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Brasil en reforma

Maria Rita Bastos-Tigre Abogada Brasileña y Asociada de Larraín y Asociados

Por: Maria Rita Bastos-Tigre | Publicado: Miércoles 17 de julio de 2019 a las 04:00 hrs.
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Maria Rita Bastos-Tigre

Después de más de seis meses de intensa discusión, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó la reforma previsional de Brasil. Aunque la votación en el Senado fue aplazada para agosto, este primer paso ya constituye un primer gran logro del gobierno de Bolsonaro y un importante paso en el control del derroche estatal brasilero, señal potente para que la economía brasileña gane fuerzas y vuelva a crecer.

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Los principales cambios de la “Nova Previdencia”, son el aumento de la edad mínima, que pasa a ser de 65 y 62 para hombres y mujeres, respectivamente; con el requisito de al menos 20 años de contribución para hombres y 15 para las mujeres; una alícuota de contribución en conformidad con el sueldo y la reducción de las distorsiones entre los trabajadores públicos de los privados.

Pese a eso, muchos dicen que la reforma está incompleta, ya que no incluye a los estados y municipios, o el sistema de capitalización -lo que el gobierno espera incluir en una segunda etapa. Pese a sus limitaciones, la reforma, cuando sea aprobada, generará una economía de unos US$ 265 mil millones durante los próximos diez años, lo que permitirá un respiro a las arcas fiscales, y retomar planes de inversión en infraestructura y educación.

La reforma no es la panacea para la economía brasileña, pero crea condiciones para una reforma fiscal, ya en discusión, y permite al gobierno poner en práctica una serie de medidas que tienen como objetivo facilitar los negocios e inversiones en el país, como el programa de privatización, la implementación del ya anunciado plan de reducción de precios de combustibles, además de acciones para la apertura de la economía.

La recuperación de la economía del gigante latinoamericano es valiosa para Chile. Brasil, pese a toda política proteccionista, ya es el principal destino de las inversiones chilenas en el mundo. Así, una agenda política-económica que busca reducir el tamaño del Estado y la deuda pública, a la vez que pretende estimular la actividad productiva con la simplificación del comercio exterior y apertura de la economía, encajan perfectamente en el modelo de negocios de las empresas chilenas.

Hasta los economistas brasileños que han recortado sus pronósticos de crecimiento constantemente están esperanzados. Con esta primera aprobación, la confianza en el país volvió a crecer y los ánimos para nuevas inversiones también. Brasil, sin duda, ha dado un paso importante para superar sus trabas y alcanzar su potencial.

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