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Scooters eléctricos compartidos: crece la competencia y el atractivo para los inversionistas

Bird Rides ha triunfado con su modelo, mientras que Uber pagó más de US$ 100 millones para adquirir el servicio de bicicletas Jump.

Por: Tim Bradshaw, Financial Times | Publicado: Lunes 16 de abril de 2018 a las 04:00 hrs.
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Si le preguntan a cualquier persona en Silicon Valley sobre el futuro del transporte, sus ojos se iluminarán ante las posibilidades. Algunos afirman que los autos sin conductor estarán circulando por las calles dentro de unos pocos años, mientras que otros señalan los esfuerzos nacientes para crear automóviles voladores. Sin embargo, si le preguntan a Travis VanderZanden, exejecutivo de Uber y Lyft, la respuesta es bastante simple: motonetas eléctricas.

Puede sonar poco probable, pero los inversionistas lo están tomando muy en serio. Tan sólo en los últimos meses, se han destinado cientos de millones de dólares a Bird Rides, la empresa startup de VanderZanden, y a otras compañías que alquilan bicicletas y motonetas eléctricas, que se pueden recoger y dejar en cualquier lugar.

“Creo que en los próximos diez a 20 años habrá algunas innovaciones increíbles en el transporte”, dijo VanderZanden, citando ejemplos desde los autos sin conductor hasta los túneles Hyperloop de Elon Musk. “Pero ¿cómo podemos tener un impacto positivo actualmente? Nadie estaba usando los vehículos eléctricos de corto alcance para resolver el problema del ‘último kilómetro’”. Uber parece coincidir con esto. La semana pasada pagó más de US$ 100 millones para adquirir Jump, un servicio de arriendo de bicicletas eléctricas sin estación.

Cada motoneta Bird o bicicleta Jump es monitoreada mediante GPS, lo que les permite a los clientes encontrar el viaje más cercano utilizando sus teléfonos inteligentes y luego alquilarlo mediante una aplicación. En su destino, los usuarios terminan el viaje en la aplicación y luego dejan la bicicleta o la motoneta en el soporte o esquina más cercana.

Aceleración rápida

La aceleración en vehículos eléctricos de corto alcance ha sido rápida. Uber comenzó un programa piloto en San Francisco al integrar 250 bicicletas Jump en su aplicación hace poco más de dos meses y hace menos de un año desde que VanderZanden lanzó Bird por primera vez al colocar diez motonetas eléctricas en una esquina de Santa Mónica.

Mark Suster, un inversionista de Upfront Ventures, con sede en Santa Mónica, admite que “no estaba convencido al 100%” de la idea de las motonetas eléctricas cuando se enteró por primera vez. Pero después de ver un montón de motonetas Bird pasar rápidamente por la ventana de su oficina, “en seis meses se volvió innegable” que el servicio era un éxito, al menos en las soleadas calles del oeste de Los Ángeles. Bird recaudó US$ 100 millones en fondos de riesgo en marzo y ahora ha desplegado más de 1.000 motonetas en Los Ángeles, San Diego, el Área de la Bahía de San Francisco, Austin y Washington DC.

A comienzos de este año, Silicon Valley estaba comenzando a ponerse al día con el concepto. LimeBike y Spin son dos empresas startup con sede en San Francisco que ofrecen servicios de arriendo de bicicletas sin estacionamiento, similares a los de Mobike y Ofo de China. Después de lanzar bicicletas de pedal en decenas de ciudades, ambas compañías estadounidenses comenzaron a agregar motonetas eléctricas a sus flotillas a principios de este año.

Fundada en enero de 2017, LimeBike ha lanzado ambos modelos y ya ha recaudado más de US$ 130 millones. Toby Sun, director ejecutivo y cofundador de LimeBike, dijo que planeaba desplegar decenas o incluso cientos de miles de sus bicicletas eléctricas de color verde limón este año. Spin también las está adoptando. “Todos los mercados en los que estamos presentes van a pasar lentamente a ser mercados de motonetas”, dijo Euwyn Poon, presidente y cofundador de la firma.

Para lograrlo, Spin, fundada hace quince meses, está en negociaciones con inversionistas para recaudar decenas de millones de dólares en nuevos fondos. “Puedo imaginar que la ciudad de San Francisco tendrá tantas motonetas como autos”, dijo Poon.

Debate regulatorio

Esa idea podría horrorizar o deleitar a las autoridades municipales, las cuales están lidiando con las calles congestionadas y la reciente explosión de bicicletas de pedales sin licencia. A los primeros usuarios, a los ambientalistas y a algunos funcionarios del transporte podría encantarles la idea de que los vehículos eléctricos reemplacen a los automóviles, pero como ya se están acumulando las quejas sobre el hecho de que las bicicletas y las motonetas ensucian las calles de San Francisco y otros lugares, parece inevitable que haya una reacción regulatoria. No obstante, los enfrentamientos legales similares no lograron frenar el negocio de Uber en EEUU.

“Si Uber y Airbnb hubieran ido lentamente, creo que habrían sido aplastados por intereses creados”, dijo Suster. “Siempre habrá tensión entre cómo operan las ciudades, las normas y regulaciones existentes y la innovación de productos”.

La demanda y la utilización del consumidor no sólo definirán el debate regulatorio, sino que determinarán qué tipo de vehículo dominará las calles. Mientras Spin y Bird se enfocan sólo en las motonetas, Kirt McMaster, un emprendedor habitual en teléfonos inteligentes y medios digitales, ahora apuesta a que las bicicletas eléctricas serán las ganadoras. “Una buena bicicleta eléctrica asistida por pedales es la primera versión de tecnología biónica de consumo masivo”, dijo. “Cuando le das a alguien un superpoder, es difícil quitárselo”.

La última compañía deMcMaster, Nere, afirma haber sido el primer servicio de bicicletas eléctricas sin estación, que ha estado operando desde hace casi dos años en Europa occidental. “En EEUU creemos que las personas que eligen una bicicleta eléctrica con pedales siempre la van a elegir antes que un auto”, dijo. “El auto es el computador personal y la bicicleta eléctrica es el iPhone”.

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