceso a financiamiento barato que otros.

Efecto desigual

Pero no todas las partes de la economía mundial están experimentando una caída del dólar. El índice del dólar mide el valor de la moneda estadounidense frente a una canasta de monedas de economías avanzadas, dominada por el euro. La moneda de la eurozona representa 57,6% del peso de la cesta de divisas, y se le unen el yen, la libra esterlina, el dólar canadiense, la corona sueca y el franco suizo.

Pero el índice no incluye las monedas de ninguna economía emergente, y el dólar se ha apreciado frente a la mayoría de ellas desde que surgió la pandemia. El dólar ha ganado casi 25% frente al real brasileño desde marzo, mientras que es más de un 10% más fuerte frente al peso mexicano y al rublo ruso.

Y son estos movimientos de divisas los que amenazan con socavar las perspectivas de la economía mundial.

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La economía tradicional predeciría que las monedas de la mayoría de las economías emergentes se beneficiarían de un debilitamiento frente al dólar, porque generaría un impulso en la demanda, tanto al hacer que sus exportaciones sean más competitivas como al elevar el precio de las importaciones. Pero un número creciente de economistas teme que este argumento sea incorrecto.

El comercio de las economías emergentes y en desarrollo se cotiza en gran parte en dólares estadounidenses, por lo que sus exportaciones no se vuelven más competitivas cuando sus monedas se debilitan. Esto significa que el impulso en la demanda es mucho más débil, según sugirió recientemente una influyente investigación del FMI. Y debido a que las importaciones de otras economías emergentes también se cotizan en dólares, todo el comercio general se ve afectado, y no solo las importaciones de EEUU.

Este efecto se ha visto agravado por el coronavirus. La mayor exportación que se cotiza en moneda nacional es el turismo, que se ha visto muy afectado por las restricciones de viaje y está sufriendo mucho más de lo que normalmente sufre cuando las monedas emergentes se debilitan.

Los gobiernos y las empresas de las economías emergentes que se han endeudado en dólares se encuentran en el extremo más agudo de esta crisis porque necesitan mayores ingresos internos para financiar los préstamos existentes.

Combinación tóxica

El FMI sostiene que es probable que esta combinación sea tóxica para la economía mundial.

El fortalecimiento del dólar frente a las economías emergentes y en desarrollo “probablemente amplificarán la caída a corto plazo del comercio y la actividad económica mundial”, concluyeron analistas del organismo.

Incluso las economías que se han beneficiado de los movimientos de divisas inducidos por la pandemia probablemente no se beneficiarán mucho, dijo Stephen King, asesor principal de HSBC.

Tener una moneda en alza frente al dólar “eliminaría un poco la presión de financiamiento de los mercados emergentes, pero no lo suficiente como para compensar por los efectos de la pandemia y la pérdida de poder fiscal”, dijo.

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