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Paul Romer: “Hay un nivel de negación acerca de cómo ha cambiado el mundo”

El mundo después del Covid-19 será diferente, pero dependerá de que apliquemos la estrategia correcta el cuán llevadero será.

Por: Marcela Vélez-Plickert | Publicado: Domingo 3 de mayo de 2020 a las 19:00 hrs.
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Ilustración: Sebastián Ulloa
Ilustración: Sebastián Ulloa

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Paul Romer tiene un plan. Uno elaborado en base a un detallado modelo matemático y económico; y el execonomista jefe del Banco Mundial y Nobel de Economía ha hecho de difundirlo su nueva misión. Puede ser porque tiene a una hija médico trabajando en el área de emergencias de un hospital pediátrico en Filadelfia, o porque -como afirma- este "es de hecho su trabajo como economista", pero Romer se ha dedicado a tiempo completo desde marzo, cuando Estados Unidos comenzó a sentir el impacto de la pandemia, a desarrollar un modelo para convivir con el virus SARS-CoV-2 sin necesidad de cerrar la economía y, con ello, agravar la recesión.

En entrevista con Diario Financiero, desde su casa en Nueva York, donde han muerto casi 19.000 personas por el virus, Romer explica su propuesta para que el mundo viva con éste y los próximos coronavirus.

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- ¿Qué lo ha llevado a dedicarse tiempo completo a desarrollar un modelo, un plan?

- No trabajo para nadie. El único apoyo ha sido la Fundación Rockefeller, me ha dado pequeñas subvenciones para la difusión. No tengo donantes, ni patrocinadores. Solo he buscado decir al público lo que creo es la mejor salida para Estados Unidos o cualquier otro país, y lo hago porque ese es mi trabajo como economista. Mi trabajo es estar disponible para decir claramente, y a veces sin rodeos, lo que a veces es más difícil decir para la gente que está en el poder, y es: aquí están, estas son las duras opciones que tenemos ahora. Lo veo como parte esencial de hacer mi trabajo.

- Entiendo que está en contra del debate "salvar la economía o salvar vidas"...

- Así es. No creo que es la forma de abordar esto. La única forma de revivir la economía es hacer que la gente se sienta segura, y la única forma de lograr eso es teniendo un plan creíble para contener la pandemia. Así que tienes que abordar ambos problemas. Pero hay formas de contener la pandemia en las que no tenemos que encerrar a todos y, con ello, permitimos que la economía retome su actividad. En resumen: tenemos que resolver la crisis de salud para poder resolver la crisis económica. Pero, podemos resolver la crisis de salud de una forma que todavía dé a las personas la libertad de volver a sus vidas, sintiéndose seguros, y la única forma de hacerlo es a través de tests y aislamiento.

"Testear y aislar"

En lugar de aplicar cuarentenas masivas (o estratégicas como en Chile), Romer propone que solo estén en aislamiento las personas que puedan contagiar el virus. Suena obvio. Pero no es fácil. "Las personas pueden contagiar aún sin tener síntomas, incluso antes de saber que tienen el virus. Así que la única forma de aislar a quienes pueden contagiar es aislar a todos, o usar tests para identificar y aislarlos", explica.

Aquí es cuando entra en juego su modelo, que contempla aplicar la prueba a toda la población una vez cada dos semanas. Quienes den positivo, comenzarían su aislamiento, mientras los demás siguen trabajando, estudiando, etcétera. En el caso de Estados Unidos, esto implicaría, define Romer, aplicar entre 20 y 30 millones de pruebas por día. Esto es tres o cinco veces más que los 6 millones aplicados hasta ahora en total. En el caso de Chile, el modelo de Romer, implicaría realizar 1,3 millones de tests diarios.

En una primera fase, la prioridad la tendrían quienes, por su trabajo, están en mayor riesgo y en contacto con más personas, como trabajadores de la salud, de hogares o policías. En una segunda etapa se sumarían trabajadores que la economía requiere retomen pronto la actividad, como profesores. Finalmente, los tests deberían estar a disposición de toda la población. Este plan, afirma Romer, "no depende de ninguna nueva tecnología, es mucho menos perturbador y costoso que nuestra política actual, y funcionará incluso en el peor de los casos".

- Entonces, ¿deberíamos enfocar todo este dinero que dedicamos ahora a planes fiscales de emergencia a una producción masiva de tests y a pagar los salarios de quienes tienen que aislarse?

- Sí, pero no creo que haya que plantearlo como una situación de "uno o lo otro". Creo que este es un tema que debería tratarse por separado; y todos deberíamos estar de acuerdo en que es necesario que invirtamos en algo que nos ayude a curar la causa de esta crisis, y no solo en cosas que nos ayuden a sobrevivir a la crisis.

Incentivos

En su estrategia, Romer plantea que el Gobierno implemente incentivos económicos para movilizar todo el potencial de universidades y laboratorios que hay en el país para la producción y aplicación de los tests. También explica que, por ejemplo, investigadores de la universidad de Rutgers han descubierto cómo aplicar los tests PCR (como los usados por el Minsal) con muestras de saliva y no cultivos de garganta o nariz, que requieren mayor experiencia. Romer calcula que el compromiso del Gobierno de adquirir millones de tests de forma permanente haría que su costo bajará de los US$ 100 actuales a US$ 10. Esto permitiría que el costo del plan (incluyendo la logística de aplicación) ascienda a US$ 100 mil millones anuales. Esto es menos que los US$ 25 mil millones mensuales que la economía estadounidense está perdiendo al mes bajo la estrategia actual, según el cálculo del presidente de la Fed de San Luis, James Bullard.

- Pero ¿es aplicable este plan a países de ingresos medios o bajos ingresos?

- Mi estimación de cuánto le costaría a Estados Unidos aplicar este plan es el doble de lo que gastamos en bebidas gaseosas. Sospecho que sería lo mismo en Chile; y creo que sí se puede llegar a un acuerdo para gastar el doble de lo que se destina a bebidas gaseosas (en combatir la pandemia). Así que creo que es aplicable".

- La diferencia es que la bebida la compra cada consumidor y no con dinero fiscal...

- Para mí, como economista, eso no es lo importante. El país tiene unos recursos y lo que hacemos es destinarlos a otro uso. Creo que, si estamos dispuestos a gastar mucho dinero en bebidas gaseosas, estaremos dispuestos a gasta dinero en los tests".

- ¿Por qué ha sido tan difícil para los gobiernos alrededor del mundo encontrar un plan, un modelo, para combatir esta crisis? ¿Nos apresuramos en copiar el modelo de cuarentenas de China?

-Bueno, la cuarentena que se aplica en Nueva York ha funcionado, hemos pasado el peak, y el número de casos está bajando. Fue la medida que se podía aplicar de inmediato y hacía sentido como una medida de emergencia. Lo que tenemos que hacer es una transición desde las medidas de emergencia a una medida sustentable como es testear y aislar".

- Lo contrario serían cuarentenas recurrentes...

- Sí, cuarentenas recurrentes o extendidas. Eso le costaría a cualquier país muchísimo más de lo que podrías invertir en un programa de tests masivos. Es un cálculo de costo/beneficio muy fácil".

- ¿Por qué le ha costado tanto a los gobiernos llegar a un plan como este?

- Pienso que no debe causar sorpresa de que haya dudas en tratar algo nuevo. Ese es uno de lo principales problemas que está frenando a la gente. Pero, la humanidad ha aprendido a volar aviones, usamos electricidad para enviar mensajes por debajo del océano, tenemos experiencia tomando riesgos y probando cosas nuevas. Lo otro es ese mecanismo psicológico que conocemos como negación. Con alguien muy cercano a nosotros muere, tenemos problemas en creer realmente que esa persona ya no está con nosotros. Creo que hay un nivel de negación acerca de cómo ha cambiado el mundo. No podemos volver a hacer lo que estábamos haciendo en 2019, no es una opción. Mucha gente todavía está en estado de negación. De alguna forma, todavía están esperando que después de un tiempo podrán volver a la vida que tenían antes, y no veo ninguna forma de que eso pase. El futuro será diferente. Es perfectamente aceptable. Pero no podemos volver a lo que hacíamos antes.

- ¿Qué cambios nos esperan?

- Bien. Viviremos con este virus... quizás para siempre. Tenemos que adaptarnos a esa nueva realidad. Este virus saltó de otra especie a los humanos y ahora está entre nosotros y no hay nada que podamos hacer contra eso.

- Significa cambiar nuestra forma de vida, también nuestras políticas públicas, nuestro sistema económico...

- No, no creo que tengamos que hacer cambios tan grandes. Lo que tenemos que hacer es aplicarnos un test frecuentemente para identificar quién tiene el virus, y quienes dan positivo se aíslan por unas semanas. Eso no tiene que cambiar radicalmente la forma en que vivimos. Si lo aplicamos, la parte de la población que tiene que estar en aislamiento en un determinado momento del día es menos del uno por ciento. Pero una vez que lo apliquemos no podemos relajarnos, porque si lo permitimos, este virus puede explotar de 50 casos a 5.000 casos a 5 millones de casos en apenas un par de meses; y cada vez que le demos la oportunidad, lo hará.

- Cuando dice "para siempre", me imagino que es "hasta que encontremos una vacuna"...

- Sí, pero no estamos seguro todavía de poder hacerlo, así que necesitamos un plan en caso de que no descubramos una. Debemos tener una estrategia creíble que podamos implementar, y "test y aislamiento" es algo que podemos aplicar para siempre, si es necesario. Lo segundo es que este virus es llamado SARS Sov2, es porque hubo un 1 y habrá un 3 y 4 y un 5... Incluso si encontramos una vacuna contra el Sars SOV 2, todavía creo que debemos tener esta capacidad de detectar estos virus y quienes se contagian, porque lo más probable es que no seamos inmunes a los próximos.

- ¿Cuál sería el impacto en la economía si en seis meses seguimos haciendo lo mismo, teniendo la misma discusión?

- Temo que, ya sea que los gobiernos levanten o no las restricciones, mucha gente tendrá miedo. Miedo de ir a trabajar, de ir al hospital, de ir al dentista... y eso deprimirá nuestras economías. Hasta que no logremos eliminar el miedo, veo muy difícil que podamos revivir la economía.

Entonces, las proyecciones son demasiado optimistas, porque se dice "esta es la peor recesión desde la Gran Depresión, pero se pronostica una recuperación bastante rápida".

"Cuando dicen eso, implican que de alguna forma la situación mejora, el problema desaparece... Pero no veo qué es lo que hará que el problema mejore. El virus continuará circulando. El virus no desaparecerá. Así que no sé por qué hay gente que cree que la economía se recuperará por su cuenta".

Y es precisamente por esto que Romer no se enreda en otras discusiones. La privacidad de los datos, el rol de los gobiernos en la economía, la reacción de los mercados, nada importa o no debería importar ahora. Esas son discusiones que solo distraen del que debería ser nuestro objetivo principal: testear y aislar.

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