Internacional

“Hay un montón que aspira a ser presidente pero nadie sabe exactamente para qué”

Directo. El ex ministro y actual secretario general de la OEA aborda los puntos clave de la próxima Cumbre de las Américas y desmenuza cada uno de los temas que hoy mantienen en alerta a Chile.

Por: Por Bárbara Gutiérrez P. | Publicado: Sábado 10 de marzo de 2012 a las 05:00 hrs.
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Aunque su labor en la Organización de Estados Americanos (OEA) resultó ser mucho más intensa de lo que imaginó hace siete años cuando asumió la Secretaría General, José Miguel Insulza, no se queja. “Al principio pensé que iba a trabajar menos, pero he trabajado tanto o más que cuando estaba en el gobierno, sobre todo porque hay que viajar mucho y eso siempre agota”, relata el ex ministro en entrevista con DF, tras un tiempo prolongado sin abordar la coyuntura nacional.

- ¿Cómo se ve Chile desde afuera?

- Chile desde afuera se ve muy normal. Si le pidiera a un especialista en relaciones hemisféricas en los temas OEA, dígame cuáles países no tienen ningún problema en la región, diría Chile, quizás recordaría el juicio en La Haya con Perú y el tema de la mediterraneidad con Bolivia, temas que todos respetan como estrictamente bilaterales, pero en situación interna se ve muy normal. Incluso lo de los estudiantes, que fue seguido con bastante acuciosidad por la prensa extranjera, se enfocó en el surgimiento de estos jóvenes líderes en Chile más que en los temas de fondo que tienen, que personalmente creo que son bastantes.

- ¿Y Ud. cómo ve a Chile?

- Creo que lo que ha pasado es que en Chile culminó una cierta etapa de democratización, de normalización de su sistema político, incluso diría de crecimiento económico bastante adecuado; ha pasado a ser uno de los dos países con más alto ingreso per cápita de América Latina junto a Argentina, con una reducción sustantiva de la pobreza. No obstante, esto lo que hace resaltar es una condición propia de la situación chilena que se puede rotular entera bajo la insignia de la desigualdad. Esto no es sólo un tema de ingresos, porque ciertamente, Chile es un país de ingreso per cápita muy desigual, un sector muy pequeño de la población, menos de un 5% se está llevando la tercera parte del ingreso nacional, en cambio, hay un segmento del 40% o 50% que queda muy por debajo del promedio per cápita. También hay otros problemas de desigualdad que son importantes como la inseguiridad. ¿Qué es más seguro vivir en Las Condes o en un barrio popular? Y no sólo es un tema de policía, sino porque las comunas tienen más plata para pagar instrumentos para la policía y porque se pueden tener guardias privados. En el plano de la educación, por un lado, los colegios privados son mejores que los públicos, eso no ocurría en Chile hace 50 años atrás como ahora. Luego en la universidad es al revés, los que vienen de los buenos colegios consiguen lugares en las universidades públicas o del Consejo de Rectores, y los de colegios públicos o subvencionados de menor calidad están obligados a pagar universidades muchas veces de poca calidad. Entonces, resolvimos el problema de acceso, pero generamos un problema de desigualdad en aquellos que acceden.

- ¿Lo que ocurre actualmente en Aysén pasa por un tema de desigualdad también?

- Así es. Lo que se produce en Aysén es nuevamente un tema de desequilibrio, porque cuando en un país se paga un dólar por el litro de bencina en una parte, y dos dólares y tanto, en otra, hay desigualdad. Existe el mito de que todas las regiones son iguales y tienen que competir en igualdad de condiciones y no pueden, es imposible convencer por ejemplo, a un inversionista que se instale en una región remota, lejana y distante, cuando se puede instalar en el centro. También hay desigualdad entre los habitantes que viven en una zona u otra. No quiero simplificarlo, pero los grandes temas del Chile de hoy conducen todos a una sociedad profundamente desigual que tenemos que ser capaces de corregir, esa es la tarea de hoy…


- ¿Es una tarea que surge hoy, no antes en los gobiernos de la Concertación?

- Antes estábamos haciendo otras cosas. Hicimos muchas cosas como reducir la pobreza, construir infraestructura, desarrollar el país y hacerlo crecer como ningún país de América en su tiempo. Hoy tenemos otra tarea y es urgente y es el gran desafio de la desigualdad...

- Esta tarea de la que habla coincide con la gestión de un gobierno de centroderecha. ¿Eso exalta más los ánimos?

- Los movimientos sociales, sobre todo de jóvenes y de regiones, tienen una cierta especificidad; hay que ser joven, hay que ser de ese lugar para pertenecer a esos movimientos, por eso hay que esperar que no se sientan 100% identificados con el mundo de la política y menos con el que está gobernando. Sin duda la Concertación tenía una mayor cercanía, no cabe ninguna duda. Cuando llegaban al Ministerio del Interior en los tiempos de la Concertacion, se encontraban con gente trabajando que había sido uno de ellos hasta hace pocos años, habían estudiado en los mismos colegios. Es cierto y no es culpa de nadie que se ha producido cierto distanciamiento, ciertamente la mayor parte de los que hoy gobiernan desconocen mucho más que nosotros ese mundo.

- ¿En este escenario los conflictos podrían prolongarse?

- Chile es un país donde los conflictos nunca alcanzan un punto de ruptura o conflagración violenta, eso pasa muy raramente, pero si son conflictos que perduran por mucho tiempo y dejarlos de lado puede provocar una frustación muy grande en la gente. Dejar que pase el tiempo para que llegue el verano, ya no es una buena receta.

- ¿Cómo ve la situación particular de Aysén?

- Ahí se han juntado dos cosas, por un lado se les plantea la instalación de una planta hidroeléctrica que a la región no le va a cambiar mucho la vida, pero le va a permitir resolver los problemas energéticos del resto del país, por lo tanto, que Aysén sacrifique un cierto grado de la calidad de su ambiente para favorecer el desarrollo del resto del país, ¡pero no le vayan a pedir a los chilenos que subsidien a los ayseninos porque a eso no tienen derecho! Las dos cosas no son congruentes.

“Faltan dos años”


- Estos dos años tampoco han sido fáciles para la Concertación en su rol de oposición...
- Yo no soy demasiado crítico de los dirigentes de la Concertacion porque durante 20 años tuvo liderazgos conocidos en lugares conocidos, no diré que se dirigía desde La Moneda, pero tenía un referente muy fundamental que era la pertenencia a un gobierno. El símbolo de la coalición era el presidente o la presidenta, por tanto, la interlocución sobre los temas ciudadanos se producía en lugares institucionales de acceso común: el gobierno y el Congreso. El liderazgo nuevo de la Concertación no ha tenido esa facilidad y en su mayoría, aprendió a hacer política de esa otra manera, por lo cual es normal y razonable que haya habido problemas y malentendidos al enfrentar una situación nueva. Lo que si me parece muy discutible es que en vez de estar conversando de los grandes problemas del país estén dedicados a lanzar sus candidaturas a todo tipo de cosas, eso viene al final...

- Pero ya han pasado dos años…

- Pero faltan dos años más todavía. No es el momento para andarse proclamando, es el momento para tratar de construir un programa de cambio que es la obligación de una fuerza transformadora, porque seguir hablando de los temas que hablábamos en los 90 es ser conservador. El problema es qué hacemos con la nueva realidad de Chile. En cambio ya estamos viendo quién es el candidato a presidente, ¡ya tenemos 7!


- ¿Esto podría derivar en una nueva derrota de la Concertación?

- Este es un problema del conjunto de la política nacional. La discusión es que hay un montón de personas que se ve que aspiran a llegar a una importante función gubernamental pero nadie sabe exactamente para qué quiere llegar allá. Le pasa al gobierno y la oposición…


- ¿Entonces la “fórmula” Bachelet de no pronunciarse es correcta?

- Aquí estoy de acuerdo con lo que ha dicho Ricardo lagos, el tema de la política no puede ser si Bachelet vuelve o no. Creo que ella es una gran dirigente, le tengo un enorme respeto y expectativa respecto de su retorno, pero creo que la política y la vida continúa ¡si la gracia de la política es que no hay nadie indispensable! La política democrática es sólo de personas dispensables. El hecho que una no esté, no debería cambiar los marcos de la política democrática.

- ¿Y en el caso del gabinete con múltiples presidenciables?

- El presidente tuvo el acierto de nombrar después de un cierto tiempo, ministros que de alguna manera son personajes políticos centrales y como tal, varios de ellos, y otros que no lo son, también aspiran a ser presidente. No tiene nada de malo aspirar a ser presidente, pero en esta ocasión la pregunta presidente para qué, es valida. Noto en mi país una cierta disposición a tener gobierno, opciones programáticas y políticas entre las cuales optar, a medida que se acerque el momento la gente va a querer cada vez más eso. Las figuras que aparecen de un día para otro porque son muy simpáticos, hablan bien, van a programas de televisión, de pronto no va a ser lo que quiere la gente, van a querer a alguien que sepa gobernar.

- ¿Y a Ud. no lo tienta gobernar?

- Yo gobierno mucho en la OEA, no me dedico a ninguna otra cosa, pero si reflexiono desde acá.

- ¿Pero tiene plazos para volver a Chile?

- Siempre he lamentado esta especie de precandidatura que tuve, no me dejó satisfecho. Mejor uno toma las decisiones que tiene que tomar antes y después actúa en consecuencia, entonces respecto de lo que voy a hacer en Chile y cuando, lo voy a decir una vez que deje de trabajar en la OEA y me quedan tres años por delante y mientras este aquí no voy a hacer ninguna declaración.

“No hay que jugar con el terremoto, ni con la gente”


- ¿Qué le parecen las recientes formalizaciones y el debate generado en torno a las responsabilidades tras el terremoto del 27F?
- Creo que las responsabilidades políticas siempre existen pero no están totalmente desvinculadas de la acción funcionaria que uno tiene, es decir, si una persona es presidente ya es poco común que una hora después de los hechos esté parada en el lugar en que se sabe que fue lo que paso. Pero al mismo tiempo, en este caso la presidenta Bachelet, escucha lo que le dicen, recibe los informes y no hace los diagnósticos. Pensar que la presidenta Bachelet tuvo responsabilidad política o funcionaria es completamente absurdo, porque ella no decidía si se evacuaba sino en función de la información que le daban y la información que todos parecen haber dado, es que no iba a haber tsunami. Ahora, responsabilidad penal de los funcionarios de abajo, tampoco, nadie quiso ser negligente, ni hacerle mal al país, no existe ningún tipo de dolo.Culpa puede haber, pero hay que esperar… En todo caso, tampoco es bueno jugar con el terremoto, ni con la gente, como si realmente los funcionarios hubieran querido causarle daño al país. Todos estaban haciendo lo mejor que podían. Hablar de delito es francamente inaceptable.

Las claves de la Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias


El secretario general está abocado por estos días a la preparación de la Cumbre de las Américas que se realizará los días 14 y 15 de abril en Cartagena de Indias, Colombia.

- ¿Qué temas convocarán en esta cita?
- En estas reuniones se pone en discusión el tema de las relaciones hemisféricas, y esta vez hay tres razones para hacerlo: primero que nuestra región, efectivamente, ha cambiado mucho y eso ha originado un fortalecimiento de los órganos regionales y la gente pregunta cual es el papel que unas y otras juegan. El segundo apunta a los países que tienen críticas respecto del involucramiento efectivo de EEUU en la región. El tercer tema tiene que ver con la participación o no de Cuba, pero esto tiene que ver con el hecho que hay varios países en la región que están más distanciados de EEUU que antes y eso indudablemente provoca algunas dificultades.

- ¿Habrá alguna variación respecto de la participación de Cuba?
- Yo he sido partidario siempre que Cuba participe, fui el canciller que reanudó relaciones con Cuba, actué muy decisivamente hace 3 años atrás para levantar todas las sanciones en contra de Cuba en la OEA. Lo discutimos y por unanimidad se acordó levantar las sanciones e invitar a Cuba a un diálogo con los demás países de la OEA sobre democracia, DDHH y el posible reintegro a la organización. Ahora, el gobierno de Cuba no quiso venir, no estaba disponible y hasta ahí llegó la cosa. Por lo tanto, vamos a conversarlo y los jefes de Estado y gobierno decidirán lo que estimen conveniente pero es raro que Cuba esté interesado en ir a una reunión con 34 paises y no esté interesada en venir a la OEA a juntarse con esos mismos 34 paises.

- ¿Y respecto de Venezuela, hay temas pendientes?
- Nuestras normas básicas de funcionamiento están dadas en la carta de la OEA que dice relación fundamentalmente con la relación entre estados, la solución de controversias, la no intervención y la autodeterminación. En ninguno de esos tres instrumentos, la organización económica que hacen los países, si van a ser más o menos socialistas, más o menos capitalistas, está involucrado, por lo tanto, mientras no haya factores que lo condicionen gravemente a un país en esos puntos la relación entre la OEA y los países es normal. Y nuestra relación con Venezuela es absolutamente normal, no hay temas pendientes.

Un hijo candidato

- ¿Qué le parece la candidatura de su hijo?
- Tengo tres hijos, cada uno muy distinto, y de cada uno me siento cerca por alguna razón. Mi hijo Javier ha sido mi compañero en los temas políticos y sociales. Aquí hay algo subjetivo que es muy fuerte. Ciertamente no me da lo mismo como le vaya y lo voy a ayudar en todo lo que pueda para que le vaya bien. Me emociona cuando lo veo actuar porque creo que lo hace bien, me gusta la valentía con que enfrenta sus posiciones, su claridad y el hecho que siendo un hombre joven no tenga ningún doblez, ningún cálculo mayor. Es mi “cuate” como decíamos en México, entre amigo y socio, me motiva mucho más...

- Es en Providencia, no es fácil...
- Muchas veces me quejaba con mis amigos socialistas que buscaban que les ofrecieran un distrito donde tuvieran seguridad y les recordaba que si Salvador Allende alguna vez hubiera elegido un lugar seguro no hubiera llegado a ninguna parte, siempre eligió lugares donde era difícil ganar y por lo tanto, donde iba a ganar algo para su partido… Creo que Javier lo va a hacer muy bien.

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