Multinacionales

Nace un nuevo gigante automotriz: Fiat y Peugeot se fusionan por US$ 46 mil millones

La empresa desafiará el liderazgo de Volkswagen en Europa y superará a Ford en capitalización de mercado. La transacción tardará hasta 15 meses en completarse, a la espera de aprobación de accionistas y de los reguladores.

Por: María Gabriela Arteaga | Publicado: Jueves 19 de diciembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Foto: Reuters
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Fiat-Chrysler y PSA Group hicieron historia. Seis semanas después de iniciar negociaciones, las firmas llegaron a un acuerdo con el que crearán el cuarto mayor fabricante de automóviles del mundo.

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Por un valor de US$ 46 mil millones, las empresas pactaron la mayor fusión de la industria, desde la desafortunada compra de Chrysler por parte de Daimler en 1998, y pasarán a reunir a dos dinastías del sector: el multimillonario clan Agnelli de Italia, dirigido por John Elkann, y los Peugeot de Francia.

“Con una fuerte presencia mundial en I + D, la entidad combinada tendrá una plataforma robusta para fomentar la innovación e impulsar el desarrollo de capacidades de transformación en vehículos de nueva energía, movilidad sostenible, conducción autónoma y conectividad”, dijeron las compañías en un comunicado.

El nuevo grupo contará con ganancias compartidas de más de US$ 12.200 millones, una fuerza laboral de 400 mil empleados y ventas totales de 8,7 millones de unidades, lo que lo posiciona por delante de General Motors y Hyundai-Kia.

En Europa, la sociedad -que en la teoría entrega el 50% de participación a cada empresa- pasa a desafiar a la alemana Volkswagen y también superará a Ford Motor con sus US$ 47 mil millones de capitalización de mercado.

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La transacción tardará hasta 15 meses en completarse, a la espera de las aprobaciones de los accionistas de ambas compañías y de los reguladores.

Dentro de ese período, también se definirá cuál será el nuevo nombre. Hasta el momento sólo se sabe que durante los próximos cinco años, el CEO será Carlos Tavares -quien hoy tiene ese cargo en Peugeot-, y que el presidente de Fiat, Elkann, ocupará esa misma posición en el grupo combinado.

“La entidad fusionada maniobrará con velocidad y eficiencia en una industria automotriz que experimentará cambios rápidos y fundamentales”, dijeron las compañías.

Vientos en contra

Con un acuerdo definitivo ya en firme, ambas compañías comenzarán a trabajar en cómo lograr su objetivo de reducir los costos en US$ 4.100 millones al año sin tener que cerrar plantas ni despedir personal, para no enfrentarse en una dura batalla con los sindicatos en Italia y en Francia.

Por ello, se espera un arduo trabajo para decidir qué centros de investigación y desarrollo sobrevivirán, con las conversaciones centrándose en las tecnologías que serán transferidas a la nueva compañía.

Hasta el momento, no está definido cómo se abordará un potencial exceso de capacidad –en conjunto tienen un potencial de 14 millones de unidades- y en qué plataformas de autos se centrarán.

Según indicaron desde las automotrices, el objetivo del acuerdo es ayudar a hacer frente a la desaceleración de la demanda y al costo de la fabricación de unidades que cumplan con normas de emisiones de carbono más estrictas.

El anuncio impulsó las acciones de las empresas involucradas. Los títulos de PSA llegaron a subir hasta un 4%, para luego cerrar con un avance de 1,36%. En tanto, los de FCA anotaron un alza de 1,7% al inicio de la jornada, que luego moderaron a 0,04%.

Remodelar la industria

Esta no es la primera vez que la firma italoestadounidense apuesta por fusionarse.

En mayo, su propuesta por unirse a Renault no vio la luz. FCA cambió de opinión rápidamente cuando se enfrentó al gobierno de Emmanuel Macron en la mesa de negociaciones. El Estado es el mayor accionista de Renault y se preocupó por la reacción de Nissan, socio en la alianza.

En 2015, el entonces CEO de FCA, el fallecido Sergio Marchionne, ya lo había intentado con GM. Y ya desde antes hacía una dura crítica al negocio asegurando que los fabricantes de autos malgastaban sus ganancias y degradaban sus ya estrechos márgenes con el desarrollo de tecnologías y plataformas costosas. Ello resultaba en productos muy similares y básicos, que los hacía mucho menos competitivos, aseguraba.

Eso sentó las bases para una remodelación de la industria: compartir los costos en el diseño de nuevas tecnologías y competir con las tecnológicas en servicios de transporte, autos conectados y vehículos autónomos.

En tanto, para la francesa PSA marca un segundo acuerdo de alto perfil en dos años. En 2017, compró Opel-Vauxhall de la mano de GM y ha adelantado un cambio radical al interior de la firma.

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