Banca & FinTech

Experto en banca digital: así es el nuevo CEO de Scotiabank Chile

Diego Masola, tiene más de 30 años de experiencia en la industria financiera y ha estado ligado al banco canadiense en los últimos 20 años.

Por: Vicente Vera V. | Publicado: Miércoles 21 de abril de 2021 a las 12:35 hrs.
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Diego Masola es actualmente head de Scotiabank en Centroamérica. En Chile será el CEO de la firma a contar del 1 de junio.
Diego Masola es actualmente head de Scotiabank en Centroamérica. En Chile será el CEO de la firma a contar del 1 de junio.

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Tras más de ocho años a cargo de Scotiabank en Chile, el gerente general, Francisco Sardón, regresa a su país para hacerse cargo de la operación del banco en Perú. Su reemplazante será Diego Masola, ejecutivo argentino que debutará en el banco canadiense el 1 de junio.

Amante del surf, el rugby, el fútbol y el rock, se define como un hombre competitivo y apasionado. A sus 51 años de edad, este contador público de la Universidad Nacional de Mar del Plata llega a la gerencia general de Scotiabank Chile tras una carrera de más de 30 años en la industria, de los cuáles 20 años ha estado en el banco canadiense. 

Arrancó muy joven en el sector, cuando aún no terminaba la universidad. En su tercer año de estudios empezó a trabajar en BBVA Argentina en 1991, desempeñándose como trainee en la banca minorista.  A los dos meses lo ascendieron como analista de banca comercial y PYME. Con apenas 25 años y recién egresado, se convirtió en gerente senior en banca comercial en Mar del Plata.

Tras cuatro años en BBVA, en 1995 se trasladó al Banco Galicia en donde se desempeñó en el mismo cargo en la misma ciudad y luego en Necochea. En esta última urbe, orientó el negocio hacia el sector agrícola.

Entre 1999 y 2001 trabajó como gerente de la nueva sucursal de Société Générale en Mar del Plata en medio de un proceso de expansión del banco francés en el país trasandino.

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Crédito foto: Elsurfero.com

Los 20 años con Scotiabank

Su vínculo con Scotiabank comenzó en abril de 2001, cuando se convirtió en responsable de la operación de la compañía en Mar del Plata.

El 2 de diciembre el gobierno del expresidente, Fernando de la Rúa, estableció el recordado "corralito", impidiendo la salida de dinero a las personas desde los bancos. Esta situación desencadenó una de las mayores crisis económicas y políticas en la historia de Argentina, con una ola de protestas.

De la Rúa abandonó la Casa Rosada en un helicóptero el 20 de diciembre, pero la crisis se mantuvo en 2002. Esto llevó a Scotiabank a bajar las cortinas y a abandonar dicho país.

De los más de 2.000 empleados que tenía la firma en Argentina, a cerca de 20 les ofrecieron seguir trabajando en la empresa, uno de ellos fue Masola. Así, el ejecutivo dejó Mar del Plata y entre de 2002 y 2012 ocupó diferentes puestos en República Dominicana, Puerto Rico y Toronto. Siempre ligado a la banca corporativa y comercial.

En 2013 comenzó su ascenso. Le ofrecieron la gerencia general de Scotiabank en Uruguay y regresó a Sudamérica. El desafío en Montevideo no era menor ya que la compañía había comprado dos bancos y estaban en proceso de absorción. Esto llevó a que el banco ahora esté posicionado entre los cuatro principales actores de ese mercado.

La mirada digital

En la industria destacan su rol en el proceso de digitalización de Scotiabank en Uruguay. Al mando del banco, implementó medidas para que, al menos la mitad de los productos fueran digitales y a libre disposición las 24 horas.

El ejecutivo ha señalado que para competir en la industria financiera es clave la tecnología para crecer en el mercado, por lo que se debe adaptar rápidamente a los cambios y aprovechar las oportunidades del momento.

Ha mencionado que uno de los factores que va a revolucionar la banca es el uso del blockchain e impulsó su uso en Uruguay. Cree que con la transformación digital las sucursales no van a desaparecer, sino que tendrán un rol de asesoramiento más que transaccional.

En una entrevista con el medio uruguayo Crónicas, afirmó que "no hay que asustarse con la tecnología, sino que hay que abrazarla, mantenerse flexible para aprender cosas nuevas, porque no podemos pretender entrar a trabajar a un banco y jubilarnos 30-35 años después haciendo lo mismo".

De ahí su énfasis en desarrollar una banca digital potente, puesto que, si no, "el cliente nos abandona y se va a ir con Samsung Pay, Apple Pay y demás".

A las FinTech las cataloga como "colaboradoras" en la industria financiera, pero su visión con las criptomonedas es agnóstica. Las considera un "invento peligroso" pero matiza que "hay que mirarlo de cerca, es algo que es nuevo. Pero en ese sector no está metido el regulador, que es el que protege los intereses del consumidor. Me gustaría verlo ahí también al regulador".

Tras cuatro años en Montevideo, se trasladó a Centroamérica en 2018 para dirigir el banco en esta región. Apostado en San José lideró otro proceso de integración, el séptimo en su carrera: la absorción del negocio de tarjetas de crédito de Citibank en Costa Rica y Panamá.

Al igual que en Uruguay, comandó el proceso de digitalización de Scotiabank en Costa Rica, Panamá, El Salvador y Guatemala, mercados donde el banco tiene más de 3.000 trabajadores. El objetivo del negocio era implementar una plataforma tecnológica que fuera capaz de aumentar la eficiencia y rentabilidad de la operación.

El desembarco en Chile

A contar del 1 de junio, Masola estará a cargo de Chile. El reto es importante teniendo en consideración que en términos de activos, el mercado chileno representa la segunda operación más grande después de Canadá, incluso superando a Estados Unidos y México.

Asimismo, la industria bancaria local es altamente competitiva y deberá resguardar el 14% de participación de mercado que tienen Scotiabank en el país. Otra tarea que tendrá se estrechar vínculos con la familia Said, que son socios minoritarios de los canadienses tras comprar BBVA Chile. 

Deportista y amante de la cocina

En el plano personal, Masola no es el típico banquero sentado en una oficina con un traje y colleras. Quienes lo conocen saben que le gusta estar en terreno.

Se define como "surfista de toda la vida", pasión que comenzó a los 11 años y cuando viaja a algún lugar con olas, siempre anda con su tabla. Resaltó a Crónicas que "es algo que me mantiene más o menos en estado físico, porque si no tienes un poquito de estado físico no puedes surfear".

Le gusta la música y cuando se va a surfear le gusta escuchar AC/DC, Rolling Stones y Bob Marley.

Su otra debilidad es el rugby. Este deporte lo empezó a practicar desde el colegio cuando tenía seis años y lo llevó a jugar para el Sporting de Mar del Plata. Es hincha de River Plate y su plato preferido es el asado de tira.

Es el menor de seis hermanos, casado y tiene dos hijas. Su padre murió a los 10 años, por lo que su madre fue un pilar fundamental en su familia.

Detalló que "mi madre, a pesar de que mi padre falleció con 54 años, nos taladró para que aprendiéramos inglés y que siguiéramos estudiando".

Le gusta el comercio. Cuando era universitario vendía ropa puerta a puerta en Mar del Plata. Importó ropa de Indonesia e instaló un bar-pizzería que ofrecía hamburguesas.

Con sus hermanos mantiene un emprendimiento personal que es la fabricación de cápsulas de café. La empresa familiar se llama MitoEspresso. Declaró que "el día que me retire seguramente me voy a ir a trabajar con ellos porque me fascina".

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