Wall Street opera con caídas ante nuevo panorama de incertidumbre en Europa

Wall Street abrió hoy con cifras negativas después de que la rentabilidad de la deuda de España superase el nivel del 7 %.

De esta manera, en sus primeras operaciones el Dow Jones de Industriales perdía el 0,46 % pese a los datos macroeconómicos mejores de lo esperado difundidos en EE.UU.

Ese índice, el principal indicador de la bolsa neoyorquina, restaba a esta hora 55,09 puntos para colocarse en 11.850,5 unidades. El selectivo S&P 500, por su parte, retrocedía 0,68 % hasta los 1.228,56 puntos y el índice compuesto del mercado Nasdaq perdía el 0,63 %  hasta los 2.622,96 enteros.

El comienzo de las contrataciones en Wall Street se produjo con normalidad a pesar de que en los alrededores de la Bolsa de Nueva York comenzaban a concentrarse cientos de "indignados", que iniciaron así los actos de celebración de su segundo mes de protestas contra el sistema financiero.

Los inversores neoyorquinos se decantaban por las ventas para retomar así la fuerte tendencia bajista con la que cerraron la pasada jornada, cuando el Dow Jones se dejó el 1,58 % después de que la agencia Fitch alertó sobre el riesgo de contagio de la crisis de deuda de la zona euro a la banca estadounidense.

Otra vez durante esta jornada las miradas se colocaban en el viejo continente, donde España subió el interés de sus obligaciones a 10 años al 7,088 %, su nivel más elevado desde 1997 y por encima de la barrera del 7 %, que los analistas consideran insostenible para un país.

Las preocupaciones sobre la crisis de deuda de la zona euro presionaban a la baja el rumbo de la jornada en Wall Street, aunque los descensos se veían frenados por la publicación de datos por encima de lo esperado relativos a la economía estadounidense, como el descenso en 5.000 de las solicitudes de subsidio por desempleo hasta 388.000 la semana pasada.

Además, esta sesión se conoció que los permisos de obra en este país aumentaron un 10,9 % en octubre, hasta el nivel más alto desde marzo pasado, aunque el ritmo de construcción de viviendas nuevas en Estados Unidos bajó un 0,3 %.