FT Español

La reinvención de Federer refleja la profunda transformación del tenis

Su regreso es un ejemplo de la envergadura de los cambios en el tenis masculino. Los cinco primeros jugadores del ranking tienen hoy más de 30 años.

Por: Raul Jacob, Financial Times | Publicado: Jueves 6 de julio de 2017 a las 09:59 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Si hay una imagen que define el campeonato de Wimbledon del año pasado, es la de Roger Federer en el suelo. Conocido por la sofisticación con la que se mueve por la pista, el suizo apenas se tropieza ni cae. Al final de un punto brutal en el último set de la semifinal contra Milos Raonic, su rodilla izquierda le traicionó. Cayó sobre el césped y permaneció allí varios segundos, como si estuviera muerto.

Su caída, semanas antes de cumplir 35 años, parecía el presagio de la retirada de un campeón. Por primera vez desde que en 2001 ganara a Pete Sampras en Wimbledon, el jugador con más ingenio parecía haberse quedado sin ideas. A pesar de sus 17 títulos de Grand Slam, Federer no había ganado ninguno de los cuatro grandes campeonatos desde 2012.

Tras una década y media entre los cinco primeros, muchos le veían más lento y menos seguro de sí mismo. Parecía no haber vuelta atrás. En enero de 2017, Federer regresó de un parón de seis meses para curar bien su rodilla y ganar el Open de Australia. A su victoria en Melbourne contra Nadal, al que no había ganado un gran slam desde hacía diez años, le siguieron las victorias de Indian Wells y Miami, también contra Nadal.

Stefan Edberg, que inició el proceso de hacer de Federer un jugador más agresivo mientras le entrenó entre 2013 y 2015, cree que "es increíble lo que ha ocurrido en 2017. No tengo palabras". La número uno del ranking femenino, Serena Williams, también de 35 años, ha ganado el Open de Australia en sus primeros meses de embarazo. Pero Williams ha reinado en la pista durante la última década. Federer juega ahora mejor que hace doce años a pesar de que la competencia es más dura. Aunque Nadal, Andy Murray y Novak Djokovic son contemporáneos suyos, tienen cuatro o cinco años menos que él, una eternidad en la elite del deporte.

Los 30 son los nuevos 25

Si Federer fuera capaz de ganar Wimbledon, batiría el record del campeón de más edad que ostenta Arthur Ashe desde 1975, cuando ganó con 31 años.

Desde entonces, el tenis masculino ha cambiado enormemente. Con la tecnología pueden fabricarse raquetas que parecen armas para batallar en el espacio. La enorme potencia que generan también exige flexibilidad y excelente forma. Conseguir un punto hoy es más difícil que en la época de Ashe. Esto hace que la recuperación de Federer sea aún más sorprendente.

Roger Federer es, en cierto modo, único en su especie. Pero en otros aspectos su regreso es un ejemplo de la envergadura de los cambios en el tenis masculino. Su longevidad contrasta con leyendas como la de Bjorn Borg y John McEnroe, que abandonaron la cima antes de cumplir los 30. La forma de ganar de Federer encarna la transición hacia un deportista mucho más sano y con más años: los cinco primeros del ranking tienen hoy más de 30 años. El número uno en 2017 será alguien de esta edad, algo que no ocurre desde que se iniciaron los rankings en 1973.

En el tenis, los 30 son los nuevos 25. Como Federer, Rafa Nadal está jugando mejor que hace una década, destrozando la pista en Roland Garros apenas un año después de que él mismo se descartara por las constantes lesiones. Este año es la quinta vez que él y Federer han ganado los dos primeros Grand Slam del año, pero la primera vez desde 2010. Casi una década después de que jugaran la final de Wimbledon en 2008, para muchos el mejor partido de tenis de la historia, el suizo y el español podrían repetirlo. Su ejemplo hace creer a otros que pueden jugar durante más años.

Nuevas estrellas

El hecho de que Federer, Nadal, Djokovic, Murray y, recientemente, Wawrinka ganen todos los grandes títulos mantiene viva la rivalidad y atrae a los aficionados. Sin embargo, el aspecto negativo es que tenistas más jóvenes como Marin Cilic, Kei Nishikori y Milos Raonic son incapaces de alcanzar el top 5 del ránking ATP. La popularidad del tenis depende de la regeneración a través de nuevos jugadores carismáticos que sustituyan a las antiguas estrellas.

La reinvención no se detiene. El pasado domingo, Federer utilizó técnicas más agresivas contra el joven alemán Zverev en la final del torneo sobre hierba de Halle. El suizo derrotó a un oponente quince años menor que él por 6-1 y 6-3 en un partido que fue menos complicado de lo que sugiere el resultado.

La increíble capacidad de Federer para restar importancia a la presión que supone estar en lo más alto le ha beneficiado en su larga trayectoria profesional. Cuando le conocí en 2005, le pregunté por qué seguía entrenando tan duro si acababa de ganar Wimbledon y el US Open por segundo año consecutivo. Federer contestó: "Ahora que me he convertido en el número uno, represento a mi deporte y, para mí, no hay nada más importante que eso".

Esta respuesta quizás explique por qué perseveró durante aquellos años en los que no ganó ningún título importante, cuando se lesionó en 2016, o cuando otras personas ya señalaban el fin de su carrera. Este año, no sólo se está viendo a Federer en su mejor momento, sino que ha perfeccionado su juego. En la final del Open de Australia frente a Nadal, el suizo mostró una fuerte determinación que no siempre saca en los cara a cara contra el mallorquín o Djokovic. Algún día, un gran novelista escribirá sobre los logros de Federer, pero, de momento, volvemos a verlo en televisión.

Lo más leído