Cartas

Línea Kimal-Lo Aguirre

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Señora Directora:

Hace unas semanas la autoridad informó que 18 actores globales adquirieron las bases para la licitación de la línea Kimal–Lo Aguirre, esperando que esta fuese muy competitiva, recibiendo entre tres a cinco ofertas. Esta percepción de competitividad ya sorprendía.

Luego, sólo se recibieron dos propuestas. De ellas, ya sabemos que una tiene un valor de inversión significativamente mayor al de referencia, como lo hizo público el mismo consorcio en que participa Iberdrola, anunciando una cifra superior a 2.500 millones de dólares para este proyecto.

Sin conocer aún la otra oferta, la evidencia a la vista es suficiente para darse cuenta de que el proceso no resulta competitivo, y que los riesgos que observan los inversionistas distan mucho respecto de los que ha tenido en cuenta la instancia a cargo del diseño de una licitación que no ha sido bien articulada.

El haber revocado la exigencia del Estudio de Franja fue una mala decisión, por la cual se intentó por decreto acelerar un proceso sin entender que sólo se le aumentaban los riesgos al inversionista.

Hoy observamos un riesgo mayor de fracaso de este proyecto o terminar pagando un gran sobrecosto por uno que no era el más conveniente. ¿Y quién terminará pagando el sobrecosto en algunos años más? Los consumidores finales. Esto demuestra deficiencias en la gobernanza, planificación y en la gestión de riesgos, sin que ayude a la transición energética y descarbonización, menos aún al bolsillo de todos los chilenos. Se requiere de accountability ahora, no después cuando la memoria haya borrado los detalles.

Luigi Sciaccaluga Nordenflycht

Gerente de Desarrollo y Nuevos Negocios de Plataforma Energía

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