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Plan de reforma a la salud de republicanos no logra superar división interna

La iniciativa fue presentada por el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, tras semanas de conversaciones secretas.

Por: B. Jopson y C. Weaver, Financial Times | Publicado: Viernes 23 de junio de 2017 a las 04:00 hrs.
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Washington

El último intento del Partido Republicano de reformar el sistema de salud estadounidense empezó con problemas ayer cuando al menos cuatro senadores oficialistas dijeron que no apoyarían un nuevo proyecto de reforma presentado por senadores republicanos, generando nuevas dudas sobre la habilidad de Donald Trump de cumplir una promesa de campaña clave.

Los republicanos necesitan los votos de al menos 50 de los 52 senadores oficialistas para aprobar la iniciativa. Pero para la tarde de ayer, Ted Cruz, Rand Paul, Mike Lee y Ron Johnson, todos miembros de la facción conservadora del partido, habían anunciado que no votarían a favor del proyecto en su forma actual. Paul, el senador conservador de Kentucky, dijo: “El proyecto actual no revoca Obamacare. No mantiene nuestras promesas a los estadounidenses”.

Trump, para quien la salud se ha convertido en un aprieto, sugirió que aún existe espacio para revisar la iniciativa para convencer a los escépticos. “Un poco de negociación, pero será muy buena”, había dicho más temprano.

Después de semanas de conversaciones secretas, Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, presentó un proyecto de ley que buscaba superar las divisiones entre los senadores conservadores que quieren limitar el rol del gobierno en el sistema de salud y los republicanos moderados que están preocupados por las personas que perderían su seguro. La legislación pondría fin al requisito de los estadounidenses de tener seguro de salud, reduciría el programa Medicaid para los pobres y derogaría los impuestos a los ricos.

Versión moderada

El proyecto fue más moderado que la versión original aprobada por la Cámara de Representantes en mayo, quedándose corto frente a la promesa de Trump de desmantelar el sistema de salud de su predecesor y manteniendo parte de su arquitectura básica.

Si el proyecto es aprobado por el Senado, dejaría a Trump un paso más cerca de anotar el primer gran logro legislativo de su presidencia después de meses de tropiezos y contratiempos.

Desde el flanco moderado del partido, el senador Dean Heller, un republicano de Nevada que está postulando a la reelección en 2018, aseguró: “A primera vista, tengo serias dudas sobre el impacto del proyecto en los habitantes de Nevada que dependen de Medicaid”.

Una vocera de Susan Collins, una republicana de Maine, afirmó que la moderada senadora estaba esperando a ver la evaluación independiente de la Oficina de Presupuesto del Congreso del impacto financiero del proyecto. La portavoz dijo que Collins tenía “una serie de preocupaciones” sobre los efectos de la iniciativa en las primas de seguro y en el programa Medicaid.

Pat Roberts, senador republicano de Kansas, declaró a reporteros: “Este no es el mejor proyecto posible. Este es el mejor proyecto posible bajo circunstancias muy difíciles”. Agregó que “tomará un tiempo arreglar” la iniciativa actual, pero que es un escalón necesario para salvar el actual sistema de salud y “salir del abismo”. “¿Cuál es la otra alternativa? No veo nada del otro lado”, expresó.

Un parlamentario republicano que respalda el proyecto dijo que incluso a los senadores republicanos que tienen dudas sobre algunos elementos les sería difícil oponerse a la iniciativa dado el deseo abrumador entre las bases del partido de derogar Obamacare.

El legislador explicó que los líderes republicanos preferirían evitar una “conferencia” -el proceso donde la Cámara baja y el Senado intentan forjar un proyecto de acuerdo- porque sería complicado y aumentaría la probabilidad de que se incluyan

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