La demografía plantea un dilema a India

El aumento en la fuerza laboral será un catalizador para el crecimiento económico o para el descontento social — o ambos.

Por: | Publicado: Martes 13 de septiembre de 2011 a las 05:00 hrs.
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India va camino a superar a China como el país más poblado del mundo, pero esta será una bendición mixta. La población en edad de trabajar de India seguirá expandiéndose, impulsando el crecimiento económico. Pero este “dividendo demográfico” no está garantizado; producirá grandes beneficios sólo si la educación y formación, en especial de las mujeres y los ciudadanos rurales, se refuerzan. Mientras tanto, una población creciente pondrá presión adicional sobre recursos, instituciones e infraestructura ya sobrecargados.

Aunque la tasa de crecimiento de población de India se está desacelerando gradualmente, el fracaso previo de políticas de planificación familiar significa que India superará China como país más poblado del mundo a mediados de los 2020, con una población cercana a los 1.500 millones de personas. La tasa de crecimiento de la población se está desacelerando, principalmente como resultado del aumento del nivel de vida y un cambio en la política desde la esterilización hacia mejorar el bienestar económico y social femenino. Sin embargo, la tasa de fecundidad de 2,7 hijos por mujer sigue aún casi 30% por encima de la meta oficial.

La población creciente de India creará oportunidades e impondrá costos. Una mayor degradación del medio ambiente y una presión creciente sobre los recursos de agua y alimentos parecen inevitables. De acuerdo con las previsiones de la Economist Intelligence Unit, en 2015 la proporción de la población en el etáreo 0-14 caerá bajo el 30%, con consecuencias potencialmente beneficiosos para el sistema de educación. En el mismo período, la proporción de la población de más de 65 años aumentará ligeramente, aunque en ausencia de un sistema nacional de pensiones esto no tiene las consecuencias preocupantes para el pasivo previsional que enfrentan los países desarrollados.



Cuello de botella


India tendrá una población en edad de trabajar creciente en un momento en que otros países, incluyendo China, enfrentarán alzas en los ratios de dependencia. Esto resultará un catalizador para el crecimiento económico sostenido y rápido o para descontento social — o, lo que es más probable, para ambos.

Si India puede implementar un sistema educativo que garantice que su población en edad de trabajo cumpla con las exigencias mundiales, tendrá un buen desempeño, probablemente a través de una combinación de un traslado en la producción a India y la migración al exterior de trabajadores indios para satisfacer las necesidades de otros países. Si su sistema de educación no logra adaptarse, sin embargo, es probable que la gran población subempleada resultante conduzca a una mayor inestabilidad social.

La falta en India de una base industrial bien desarrollada también obstaculizará la generación de empleo. El gobierno está apostando a la expansión del sector manufacturero para aumentar las oportunidades de empleo, pero no creemos que crecimiento del empleo en el sector logre seguir el ritmo de expansión de la fuerza laboral. Mientras tanto, la migración a las ciudades desde las zonas rurales también está generando tensiones laborales. La población urbana de India creció de poco más de 25% de la población total en los ‘90 a casi un tercio a fines de los 2000. Esto ejercerá presión sobre la infraestructura de las ciudades, que en la mayoría de los casos es incapaz incluso de soportar los niveles actuales de población. Es probable que la oferta de transporte, agua, alimentación y vivienda en muchas áreas urbanas se vea aún más exigida, y los niveles de contaminación y delincuencia podrían aumentar.

El gobierno liderado por el partido Congreso reconoce la necesidad de mejorar los estándares de vida en las zonas rurales como medio para disuadir la migración a las ciudades y estimular la economía rural. Sin embargo, el desempleo urbano ha seguido aumentando en los últimos años, en gran medida debido a que el rápido crecimiento de la población está incentivando la migración desde las regiones rurales a las zonas urbanas. En las próximas dos décadas gobiernos sucesivos seguirán concentrando la atención en el sector agrícola (con el objetivo de frenar la migración del campo a las ciudades) y en la manufactura (para permitir al sector proporcionar puestos de trabajo para los miembros menos educados de la fuerza laboral).

La probabilidad de éxito de estos esfuerzos es discutible. Si el crecimiento económico sigue concentrado en áreas de alta tecnología, tales como telecomunicaciones, informática y productos farmacéuticos, el supuesto bono demográfico de India podría resultar un obstáculo en la práctica si la economía no logra generar suficientes oportunidades de empleo para absorber la creciente fuerza laboral. En un escenario más optimista, la mano de obra de India llenará los vacíos en los mercados laborales de otros países, ya sea a través de la subcontratación de operaciones de manufactura y servicios a India, o por la migración de trabajadores indios a otros países. India se beneficiaría del aumento de las remesas de trabajadores extranjeros resultantes del desarrollo de estos últimos. Sin embargo, para que esto ocurra sería necesario calzar las habilidades de los trabajadores del país y las requeridas en el extranjero.

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