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Conflicto entre EEUU e Irán trae de vuelta el riesgo a los mercados

Trump sigue siendo una de las mayores incógnitas para los inversionistas en 2020.

Por: | Publicado: Martes 7 de enero de 2020 a las 04:00 hrs.
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Las suposiciones comunes sobre la estrategia de Donald Trump en Medio Oriente ahora se hicieron añicos. Foto: Reuters
Las suposiciones comunes sobre la estrategia de Donald Trump en Medio Oriente ahora se hicieron añicos. Foto: Reuters

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Le tomó tres días al rally de fin de año de los mercados financieros para enfrentarse a la dura realidad en 2020. El asesinato de Qasem Soleimani, el general iraní clave, en un ataque aéreo estadounidense ha llevado a una reconsideración del riesgo: los precios del petróleo han subido a US$ 70 el barril, el oro está en su mayor precio en siete años y los mercados accionarios han experimentado ventas en todo el mundo. Los activos refugio, como los bonos soberanos y el yen japonés, han subido.

Sin embargo, esta recalibración ha sido modesta. En comparación con las evaluaciones de algunos analistas geopolíticos que advierten que una represalia y escalada podría llevar una guerra a escala completa entre Irán y EEUU, el ajuste en los mercados ha sido limitado.

No entrar en pánico y esperar a ver cómo responde Irán es una estrategia prudente. Pero también hay un grado de complacencia en la débil reacción. La guerra no es buena para nadie, pero podría pasar, con un Presidente estadounidense que busca la reelección y un régimen iraní preocupado.

Por el momento, los inversionistas parecen haber concluido que las perspectivas de guerra no son tan serias como sugieren los analistas. Los precios del petróleo todavía están por debajo del nivel al que llegaron en septiembre después del ataque la infraestructura petrolera de Arabia Saudita y el alto precio del oro refleja en parte el apetito por un refugio que no tiene rentabilidad negativa.

Irán tiene la reputación de ser un operador astuto en el Medio Oriente. La represalia podría ser considerada y no llegar por semanas. China es ahora el mayor comprador de petróleo iraní; cerrar el Estrecho de Ormuz sería contraproducente para un régimen que enfrenta una economía débil.

La memoria popular del shock petrolero de los ‘70 no sería una predicción certera del impacto económico de un conflicto en Medio Oriente. Occidente es mucho menos dependiente del petróleo y buena parte del crudo de Irán está fuera del mercado por las sanciones. La revolución del esquisto ha dejado a EEUU menos dependiente de las importaciones.

Después de que los mercados disfrutaran de un 2019 muy rentable, las ventas en 2020 podían ser inevitables. Muchos inversionistas estaban incorporando a precios un alivio en las tensiones comerciales entre EEUU y China.

Los inversionistas también están confiando en que los bancos centrales los protejan de cualquier venta brusca. La Reserva Federal abandonó sus intentos de “normalizar” la política monetaria el año pasado y en cambio bajó las tasas de interés para apoyar a la economía. El presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, dijo la semana pasada que las tasas bajas llegaron para quedarse.

Pero las suposiciones comunes sobre la estrategia de Donald Trump en Medio Oriente ahora se hicieron añicos. Sus acciones la semana pasada muestran que sigue siendo una de las mayores incógnitas para los inversionistas en 2020. El riesgo está de vuelta.

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