Internacional

Por qué a los mafiosos les fascina la trilogía de El Padrino

La Camorra napolitana y, sobre todo, la 'Ndrangheta de Calabria, que se extiende hasta el estrecho de Mesina, se han hecho más fuertes y continúan creciendo.

Por: John Lloyd, Financial Times | Publicado: Martes 22 de agosto de 2017 a las 08:26 hrs.
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Federico Varese, que ha basado su trayectoria profesional en investigar el crimen organizado, es el capo de los estudios sobre mafias. El interés de este italiano por ahondar en la violencia, la camaradería, la codicia, la corrupción y la persuasión de estos hombres, que son al mismo tiempo parásitos de la sociedad y la desprecian, ha hecho que entre en sus mundos para descubrir que, por muy diferentes que sean las mafias, en esencia son iguales. Las mafias destruyen y reivindican su honor.

Dos de las observaciones más estremecedoras del último libro de Varese es que, en primer lugar, "las propias mafias se presentan como instituciones del gobierno que compiten en última instancia con el Estado legítimo". Y, en segundo lugar, "las mafias prosperan en las democracias". Varese cita a Antonio Calderone, un jefe siciliano que se convirtió en informador y que asegura que él y sus camaradas estaban obligados a votar sólo a Democracia Cristiana, que "era un partido realmente democrático y compartían el poder. La mafia sacaba partido de ello".

Los regímenes totalitarios, como el fascismo italiano, reprimieron a las mafias hasta casi su extinción; el restablecimiento de la democracia hizo que se recuperasen. En la actualidad -con las masivas medidas policiales, la facilidad para dictar sentencias, el aumento de la vigilancia y de los informadores-, la mafia siciliana se ha visto muy reducida, hasta casi desaparecer. Sin embargo, la Camorra napolitana y, sobre todo, la 'Ndrangheta de Calabria, que se extiende hasta el estrecho de Mesina, se han hecho más fuertes y continúan creciendo. Las familias calabresas se han enriquecido gracias al tráfico de la heroína que reciben en el puerto de Gioia Tauro -aunque Varese apenas lo menciona.

Vidas cortas e intensas

La vida de los mafiosos suele ser corta y, a menudo, tensa. Los vory v zakone -mafiosos rusos- que surgieron en las colonias penitenciarias soviéticas, viven más que ninguna otra mafia bajo sus propias reglas, evitan el contacto con el gobierno y la policía, y son despiadados con sus enemigos. La Yakuza japonesa, que presume de que su linaje procede de los samuráis -Varese cree que su origen se encuentra en los adictos al juego de finales del siglo XIX-, salda sus cuentas pendientes con una espada, no por sus antepasados samuráis, sino porque en Japón llevar una pistola se considera un delito grave.

En ocasiones, las mafias colaboran o sirven de instrumentos para los gobiernos. En 2014, durante las manifestaciones en Hong Kong a favor de la democracia, las tríadas apoyaron a las autoridades chinas para frenar a los jóvenes manifestantes y se ganaron el reconocimiento de Pekín. En algunos países donde las mafias tienen más poder, como los cárteles de la droga en México y los refinadores de heroína de Wa en las regiones de Shan y Kachin (Birmania) -que supuestamente procesan el 45% de la producción mundial-, el crimen organizado crea sus propios "Estados" con leyes, prestaciones sociales y códigos penales estrictos.

Estas sociedades la controlan los hombres: en ninguna mafia se permite a las mujeres desempeñar un papel -salvo excepciones, como cuando Fumiko Taoka tomó durante tres años el mando del grupo de 23.000 personas Yamaguchi-gumi tras la muerte de su marido-. El amor es peligroso para los hombres de honor, conduce a las confidencias y a las posibles traiciones.

En 2014, cuando conocí a Elisabetta Tripodi, la valiente alcaldesa de Rosarno -una ciudad controlada por la 'Ndrangheta-, me confirmó que dos esposas de mafiosos de la 'Ndrangheta se habían convertido en informadoras: "Colaboran con la policía porque es lo mejor para sus hijos". Una de ellas fue asesinada, su cuerpo fue disuelto en ácido, y la otra sobrevivió para testificar contra los miembros de su propia familia. En total, las penas alcanzan los 600 años de prisión.

La vida de un capo de la mafia es estresante y peligrosa. Utilizando sus propias fuentes y recursos externos, Varese proporciona una descripción detallada de Merab, un jefe vory v zakone en Georgia que trataba de organizar una gran reunión con otros capos en Italia para cerrar algunos acuerdos y aumentar su estatus. A pesar de que las policías de Georgia, Rusia e Italia son conscientes de la mayoría de sus movimientos, Merab finalmente saca adelante la reunión y gana un añadido: el asesinato de uno de sus mayores rivales, Khasan.

A las mafias les gusta que se les represente con dignidad y aprobación: les fascina la trilogía de El padrino por su énfasis al honor, el amor a la familia y el control. Un vor de la ciudad rusa de Kazán, Radik Galiakbarov, solía hablar como Marlon Brando en El padrino, incluso desplazaba hacia fuera su mandíbula. Las películas son tan cautivadoras porque son idealizadoras: Galiakbarov fue un sádico asesino que lideró con terror durante 20 años.

Varese no idealiza. Con un punto de vista neutral a la hora de describir el horror, el italiano concluye alegando que "el dolor que se ha causado nunca podrá justificarse". No obstante, puede llegar a comprenderse gracias a su libro.

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