Jacinto Chacón, por la filosofía histórica de Chile

Por Alejandro San Francisco Profesor del Instituto de Historia y la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Chile.

Por: | Publicado: Viernes 30 de diciembre de 2011 a las 05:00 hrs.
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La forma de escribir historia en Chile tiene su origen en una interesante discusión intelectual en la cual participó el sabio venezolano Andrés Bello, quien argumentó contra la postura sostenida por José Victorino Lastarria y Jacinto Chacón (1820-1893).

En lo esencial, la disputa consistía en que Lastarria estaba convencido en la necesidad de desarrollar la llamada “historia filosófica”, definida por Vicente Fidel López como una “ciencia nueva… propiedad de nuestro siglo… que consiste en ligar lo que es con lo que será”. Es decir, el intento de comprender el sentido de los acontecimientos históricos más que los sucesos mismos. Como contrapartida, Andrés Bello argumentaba que en los pueblos jóvenes como Chile era conveniente, en primer lugar, conocer muy bien los hechos, para lo cual había que investigar y escribir sobre ellos: sólo después sería posible asumir la tarea filosófica de interpretación.

En medio de ese debate historiográfico aparece la figura de Jacinto Chacón, educador, intelectual y hombre público de mediados del siglo XIX chileno. Tempranamente fue parte de la generación de 1842 y formó también la Sociedad de Amigos de la Ilustración, por cuanto era un convencido de las ideas que marcaban “el espíritu del siglo”, la fe en el progreso y en las posibilidades de la razón.

En el debate historiográfico, siendo profesor del Instituto Nacional, contradijo en 1848 la defensa que Bello hacía del método de la historia narrativa, considerada por Chacón como “chato y limitado, incluso superficial”, en palabras de Cristián Gazmuri. Por el contrario, Chacón y Lastarria apoyaban una historia filosófica basada en la idea del progreso indefinido, donde cada etapa histórica era superior que la precedente, cuestión fundamental para contraponer los siglos coloniales al progreso provocado por la Independencia y la República en Chile. Así lo resumía en unos versos que reproduce Bernardo Subercaseaux: “A esa España gastada, envejecida/ Astro sin rotación, tocole en suerte/ a esta América enviar lleno de vida/ su espíritu de muerte”.

En 1851 Chacón se trasladó a Valparaíso, donde promovió la formación del liceo de la ciudad, además de escribir en El Mercurio, el gran periódico del puerto. Adicionalmente, en su vida participó en la Revista de Santiago, la Revista de Valparaíso y la de Sud-América, además de dirigir la Revista del Pacífico.

Jacinto Chacón fue además autor de muchas obras, tales como Poesía Nacional y La fe sobre los montes: himno social y religioso. Uno de los temas en los que tenía mayor interés fue la religión, que lo llevó a publicar Los conflictos entre la Iglesia y el Estado (1884), en medio del gobierno de Domingo Santa María y tras la aprobación de las leyes laicistas.

Tuvo una relación privilegiada con la Marina, por razones familiares. Su hermana Rosario fue la mamá del héroe patrio Arturo Prat, y el propio Jacinto Chacón con su mujer, Rosario Orrego, formaron al también marino Luis Uribe Orrego. Chacón murió en Santiago, poco después de la guerra civil de 1891.



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