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“¿Pesimista? 5 Buenas noticiaspara 2017”

Para crear políticas razonables no basta con conocer los problemas. Es esencial reconocer los progresos.

Por: Tim Harford | Publicado: Viernes 13 de enero de 2017 a las 04:00 hrs.
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A menos que alguien se dedique a escribir obituarios, 2016 fue un mal año. En el Reino Unido, la mitad de los votantes estaban tan horrorizados por el estado de la nación que votaron por salir de la UE; la otra mitad quedaron horrorizados con el resultado del referendo. Si mi colega Gideon Rachman tiene razón, ambos lados quedarán decepcionados con la tortuosa negociación del Brexit.

En EEUU, existe una situación similar: la mitad de los ciudadanos están horrorizados por la perspectiva del Presidente Trump, mientras que la otra mitad lo eligió como presidente porque estaban horrorizados por el statu quo.

Podríamos pensar que las cosas serían mucho peores si viviéramos en Siria, pero aunque esto es algo de lo cual deberíamos estar agradecidos, no es muy reconfortante.

Sin embargo, hay muchas situaciones positivas en el mundo. Reconocer las buenas noticias tanto como las malas no sólo es reconfortante, sino también esencial para crear políticas razonables.

Por lo tanto, a continuación hay cinco razones para ser optimistas en 2017.

1 Somos más saludables que nunca. Hace apenas un siglo, la esperanza de vida global al nacer era de sólo 35 años. Cuando yo nací, era de 60 años. Recientemente subió a 70. Incluso en África y en la ex Unión Soviética, donde la esperanza de vida bajó en los ’90, la tendencia alcista ha continuado y la longevidad en esas regiones se encuentra en sus niveles más altos.

Estos avances se deben en parte al acceso cada vez más amplio a servicios sanitarios. Y en parte porque actualmente existen tratamientos médicos —vacunas y antibióticos, por ejemplo— que no estaban disponibles por ninguna cantidad de dinero hace 100 años pero que ahora sólo cuestan unos centavos. Charles Kenny, autor de Getting Better (2011), escribió: “Aun los países pobres y devastados como Haití, Birmania y la República Democrática del Congo tienen tasas de mortalidad infantiles mucho menores que cualquier país en 1900”.

Hay una excepción notable. En 2015, los economistas Anne Case y el ganador del Premio Nobel Angus Deaton, encontraron que se ha incrementado significativamante la mortalidad de las personas de mediana edad de raza blanca en EEUU. Esta noticia es importante porque la falta de progreso en cuestiones de salud es tan inusual.

2 A pesar del incremento en la esperanza de vida, el número de personas que viven en el planeta está creciendo mucho más lentamente que en el siglo XX. El aumento de la población mundial, el cual era insostenible a 2% anual en la década de 1960, se ha estado reduciéndose constantemente y está a punto de caer por debajo de 1% anual. Esto es una buena noticia para el planeta.

3 La economía mundial sigue creciendo, y a pesar de una década de crisis económicas en EEUU y Europa, las tasas de crecimiento mundial han excedido 3%. A este ritmo de crecimiento, la economía mundial se duplica cada 20-25 años. Este tipo de crecimiento representa una amenaza ambiental pero, en general, es mejor que el estancamiento. Según los datos recopilados por el economista Max Roser, el porcentaje de la población mundial que vive en condiciones de extrema pobreza ha bajado de 95% hace dos siglos a cerca de 60% hace 50 años y a 10% en este momento.

4 Los frutos de este crecimiento no han sido distribuidos tan desigualmente como algunos han aseverado. No hay una fórmula sencilla para medir la desigualdad de ingresos en el mundo pero es razonable asumir que se está reduciendo: después de todo, China e India son países grandes y pobres que están creciendo rápidamente.

En EEUU, ha aumentado la desigualdad de ingresos. Pero no en el Reino Unido, al menos no en esta generación. La desigualdad sigue siendo alta en el Reino Unido, pero es un problema viejo, no un problema que vaya en aumento.

5Finalmente, ha habido una declinación en las guerras, los homicidios, la tortura y muchos otros tipos de violencia a través del tiempo, sin duda desde 1945 y probablemente hace mucho tiempo más. Esto fue documentado en 2011 por Steven Pinker en su libro, Los ángeles que llevamos dentro. ¿Seguirá esta tendencia? Tal vez no en un mundo en el que la guerra nuclear es una posibilidad. Sin embargo, hasta el momento, todo va bien.

Claro que nada de esto sugiere que no enfrentaremos profundos problemas. Hay mucho que debe preocuparnos, desde el auge del nacionalismo en Europa, y la aparente beligerancia de Donald Trump hasta los alarmantes cambios climáticos en nuestro planeta y la capacidad de los terroristas para atacar las capitales de Europa.

Así que estoy preocupado por lo que nos traerá el 2017. Pero no porque piense que el mundo se vaya al diablo sino porque creo que hay muchos avances que celebrar y por ende mucho también que está en juego.

Para crear políticas razonables no basta con conocer los problemas. Es esencial reconocer los progresos.

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