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José María Barrionuevo: “La vida nos está dando la mayor lección de lo que realmente significa aislarse al extremo”

Hace ya cuatro semanas que el asesor financiero trabaja desde su casa. “Si la crisis de 2008 fue una falla del sistema circulatorio, el sistema financiero, esto es un infarto”, dice.

Por: Renato García | Publicado: Lunes 23 de marzo de 2020 a las 04:00 hrs.
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José María Barrionuevo lleva más de 25 años ligado al sector financiero de Wall Street, donde comenzó a los 28 años. Primero en JPMorgan y luego Barclays, entre otros, se decidió en 2014 a fundar Brighthill Capital, su firma de asesorías de inversión.

“A mí lo único que me han tocado son crisis, desde que llegué en 94, en diciembre empezó la crisis del tequila de México y a partir de ahí, la de Rusia, la crisis asiática, la de Argentina, Brasil, y luego la de 2008”, comenta. Y en su opinión, esta es por mucho la peor de todas, por la forma en que golpea a todo el mundo de manera conjunta, uniforme y brutal.

Anticipando la gravedad de la situación, hace ya cuatro semanas Barrionuevo dejó sus oficinas en el Midtown de Manhattan para recluirse en su departamento cerca de Grand Central, junto a su esposa y sus dos hijas más pequeñas. “Nos afecta un poco en el sentido que impide nuestras reuniones y presentaciones. Pero no es crítico”.

En una ciudad como Nueva York, donde predomina la industria de servicios, la mayoría puede seguir haciendo su trabajo, asegura. Pero le preocupa el efecto que el aislamiento pueda tener en la bolsa, que esta semana suspendió el trading en el piso y comenzó a operar electrónicamente, algo que en su opinión fomenta la volatilidad. “No es lo mismo tener a toda la gente junta, compartiendo información, a tenerlo todo remoto. Cuando empiezas a ver que todo cae y no sabes por qué tienes que vender. Esa es tu obligación”.

-¿Cómo se llevan cuatro semanas trabajando con toda la familia?

-Yo comencé hace cuatro semanas. Las clases se suspendieron recién hace dos. La verdad es que hay muchas cosas que puedes hacer. Lo importante es organizarte bien. Mis hijas hacen sus tareas, sus deberes diarios y juegan como siempre. Se pelean igual que siempre, todo muy normal. Yo era muy fanático de ver deportes, las ligas de fútbol, y extraño mucho eso, pero ahora vemos más bien películas, y un poquito de noticias. Por la tarde salimos a caminar bastante, a veces hasta dos horas. Con mi hija más pequeña de 7 años incluso hemos caminado casi siete kilómetros. Eso despeja, ayuda, es muy importante para relajarse y mantenerse físicamente bien.

-¿No ha sido un cambio tan duro?

-Ha sido un cambio fuerte, pero también bonito. Dios mismo nos está obligando a enfocarnos en lo que realmente vale la pena, los seres humanos, la familia. Hace algunos días veía en la prensa una foto del yate de Bill Gates de US$ 600 millones y en la misma página otra de una mujer en Medio Oriente que había vendido su cabello para alimentar a su hijo. Ese contraste tan extremo está mal. Está mal no tener conciencia de lo que pasa en el mundo. Y cuando ocurre una crisis tan fuerte en todo el mundo, es una manera de adquirir conciencia.

-¿Saca alguna lección de todo esto?

-Si todo esto termina en una depresión, entonces todos los que se creían grandes y pode-rosos sufrirán igual que el resto y verán que todos somos esencialmente iguales y debe-mos apreciar a los demás. Irónicamente le va a enseñar a todos esos personajes autoritarios que buscan aislar al mundo que ya es muy tarde. Desde 2008 muchos países industrializados en Europa y EEUU, han tenido un prolongado período de bajo crecimiento que ha sido terreno fértil para populistas y nacionalistas como Donald Trump, Boris Johnson, en Reino Unido y López Obrador en México. Políticos muy autoritarios que han buscado aislar a sus países y la vida les está dando y nos está dando la mayor lección de lo que significa aislarse. Y nos estamos dando cuenta que esa no es la respuesta. Esa es la gran lección de lo que estamos viviendo. Lamentablemente el costo puede ser muy elevado.

-¿Y como economista, cuál es su visión de la crisis?

-Esta es la peor crisis en la historia moderna porque como surgió de una emergencia de salud no tiene los aspectos tradicionales que se pueden confrontar directamente. Además, se está enfrentado de una manera muy incompetente. Entonces es una combinación extremadamente mala de la peor crisis en la historia moderna manejada por los gobiernos más incompetentes.

-¿Podría desembocar en una depresión?

-Si la crisis de 2008 fue una falla del sistema circulatorio, el sistema financiero, lo que ahora estamos viendo es un infarto. Esta crisis le pega sobre todo a las PYME, que en su mayoría son de servicios, donde se necesita interactuar entre humanos. Estas empresas sostienen casi 80% del empleo y no pueden aguantar mucho. Si el sector cayera 20% -va a caer mucho más-, en dos meses se perderían US$ 3,5 billones (millones de millones) y el PIB caería 10%. Si se extiende a tres meses la baja sería de 15%. Si se prolonga mucho, cientos de miles de empresas van a quebrar y despedir a todo el mundo. Eso sí sería una depresión.

-¿Por qué dice gobiernos incompetentes?

-La mayor incompetencia es que ya tenemos el camino marcado de lo que se debe hacer y no lo estamos siguiendo. Corea del Sur ha sido muy exitosa no solo en enfrentar el virus sino también en contener el daño económico. Lo importante es que el shock sea lo más breve posible, pero el gobierno de EEUU y el FMI están diciendo que se deben tomar medidas para aplanar la curva de distribución del virus. Eso va extender el shock. En Corea del Sur, la curva de distribución tuvo forma de letra A, con un techo alto que cayó rápidamente.

-Pero Trump acaba de lanzar un plan de estímulo…

-Trump primero dijo que no iba a pasar nada, pero después dio un bandazo y dijo que esto iba a estar muy mal por lo menos hasta agosto y hasta agosto no sobrevive ningún negocio.

-¿Y las medidas en sí mismas?

-Trump primero quería recortar el impuesto a la nómina. Pero si las empresas van a echar a todos no van a pagar ningún impuesto. Entonces, decidió regalar US$ 1.000 mensuales a cada hogar, hasta por dos meses. Pero eso no es eficiente porque le dará dinero a mucha gente que no lo necesita tanto. Por su parte, la Reserva Federal también ha actuado muy lento. Hay que darles por lo menos US$ 1,5 billón, siempre y cuando mantengan su nómina. Y ahí sí tiene sentido que no le cobre el impuesto a la nómina. Habría que tomar el programa de la Fed y el dinero que Trump quiere regalar, y focalizarlos en los desempleados. Ayudar a los que perdieron su empleo y a las empresas a no despedir.

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