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Los errores de cálculo de la Fed por la inflación corren el riesgo de dañar a los más pobres

Mientras más se demore el banco central de EEUU en renunciar a su narrativa sobre un alza de precios "transitoria", más severa será la recesión.

Por: Financial Times, traducido por Bernardita Herrera | Publicado: Jueves 11 de noviembre de 2021 a las 13:39 hrs.
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Mohamed El-Erian*

Una vez más, un índice de inflación ampliamente observado sorprendió al alza. Una vez más, los factores subyacentes de la inflación continúan extendiéndose. Una vez más, los segmentos más vulnerables de la población son los más afectados. Y una vez más, quienes durante todo este año han estado calificando este episodio de inflación como “transitorio” parecen reacios a revisar sus convicciones, a pesar de los datos consistentemente contrarios.

Por un lado, esta vacilación no debería ser una gran sorpresa, dadas las trampas conductuales habituales: en este caso, incluyen enfoques inapropiados, sesgos de confirmación, inercia narrativa y resistencia a la pérdida de prestigio. Sin embargo, su persistencia frente a datos repetidamente contradictorios aumenta gravemente el riesgo de daños económicos, financieros, institucionales y sociales que de otro modo podrían evitarse.

Según los datos publicados el miércoles, los precios al consumidor de Estados Unidos subieron 0,9% en octubre, muy por encima de la mediana de las previsiones de 0,6%. Esto llevó la tasa de inflación anual a 6,2%, nuevamente por encima del 5,9% esperado por el consenso y la más alta en 31 años.

Es probable que esta inflación inusualmente alta continúe en los próximos meses, dado que los aumentos de precios ya están en proceso. Solo esta semana, los índices de precios al productor en China y EEUU registraron subidas de 13,5% y 8,6%, respectivamente.

Los aumentos salariales también se están moviendo más alto y, a juzgar por la reciente temporada de ganancias corporativas, muchas empresas se están preparando para que los factores subyacentes –desde interrupciones en la cadena de suministro, capacidad insuficiente de camiones y puertos obstruidos, hasta altas tarifas de flete y escasez de mano de obra– duren hasta el próximo año. 

No es de extrañar que la racha de los últimos meses de inflación persistentemente alta haya comenzado a cambiar el comportamiento. Las demandas salariales están aumentando en más sectores, al igual que las amenazas de huelgas. Las empresas se sienten más cómodas con el aumento de precios dada la sólida demanda. Incluso hay indicios de que los consumidores están adelantando sus compras.

A pesar de la trifecta de una inflación persistentemente más alta de lo esperado, nuevos aumentos de precios y un comportamiento cambiante, la narrativa de la inflación está demostrando una evolución particularmente lenta en la Reserva Federal de EEUU. Con eso, la política monetaria sigue a la zaga de la realidad.

La falta de una voz creíble del banco central sobre la inflación también deja a los mercados en una posición confusa. Basta observar la alta volatilidad en los mercados de bonos gubernamentales que está golpeando incluso a los inversionistas más sofisticados y experimentados.

La vacilación de la Fed es un riesgo material para el bienestar económico y social. Digo esto con pleno conocimiento de que una reducción del estímulo de emergencia de la política monetaria no resolverá las interrupciones de la cadena de suministro y la escasez de mano de obra, las dos principales causas de la aceleración de la inflación por el alza de los costos.

Sin embargo, la continua marginación de la amenaza inflacionaria por parte de la Fed corre el riesgo de empeorar las cosas, al desanclar las expectativas inflacionarias debido a la persistencia de una política monetaria extremadamente expansiva, condiciones financieras favorables récord (según el índice semanal de Goldman Sachs) y la falta de orientación adecuada en materia de políticas futuras.

También reforzará la opinión de que la Fed está cautiva de los mercados financieros, especialmente dada su postura regulatoria relativamente laxa, e insensible al continuo empeoramiento de la desigualdad.

Hay mucho en juego aquí. Cuanto más tarde la Fed retire el pie del acelerador del estímulo monetario, mayor será la probabilidad de que tenga que frenar de forma más agresiva en el futuro. Esto socavaría innecesariamente una recuperación económica que debe ser sólida, inclusiva y sostenible.

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Al socavar la estabilidad macroeconómica, esto también dificultaría el desarrollo del financiamiento verde y otras iniciativas climáticas, y colocaría más obstáculos en el camino de la ambiciosa agenda económica de la administración Biden. La inflación seguirá golpeando con especial dureza a los hogares de bajos ingresos. El alza de los precios de los alimentos y la gasolina ya está quitando una gran parte de los presupuestos familiares.

El escenario de riesgo adverso también se está volviendo más preocupante. Cuanto más se retrase la Fed, mayor será la amenaza de que sea un impulsor de tres de las cuatro fuerzas contractivas simultáneas, a mediados del próximo año, si no antes: tasas de interés más altas, inestabilidad del mercado financiero, reducción en el valor real de los ahorros de los hogares y la erosión del estímulo fiscal.

Si estos se materializan juntos –y las probabilidades están aumentando– la economía de EEUU terminaría en una recesión que de otro modo podría evitarse, lo que también reduciría las tasas de crecimiento en el resto del mundo. Si bien esto reduciría la inflación, lo haría a un costo enorme.

Las cifras de inflación de esta semana amplifican una alarma que ha estado sonando por un tiempo. Esperemos que, esta vez, la alarma incite a la Fed a tomar medidas monetarias adicionales, comenzando con una aceleración el próximo mes en el calendario de reducción de masivas compras de activos.

La buena noticia es que todavía hay una ventana para un ajuste efectivo de la política monetaria. La mala noticia es que la ventana se ha estrechado y se está volviendo incómodamente pequeña. No actuar con prontitud convertiría la caracterización cada vez más desacreditada de la Fed de una de las peores inflaciones en décadas, como "transitoria", en gran error de política con daños generalizados e innecesarios, particularmente para los segmentos más vulnerables de la sociedad.

* El autor es presidente del Queens 'College, Cambridge y asesor de Allianz y Gramercy

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