La salud en la UTI, otra vez
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Señora Directora:
La terrible precariedad de atención que enfrentan día a día miles de pacientes es la arista central de una crisis sistémica. Parte de ella también es la ya inmanejable deuda que mantienen los hospitales con cientos de empresas pequeñas y medianas que les proveen de insumos médicos. En el caso de los asociados a nuestra agrupación gremial, que entregan dispositivos que van desde jeringas, prótesis y camillas, hasta grandes equipos para hacer sofisticados exámenes, la deuda acumulada a junio alcanza los $82 mil millones. Si comparamos este monto respecto al primer semestre de 2018, este se duplicó.
Así, las pymes de insumos médicos, al no recibir pago de sus clientes (los hospitales), se ven a su vez impedidas de cumplir con sus obligaciones de pago con sus propios proveedores y con la banca, que ya simplemente no les da más crédito. En suma, muchas de ellas están al borde de la quiebra, con la inestabilidad laboral que esto genera y la incerteza de futuro para las más de treinta mil familias que integran el núcleo de nuestros asociados.
Por otro lado, estamos convencidos de que este verdadero círculo vicioso contribuirá a agudizar la ya compleja realidad hospitalaria, pues la paralización de esta industria generará desabastecimiento, golpeando nuevamente al eslabón más débil de la cadena: el paciente.
Eduardo del Solar
Director ejecutivo Asociación de Proveedores de la Industria de la Salud (APIS AG)
