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Evo Morales corteja a Bolsonaro ad portas de renegociación del gas

El año pasado, el gas representó un 94% de todo lo que Brasil importó de Bolivia, y para el país altiplánico significó más de un 3% de su PIB.

Por: Valor Económico | Publicado: Lunes 7 de enero de 2019 a las 16:44 hrs.
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Una inusitada tentativa del presidente boliviano, Evo Morales, de aproximarse al gobierno de Jair Bolsonaro se produce en un momento clave para la definición del futuro de la relación comercial entre los dos países. A fines de 2019 vence el contrato de exportación de gas natural boliviano a Brasil. La renovación de ese contrato es vital para Bolivia y para Morales. 

El año pasado, la venta de gas a Brasil generó ingresos de US$ 1.540 millones a Bolivia, y representó un 94% de todo lo que Brasil importó de Bolivia, según datos del Ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicios (MDIC), que fue incorporado por el nuevo Ministerio de Economía. En 2017, los ingresos por la venta de gas a Brasil representaron un 3,2% del PIB de Bolivia. 

La estatal boliviana YPFB pretende presentar este mes una propuesta de contrato a un grupo de distribuidoras de gas canalizado de Brasil. El escenario del mercado es tan favorable como hace 20 años. El contrato original entre los dos países fue firmado en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Las importaciones comenzaron en 1999, en un contexto en el que el sector de gas natural daba sus primeros pasos en Brasil. 

Ahora, con el aumento de la producción nacional, la expectativa es que la demanda por el gas boliviano baje en los próximos años. Lo mismo debe pasar en Argentina, el segundo mayor comprador de gas de Bolivia, que está iniciando la exploración de gas de esquisto en el campo de Vaca Muerta. 

Según las proyecciones de la Empresa de Investigación Energética (EPE), las importaciones brasileñas de gas natural deben caer a niveles cercanos a 20 millones de metros cúbicos diarios (m3/día) a partir de 2022. El contrato actual prevé la importación de cerca de 30 millones de m3/día, de los cuales una primera cuota, de 18 millones de m3/día, vence este año.

Nuevos actores 

El canal de negociación también cambió. Si en el pasado los contratos eran discutidos en una relación centralizada y estatal, entre representantes de los dos gobiernos, Petrobras e YPFB, un nuevo contrato deberá ser negociado de forma diferente. La estatal brasileña ya señaló que no se encargará más de importar todo el volumen de gas que trae hoy de Bolivia y traspasa a las distribuidoras. Eso significa que YPFB tendrá que negociar directamente con las concesionarias los nuevos contratos. 

"La coyuntura hoy es diferente que cuando estaba en el poder Luiz Inácio Lula da Silva o Dilma Rousseff. Morales debe preocuparse más porque no está en una situación favorable", afirma el ex ministro de Hacienda de Bolivia, Luis Carlos Jemio, para quien el tratamiento amistoso del presidente boliviano, un exponente de izquierda en la región, con un líder de extrema derecha muestra que Bolivia ya está de lleno en la renegociación del contrato de gas.

Debido a la proximidad del término de contrato entre Petrobras e YPFB, las distribuidoras Sulgás (RS), SCGás (SC), Compagas (PR), MSGás (MS) y Gas Brasiliano (SP) se unieron en torno a un llamado público conjunto para contratar 10 millones de m3/día. Esperan recibir durante este mes las propuestas de las proveedoras. 

YPFB ya señaló su interés en participar, pero el precio puede cambiar. El contrato actual sigue una fórmula indexada al dólar y a una canasta de aceites, pero una eventual competencia con otras productoras puede traer, para las distribuidoras brasileñas, condiciones contractuales mejores. 

"Con la recaudación prevista de las exportaciones para Argentina, las empresas que actúan en Bolivia tendrán volúmenes disponibles y podrán buscar en Brasil un mercado para esos volúmenes. Todas esas compañías que actúen en Bolivia y también poseen activos en Brasil son candidatas naturales (a participar en la competencia), comenta Marco Tavares, consultor de Gas Energy. 

Este es el caso de productores como Shell, Total y Repsol, además de la propia Petrobras, que también asoma como candidata natural para suplir a las concesionarias. 

"Vivimos una inflexión en los precios internacionales del petróleo. Eventualmente podrán haber ofertas buenas en la competencia", dice Cosme Polese, presidente de SCGás.

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