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Virus de Wuhan presagia un difícil Año de la Rata para Xi Jinping

El mortal brote agrava los problemas que ya enfrenta el presidente chino en Hong Kong y Taiwán.

Por: James Kynge | Publicado: Lunes 27 de enero de 2020 a las 04:00 hrs.
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El Año del Cerdo ha ido de mal en peor para el Partido Comunista chino y para el presidente Xi Jinping. Tras meses de injuriosas protestas en Hong Kong y un triunfo arrollador de la democracia en Taiwán ha llegado el flagelo de un virus mortal similar al SARS de 2003.

Hasta ahora, hay pocas razones para esperar que el Año de la Rata, que comenzó la semana pasada, sea mejor.

El brote de neumonía viral, que se ha extendido desde China continental a Japón, Macao, Corea del Sur, Hong Kong, Taiwán, Tailandia, Singapur, Vietnam, Estados Unidos y Francia, puede parecer simple mala suerte. Pero las acusaciones de incompetencia oficial y encubrimientos amenazan con dañar la imagen del partido oficial.

Zhou Xianwang, el alcalde de Wuhan, una ciudad de más de 10 millones de personas en el epicentro del brote, dijo a la televisión estatal china que “no hubo suficiente advertencia” para los residentes locales de un distrito llamado Baibuting, quienes asistieron a un gran banquete en el que participaron más de 40 mil familias hace dos semanas. Esto sucedió a pesar de los muchos casos de neumonía ya reportados en la ciudad.

“La razón por la cual la comunidad de Baibuting siguió organizando el banquete este año se basó en el juicio previo de que la propagación de la epidemia era limitada entre humanos, por lo que no hubo suficiente advertencia”, dijo.

Cientos de comentaristas en las redes sociales chinas castigaron al alcalde por su respuesta a la crisis. Muchos de los casos de neumonía reportados se remontaron a personas viajando desde Wuhan mientras cientos de millones de chinos regresaban a sus hogares para celebrar el Año Nuevo Lunar.

Virus en expansión

El coronavirus -que causa una variedad de enfermedades en mamíferos (incluyendo los humanos) y aves- ya ha matado al menos a 56 personas e infectado a más de 2.000 personas. Se han reportado casos en Hong Kong, y las autoridades confirmaron la semana pasada que la segunda de esas víctimas es un hombre de 56 años que viajó a Wuhan a principios de este mes.

Específicamente el jueves, las autoridades chinas impusieron severas restricciones de viaje en Wuhan, suspendiendo las conexiones ferroviarias y aéreas que salen de la ciudad mientras grandes multitudes intentaban embarcarse en el viaje de regreso a casa para el Año Nuevo Lunar.

El Partido Comunista de China advirtió que cualquiera que encubra detalles sobre infecciones quedará “clavado para siempre en la columna de la infamia de la historia”, en parte debido a la epidemia de SARS en 2003, que estalló en China antes de extenderse por el mundo, infectando a 8.098 personas, de las cuales 774 fallecieron.

Reputación en juego

El subregistro sistemático -durante meses- con respecto a la epidemia de SARS perjudicó seriamente la reputación de China, lo que llevó a la Organización Mundial de la Salud a hacer duras críticas sobre Beijing. Pero, aunque las acciones de las autoridades esta vez parecen haber sido más rápidas, persisten los ecos de la crisis del SARS.

A medida que la Comisión Nacional de Salud de China confirmaba los primeros casos de transmisión de la enfermedad de persona a persona el lunes pasado, el Wuhan Nightly News publicó un titular en su portada: “No es necesario usar una máscara N95 en lugares públicos”, una referencia al tipo de máscara que recomiendan los expertos en enfermedades respiratorias.

El brote viral es potencialmente perjudicial para el prestigio del Partido Comunista porque no se puede culpar a otros; como si ocurrió con las protestas en Hong Kong, que Beijing atribuyó a “fuerzas extranjeras” decididas a desestabilizar el territorio y sembrar el caos.

La aplastante victoria electoral de la líder proindependencia de Taiwán, Tsai Ing-wen, este mes se le atribuyó de igual forma a una serie de factores, como “tácticas sucias”, “fuerzas oscuras”, así como a las acusaciones de que Tsai “exageró deliberadamente” la amenaza de China para influir en las elecciones.

Esta vez será más difícil eludir las responsabilidades.

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