Andrés Meirovich

Brexit, ¿qué ha pasado?

Director Genesis Partners

Por: Andrés Meirovich | Publicado: Miércoles 22 de febrero de 2017 a las 04:00 hrs.
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Estando por un par de semanas en el Reino Unido (RU), por un lado uno se deslumbra por su historia, paisajes, cultura y políticas públicas en educación. Pero también uno puede percibir los efectos del resultado del Brexit y el estado de incertidumbre que este proceso está generando en toda la población inmigrante.

Según datos del año 2015, un 8,4% de la población que vivía en el Reino Unido correspondía a residentes extranjeros, ubicándose en el tercer lugar de la Unión Europea, solo por detrás de España y Alemania que tenían un 9,6% y un 9,3% respectivamente. Solo en 2015 el RU tuvo una inmigración neta de 330.000 personas.

Posterior a la votación del Brexit y a la asunción de Theresa May como primera ministra, está la sensación de que a los inmigrantes de la UE se les está empezando a discriminar tal como se hace (o la sensación de) con los inmigrantes provenientes de países fuera de la UE.

Según Andrew Tingley, un conocido experto en el Brexit del bufete de abogados Kinsgley Napley, “hoy por hoy, los inmigrantes europeos están aún protegidos”. Asegura que “logísticamente, legalmente y políticamente están ejerciendo los derechos reconocidos en los tratados europeos y no corren riesgo de deportación. Pero su futuro estatus depende de las negociaciones tras la invocación del Artículo 50 (plazo fatal de dos años para negociar los términos de la salida de la Unión Europea). Yo recomendaría a los inmigrantes de la UE que acumulen evidencia para demostrar ‘residencia permanente’ en el país o que consideren la posibilidad de adquirir la ciudadanía británica”.

Los defensores de la inmigración libre culpan a May por este cambio, ya que los europeos han pasado del 2,7% de las detenciones relacionadas con las leyes de inmigración al 17% tras la votación a favor del Brexit.

Un caso emblemático fue el de Monique Hawkins, una ingeniera informática holandesa que vive en el Reino Unido desde hace 24 años, casada con un inglés y con dos hijos británicos. Monique figura entre 100.000 europeos que se atrevieron a solicitar la ciudadanía británica “por lo que pudiera pasar” tras el Brexit. “Como usted no tiene alternativa para permanecer en el Reino Unido, debería hacer planes a partir de ahora para marcharse”, fue la respuesta que recibió por parte del Ministerio de Interior. Tras el clamor suscitado por su caso, las autoridades británicas accedieron a revisar su expediente y todo parece indicar que se podrá quedar.

Pero de seguro que casos menos públicos obtendrán peores resultados que los de Monique. Miles de inmigrantes polacos, rumanos e italianos que trabajan en aseo o transporte privado realmente están muy preocupados ya que no quieren volver a sus países por las condiciones económicas que éstos tienen.

Solo el tiempo dirá si la decisión a favor del Brexit fue buena o no, pero hasta ahora solo ha causado incertidumbre, angustia para los afectados y sobre todo nada que haga presagiar que el futuro, con un número de inmigrantes reducidos, será mejor que lo que existe hasta hoy.

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