Cartas a la Directora

Inmigración en Estados Unidos

Señora Directora:

El retiro de Estados Unidos del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y la terrible situación que se vive hoy en día en la frontera sur de dicho país, respecto a los miles de niños separados de sus padres inmigrantes, nos invita a reflexionar profundamente acerca del predominio de la doctrina y lineamientos políticos de un partido por sobre los derechos humanitarios.

¿Es más importante mantener una política de Tolerancia Cero por motivos de interés nacional que el sufrimiento de menores inocentes? La respuesta la parece tener clara la ex Primera Dama republicana, Laura Bush: “Aprecio la necesidad de reforzar la ley y proteger nuestras fronteras, pero esta política de tolerancia cero es cruel, es inmoral y me rompe el corazón”. Michelle Obama concuerda: “A veces, la verdad trasciende los partidos”; insinuando que ningún proyecto político está por sobre los DDHH e instando así a superar las diferencias partidistas para favorecer un trabajo conjunto en busca de una solución.

Andrés Muñoz L.
Investigador Centro de Estudios de Relaciones Internacionales UDD

Teletrabajo en Chile

Señora Directora:

El Ministerio del Trabajo ya dio a conocer detalles sobre el proyecto de ley que busca regular el teletrabajo en Chile. Al trabajador, la normativa le permite complementar la vida laboral y personal. Las empresas pueden contar con colaboradores motivados y comprometidos y, posicionarse positivamente en términos de imagen corporativa.

Si bien el éxito de la norma se ampara en un acuerdo mutuo, sería importante tener claridad de dónde se cierra el trato entre ambas partes. El teletrabajo es un “ganar-ganar” por ambas partes, pero para ello es indispensable visualizar una regulación en términos contractuales, horas de trabajo, beneficios, seguros de accidentabilidad y condiciones laborales, para asegurar que la calidad del trabajo no se vea mermada.

Suyin Palma
directora de RSC de Adecco Chile

Gratuidad y duración de carreras

Señora Directora:

Recientemente se conoció que casi 40 mil alumnos, de los más de 327 mil que hasta ahora han recibido el beneficio de gratuidad universitaria, perdieron esta condición en los últimos dos años por exceder la duración formal de las carreras que cursaban.

Algunos ven esta situación como algo positivo, basándose en el criterio de que sería esperable que si un alumno recibe un beneficio, se le exija excelencia en su desempeño universitario al hacer uso del mismo. Por lo tanto, de no cumplir, es justo que ya no cuente con el beneficio y que sea el propio alumno quien financie el diferencial de sus estudios.

En la vereda contraria están quienes justifican el financiamiento sin límites de la educación terciaria, sin restricciones y sin condicionamiento al rendimiento. Sin embargo, quien conoce la realidad de las universidades chilenas y un poco de estadísticas, coincidirá en que la duración estimada de las carreras tiene una natural desviación que debe ser considerada en la implementación de la gratuidad como política pública.

Dejar sin límites de tiempo la gratuidad elimina la correcta presión por el rendimiento sobre los beneficiados y podría generar costos asociados indeseables para el fisco. Considerar un rango adicional al de la duración formal calculada -algunos especialistas sugieren un semestre- no desvirtúa la política, sino que la hace más realista, mantiene los costos generales contenidos e introduce una visión humana que muchas veces no se considera en los pasillos del poder.

Rely Pellicer
Profesor Facultad de Ingeniería y Ciencias Universidad Adolfo Ibáñez