Camila Sánchez

Gracias, coronavirus

Camila Sánchez Lecaros Directora Emprendemos +

Por: Camila Sánchez | Publicado: Martes 7 de abril de 2020 a las 04:00 hrs.
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Si uno observa el comportamiento de las aves, podemos notar que la madre espera pacientemente a que la cría crezca hasta ser suficientemente fuerte para echarse a volar. Si el pichón no lo hace, ella forzosamente e incluso de manera aparentemente cruel, lo empuja hasta el borde del nido para que se lance a volar. El pichón que no quiere saltar y volar, muere.

Son adaptaciones de la naturaleza. Simplemente quien se resiste al cambio, no sobrevive. Estamos viviendo un cambio forzado. Nadie se había imaginado, ni en sus peores escenarios, que el mundo entero iba a parar como lo está haciendo ahora. ¿Qué hacemos? ¿Nos resistimos al abismo o nos lanzamos?

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Uno de los efectos positivos del contexto actual (si nos permitimos la saludable práctica de ver el lado bueno), ha sido la digitalización forzada que ha ocurrido de manera transversal en todos los sectores y rangos etarios. La tecnología pasó a ser la herramienta indispensable de todos. Y creo firmemente que es una oportunidad que abre miles de posibilidades.

En pocos días debimos aprender a comunicarnos de manera digital y buscar nuevas soluciones para adaptarnos y colaborar al aislamiento social que requiere la cuarentena. Ha sido una obligada revolución digital y una evolución irremediable en todo. Gracias a la tecnología, “planeamos mejor el abismo”. El coronavirus aceleró tendencias que ojalá se quedaran para siempre.

Los emprendedores (con su notable característica de buscar soluciones a las problemáticas), han sido cruciales protagonistas del cambio. He visto con orgullo cómo han confiado en la innovación para colaborar en esta crisis que experimentamos todos. Creativos que sacan en tiempo récord soluciones como carros eléctricos con baterías de litio hechas en Chile para socorrer a vacunar a la población de riesgo; protectores faciales elaborados de materiales reciclables o impresas en 3D; respiradores mejorados para pacientes críticos hechos de productos que ya existen de bajo consumo en el mercado; mascarillas hechas de cobre chileno y un sinfín de soluciones.

Pero lo que más rescato es el ánimo de colaboratividad que se percibe y observa en el ambiente de todos lo sectores. Emprendedores, empresas, Gobierno, sistemas de salud, y países completos trabajando juntos. La colaboración se acelera con el aporte de la tecnología y debemos aprovecharla. ¿Cuántas oportunidades podemos visualizar desde un prisma proactivo?

El contexto actual nos obliga a ser versátiles, a adaptarnos y no nos queda otra que volar igual que el pichón que la madre empuja al vacío. Interesante sería saber si luego de todo esto seguiremos igual o rescataremos los comportamientos para siempre y mejor. Siendo sinceros, es probable que nos hubiésemos quedado mirando el abismo desde nuestra zona de confort si la madre no nos empuja a él.

Entonces, seamos propositivos. Usemos la tecnología, la innovación y la colaboratividad como grandes alas para surcar el cielo, crecer y salir de esto.

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