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La economía mundial ahora está colapsando

Estamos en medio de una pandemia con grandes consecuencias. Pero queda mucho por aclarar. Una incertidumbre importante es cómo los líderes miopes responderán a esta amenaza global.

Por: Martin Wolf | Publicado: Miércoles 15 de abril de 2020 a las 04:00 hrs.
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Foto: Reuters
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En su Panorama Económico Mundial más reciente, el Fondo Monetario Internacional llama a lo que está sucediendo ahora, el “Gran Bloqueo”. Yo prefiero el “Gran Cierre”: esta frase capta la realidad de que la economía global colapsaría incluso si las autoridades no estuvieran imponiendo bloqueos y podría seguir colapsada después de que se terminen las cuarentenas. Sin embargo, como sea que lo llamemos, esto está claro: es la crisis más grande que el mundo ha enfrentado desde la Segunda Guerra Mundial y el mayor desastre económico desde la Depresión de los ‘30. El mundo ha llegado a este momento con divisiones entre sus grandes potencias e incompetencia en los niveles más altos de gobierno de proporciones terroríficas. Superaremos esto, pero ¿a qué?

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En enero, el FMI no tenía idea de lo que estaba a punto de golpear, en parte porque los funcionarios chinos no se habían informado entre sí, y mucho menos al resto del mundo. Ahora estamos en medio de una pandemia con grandes consecuencias. Pero queda mucho por aclarar. Una incertidumbre importante es cómo los líderes miopes responderán a esta amenaza global.

El FMI ahora sugiere que el Producto Interno Bruto global per cápita se contraerá un 4,2% este año, mucho más que el 1,6% registrado en 2009, durante la crisis financiera mundial. El 90% de todos los países experimentarán un crecimiento negativo en el PIB real per cápita este año, frente al 62% en 2009, cuando la sólida expansión de China ayudó a amortiguar el golpe.

En enero, el FMI pronosticó un crecimiento suave este año. Ahora pronostica una caída de 12% entre el último trimestre de 2019 y el segundo trimestre de 2020 en las economías avanzadas y una caída de 5% en los países emergentes y en desarrollo. Pero, de forma optimista, se pronostica que el segundo trimestre será el punto más bajo. A partir de entonces, espera una recuperación, aunque estima que el Producto en las economías avanzadas se mantendrá por debajo de los niveles del cuarto trimestre de 2019 hasta 2022.

Esta “línea de base” supone que la reapertura económica será en el segundo semestre de 2020. De ser así, el FMI pronostica una contracción global de 3% en 2020, seguida de una expansión de 5,8% en 2021. En las economías avanzadas, el pronóstico es de una contracción de 6,1% este año, seguida de una expansión de 4,5% en 2021. Todo esto puede resultar demasiado optimista.

Tres escenarios

El FMI ofrece tres escenarios alternativos. En el primero, los bloqueosduran un 50% más que en el escenario base. En el segundo, hay una segunda ola del virus en 2021. En el tercero, estos elementos se combinan. Bajo bloqueos más largos este año, el PIB global es un 3% menor en 2020 que en el escenario base. Con una segunda ola de infecciones, el PIB global estaría un 5% por debajo de la línea de base en 2021. Con ambas desgracias, el PIB mundial estaría casi un 8% por debajo del escenario base en 2021. Bajo esta última posibilidad, el gasto público en economías avanzadas sería 10 puntos porcentuales más alto en relación al PIB en 2021 y la deuda pública 20 puntos porcentuales más en el mediano plazo que en la línea de base ya desfavorable. No tenemos una idea real de cuál será la más correcta. Puede ser aún peor: el virus puede mutar; la inmunidad para las personas que la han tenido podría no durar; y una vacuna podría no estar disponible. Un microbio ha derrocado toda nuestra arrogancia.

¿Qué debemos hacer para manejar este desastre? Una respuesta es no abandonar los bloqueos antes de que la tasa de mortalidad esté bajo control. Será imposible reabrir las economías con una epidemia furiosa, un aumento en el número de muertos y el colapso de los sistemas de salud. Incluso si se nos permitiera comprar o volver a trabajar, muchos no lo harían. Pero es esencial prepararse para ese día, creando capacidades enormemente mejoradas para probar, rastrear, poner en cuarentena y tratar a las personas. Ahora no debe ahorrarse ningún gasto en esto o en la inversión en la creación, producción y uso de una nueva vacuna.

Sobre todo, como dice el ensayo introductorio a un informe del Instituto Peterson en Washington sobre el papel esencial del Grupo de los 20 países líderes: “En pocas palabras, en la pandemia de Covid-19, la falta de cooperación internacional significa que morirá más gente”. Esto es cierto en la política sanitaria y en asegurar una respuesta económica global efectiva. Tanto la pandemia como el Gran Apagado son eventos mundiales. La ayuda con la respuesta sanitaria es esencial, como subraya Maurice Obstfeld, execonomista jefe del FMI, en el informe. Sin embargo, también lo es la ayuda económica para los países más pobres, a través del alivio de la deuda, subvenciones y préstamos baratos. Se necesita una nueva y enorme emisión de los derechos especiales de giro del FMI, con la transferencia de asignaciones innecesarias a los países más pobres.

Trabajo en conjunto

El nacionalismo económico de suma negativa que ha impulsado Donald Trump durante su mandato como presidente de Estados Unidos, e incluso ha surgido dentro de la Unión Europea, es un peligro grave. Necesitamos que el comercio fluya libremente, especialmente (pero no únicamente) en equipos y suministros médicos. Si la economía mundial se desmorona, como sucedió en respuesta a la Depresión, la recuperación se arruinará, si no se mata.

No sabemos qué nos depara la pandemia o cómo responderá la economía. Sabemos lo que debemos hacer para superar este trastorno aterrador con el menor daño posible.

Debemos controlar la enfermedad. Debemos invertir masivamente en sistemas para manejarla después de que finalicen los bloqueos actuales. Debemos gastar lo que sea necesario para proteger a nuestra gente y nuestro potencial económico de las consecuencias. Debemos ayudar a miles de millones de personas que viven en países que no pueden ayudarse a sí mismos sin ayuda. Debemos recordar sobre todo que en una pandemia, ningún país es una isla. No sabemos el futuro. Pero sí sabemos cómo debemos tratar de darle forma. ¿Lo haremos? Esa es la pregunta. Temo mucho nuestra respuesta.

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