Cartas

Un acuerdo constitucional "de espanto"

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Señora Directora:

Parlamentarios somnolientos, dando sutiles codazos para ocupar un lugar destacado en la foto que inmortalizó el acuerdo constitucional. Muchos de ellos, sin duda, soñaron con ese momento cargado de épica, con ese gol a último minuto.

Es muy destacable ver a partidos de distinto signo alcanzando acuerdos, más todavía si se refieren a la Constitución. Sin embargo, basta leer el texto de ese salvavidas cívico, para percatarnos de que el proceso constituyente está muy lejos de resolver prontamente los problemas sociales que están a la base de esta fogata incombustible.

Este hito -al que nos aferramos con fe a que apacigüe las aguas- al final no es más que la muestra perfecta de la habilidad de algunos para aprovechar el pánico e instalar una discusión que al iniciarse las movilizaciones ni siquiera se mencionaba. Nuevamente somos testigos de la desconexión brutal entre el mundo real y el político, y lo único que permite sobrellevar este calvario, seamos justos, es ver a gran parte del Congreso renunciar a su ideario con la expectativa de buena fe de resolver este drama.

Bien harían los artífices de este embuste histórico en leer "Walking Around" – poema escrito por el poeta cuyo partido no solo se restó de esta instancia de unidad, sino que fue más allá, alentando la destrucción y el saqueo de la democracia-, y al menos sonrojarse al pasar por esa línea que reza "hay espejos que debieran haber llorado de vergüenza y espanto".

Bárbara Bunster G.

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