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¿A quién beneficia el cierre temprano del comercio?

Katia Trusich O. Presidenta Cámara Centros Comerciales

Por: Katia Trusich O. | Publicado: Miércoles 20 de octubre de 2021 a las 04:00 hrs.
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Katia Trusich O.

Se encuentra en tramitación en el Congreso un conjunto de proyectos de ley que proponen el cierre temprano de los establecimientos comerciales, con el propósito de que los trabajadores del comercio puedan tener tiempo de compartir con sus familias. Hasta aquí, parecería ser una idea positiva. Sin embargo, la iniciativa conlleva numerosas implicancias negativas, incluso para los mismos trabajadores que supuestamente debería beneficiar.

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Lo primero es considerar que el comercio establecido es el primer empleador del país, más de un 20% de la fuerza laboral en Chile trabaja en el rubro. Lo segundo, derivado de lo anterior y con connotación positiva: el comercio establecido tiene una fuerte fiscalización en materia de cumplimiento de la legislación laboral. Se trata de una actividad generadora de empleos formales, con todos los beneficios laborales y sociales correspondientes. Esto implica que, entre otros aspectos, funciona con turnos de trabajadores para cumplir las jornadas diarias y semanales que dispone el Código del Trabajo, y atender las necesidades de los consumidores en los horarios establecidos por cada centro comercial.

Se hace muy necesario recordar esta característica de la actividad comercial y despejar así un mito instalado en la opinión pública, que recoge este proyecto de ley: NO es efectivo que los trabajadores del comercio establecido tengan jornadas más extensas que las de cualquier otro rubro, sector de la producción o de servicios. Por el contrario, para cubrir horarios de apertura extendidos, se requiere más personal, más turnos y se da más empleo.

Restringir por ley el horario del comercio establecido implica no sólo desconocer las distintas realidades geográficas y de formato del comercio a nivel nacional, si no, además, perjudicar a personas que hoy tienen la oportunidad de trabajar en distintas jornadas, acomodando también las necesidades de trabajadores diversos (mujeres, jóvenes, tercera edad, etc.) en empleos seguros, formales y de calidad. Recordemos también que la mayor parte de las ventas del comercio se genera durante los fines de semana, adaptándose a las necesidades de los consumidores, respetando tradiciones, hábitos, clima y demás características de un país diverso y cambiante como el nuestro.

Es de esperar que en este proyecto de ley primen las consideraciones que dan oportunidades a los trabajadores, los consumidores, la recuperación del empleo (más de 100.000 puestos de trabajo se han perdido por la pandemia, CNC 2021), y se consideren todas las variables en juego (riesgo de pérdida de 12% de los empleos con la legislación propuesta, CNC 2021) antes de adoptar decisiones definitivas que pueden ser contraproducentes para los trabajadores.

Sobre todo cuando estamos recién saliendo de una crisis sanitaria, aún con aforos limitados en espacios comerciales, en época de elecciones y en momentos de transición de los hábitos de consumo entre lo digital y lo físico.

Necesitamos recalcular a quién beneficia este proyecto, compatibilizando todos los legítimos intereses en juego.

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