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Los primeros 100 días de Duque en Colombia: protestas, fracaso de reforma tributaria y desplome de su aprobación

A pesar de una economía relativamente estable, el mandatario ha visto que gobernar el país es mucho más difícil que ganar la elección. Su respaldo bajó de 54% a 27% en tres meses.

Por: Financial Times | Publicado: Jueves 6 de diciembre de 2018 a las 12:58 hrs.
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Cuando Iván Duque asumió el cargo de presidente de Colombia en agosto, las esperanzas con respecto a su gobierno eran altas. Duque, un joven de 42 años de edad con muchos años de experiencia en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), fue uno de varios líderes pragmáticos de centroderecha que ganaron el poder en América Latina cuando se retiró la "marea rosa" de izquierda de la última década. 

Se comprometió a reducir los impuestos y los trámites burocráticos, a dinamizar las industrias creativas del país, a abordar el aumento de la producción de cocaína y a adoptar una postura firme contra la dictadura de Nicolás Maduro en la vecina Venezuela.

Pero tres meses después, y a pesar de una economía relativamente estable -con una inflación dentro del objetivo del banco central de 3,3% y un crecimiento cercano a 3% previsto para el próximo año- Duque ha visto que gobernar el país es mucho más difícil que ganar la elección.

Su plan de reforma fiscal fue destrozado en el Congreso, los estudiantes se han tomado las calles pidiendo más dinero para la educación superior y, al igual que otros países de la región, Colombia está luchando para hacer frente a una afluencia masiva de inmigrantes que huyen de Venezuela. 

En septiembre, Duque respaldó un referendo sobre propuestas para combatir la corrupción, pero debido a la baja participación, no se obtuvieran suficientes votos para la aprobación. Desde entonces, ha luchado para impulsar medidas antirrobo alternativas a través de un Congreso fragmentado compuesto por más de una docena de partidos.

El partido conservador del Centro Democrático (CD) del presidente sólo controla una quinta parte de los escaños y necesita el respaldo de otros partidos de centro derecha para gobernar.
Para aumentar sus dificultades, Duque ha alienado a muchos dentro del CD que se opusieron a sus reformas fiscales. Como resultado, hay una sensación de deriva en Bogotá. 

Aprobación se desploma

Los colombianos han reaccionado ante esta falta de enfoque en las encuestas de opinión. Una de las últimas encuestas demostró que la popularidad de Duque había caído de 54% a 27% en dos meses. Cerca de 74% de las personas sienten que las cosas van mal.

Su mayor revés ha sido la demolición de su plan fiscal. Duque quería reducir el Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 19% a 17% para 2021 mientras lo expandía para cubrir más alimentos básicos. Los economistas en general acogieron con satisfacción el plan como una forma de aumentar el equivalente de 1,1% del Producto Interno Bruto en ingresos adicionales y ayudar a reducir el déficit fiscal. 

Pero el recorte de impuestos incluido en la propuesta se comunicó de manera deficiente y el plan fue profundamente impopular entre los parlamentarios, quienes temían que les haría perder votos. Los votantes de bajos ingresos y de clase media lo interpretaron como un "impuesto a los pobres". 

Duque se vio obligado a retroceder. "Sólo se aprobará una versión diluida del proyecto de ley para fines de año, y es probable que las ganancias en los ingresos caigan por debajo de las expectativas", dijo María Luisa Puig, analista del Grupo Eurasia.

El déficit resultante podría poner en peligro el objetivo del Estado de reducir el déficit fiscal de ceca de 3,1% del PIB este año a 2,4% el próximo año.

"Si se desecha la pieza central de la reforma -una expansión en la cobertura del IVA- se necesitarán recortes de gastos (o aumentos de impuestos)", advirtió Capital Economics en una nota a los clientes.

Falta de enfoque ante la violencia 

Pocos dudan de la capacidad de Duque. Reconocido como un hombre encantador e inteligente, es un orador público elocuente y tiene una memoria formidable para el detalle. También es una figura relativamente conciliadora en una región polarizada. 

Después de sólo tres meses, no se puede esperar que el nuevo presidente haya encontrado soluciones definitivas a los problemas de larga data de Colombia, incluyendo la violencia de la guerrilla, el crimen organizado y el narcotráfico. Sin embargo, según los analistas, se esperaba que su gobierno, al menos, hubiera ideado un plan para enfrentarlos. 

"No se puede culpar de todo al gobierno, pero después de tres meses nos preguntamos, ¿cuál es su enfoque?", dijo Juan Carlos Garzón, de la Fundación Ideas para la Paz (FIP), un grupo de expertos de Bogotá. 

La FIP publicó un informe sobre los primeros 100 días en el cargo de Duque, en el que se constató que la tasa de homicidios había aumentado 5,5% en comparación con el mismo período del año anterior y el número de personas desplazadas por la violencia había aumentado 21%. Las protestas populares, incluyendo las grandes manifestaciones estudiantiles, habían aumentado 59%. 

El grupo de expertos también dijo que el plan de Duque de usar drones para erradicar las plantaciones de coca estaba resultando poco práctico, y que Washington se está impacientando con Colombia por no tomar suficientes medidas para abordar el problema de la producción de cocaína. Donald Trump, presidente de EEUU, tenía previsto visitar Colombia esta semana, pero canceló su viaje. 

Duque ha ganado algunos elogios por negarse a negociar con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) que, después del acuerdo de paz de 2016 con las FARC, es el grupo guerrillero más grande del país. Él ha dicho que no hablará con la organización hasta que ponga fin a todas sus actividades criminales. 

Bajo la presión de la ONU y la Unión Europea, también ha continuado implementando en gran medida el acuerdo de las FARC a pesar de cortejar a los votantes de derecha durante la campaña electoral indicando que posiblemente se retiraría de algunas partes del acuerdo. 

Ya que le quedan casi cuatro años en el cargo, Duque tiene tiempo para cambiar las cosas. Pero dada la escala de los desafíos de Colombia, necesita comenzar pronto.

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