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Siete políticas del futuro mandatario que pueden cambiar a EEUU

Por: | Publicado: Jueves 10 de noviembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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La increíble victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos el martes, abre el escenario para una serie de cambios radicales de política tanto interna como externa.

Una presidencia de Trump podría echar por tierra algunos de los logros clave de Barack Obama, incluyendo el plan de salud Obamacare, las políticas referentes al cambio climático y el acuerdo nuclear con Irán.

La esperanza democrática de conformar la Corte Suprema para una generación se desvaneció; ahora es más probable una corte marcadamente más conservadora. La política exterior podría también sufrir un giro dramático.

Muchos analistas alertan que hay una gran diferencia entre las promesas de campaña y políticas oficiales: las renegociaciones comerciales algunas veces suelen ser menos sustantivas de lo que se advirtió. Los compromisos sobre cuestiones de política exterior, tales como mover la embajada estadounidense en Israel a Jerusalén, son a veces dejadas de lado.

Pero hay siete formas en las que la vida podría cambiar bajo la presidencia de Donald Trump.

En materia de comercio, por otra parte, Trump se ha opuesto a la propuesta del Acuerdo de Asociación Trans-Pacífico y pidió cambios fundamentales al pacto del Nafta firmado con México y Canadá. Dichas políticas parecieran haber impulsado su atractivo a lo largo del cinturón manufacturero del medio oeste del país, con grandes consecuencias para el resultado final de la elección. También ha amenazado con imponer aranceles punitivos de 45% a los bienes importados de China, alimentando los temores de una guerra comercial.

En cuanto a política exterior se refiere, el magnate ha dicho que el acuerdo de Obama con Irán, que busca prevenir que la república islámica obtenga armas nucleares, podría ser desmantelado o al menos reestructurado. Aunque Obama inició su mandato delineando la visión de un mundo sin armas nucleares, Trump ha dicho que sería receptivo al desarrollo de arsenales nucleares tanto de Japón como de Corea del Sur. También ha cuestionado los compromisos de los tratados con los aliados de la OTAN que no cancelan sus propias rutas, mientras sugiere una relación mucho más cercana con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Con respecto al tema de la salud, el republicano ha firmado la promesa republicana de que las reformas al programa estrella de Obama, el Obamacare, deben ser “liberadas y reemplazadas”. No ha propuesto una alternativa comprensiva pero dice que alentará la competencia entre mercados en diferentes estados.

Sobre política fiscal, Trump ha prometido la mayor revolución fiscal desde Ronald Reagan, comprometiéndose a reducir los impuestos en todo el país. Plantea que ninguna empresa estadounidense pague más del 15% de sus ganancias en impuestos, comparado con el máximo actual de 35%. La tasa máxima del impuesto caería desde 39,6% mientras los republicanos reducen el número de tramos fiscales.

Su propuesta sobre la Corte Suprema es vista por muchos activistas políticos en EEUU como la mayor consecuencia de la elección. Con el más alto tribunal actualmente dividido por partes iguales –cuatro a cuatro– entre jueces conservadores y más liberales, los seguidores de Hillary Clinton esperaban que el noveno juez electo por un presidente demócrata tuviese impacto en el equilibrio, posiblemente para una generación. En cambio, Trump enfrenta una relativa facilidad de que el senado republicano se confirme su elección y también podría tener la oportunidad de reemplazar algunos de los complementos de los jueces liberales más viejos.

En materia de cambio climático, el empresario ha calificado el calentamiento global como un invento de China para hacer a las industrias estadounidenses poco competitivas y se comprometió a “cancelar” el acuerdo sobre el cambio climático de París, que se basó en un pacto de Obama con el gigante asiático. También ha dicho que detendrá todos los pagos de su país para los programas sobre el calentamiento global de la ONU.

En tanto, el tema de la inmigración es el que más pasiones despertó durante la campaña, entre seguidores de Trump y los votantes hispanos deseosos de evitar que tomara la Casa Blanca. Clinton y el saliente Obama han respaldado reformas comprensivas que darían a inmigrantes ilegales la oportunidad de conseguir la ciudadanía. Trump ha hecho campaña con su promesa de construir un muro en la frontera con México, ha pedido prohibir la inmigración musulmana y solicitado la deportación de 11 millones de inmigrantes no autorizados. Sin embargo, posteriormente ha hecho declaraciones más ambiguas, prometiendo, en cambio, “veto extremo” y negándose a aclarar sus planes precisos para los inmigrantes indocumentados.

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