Camila Sánchez

Tu basura, mi tesoro

Camila Sánchez Lecaros Directora Emprendemos +

Por: Camila Sánchez | Publicado: Jueves 12 de septiembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Es imposible hacernos los ciegos frente a las catástrofes medioambientales que estamos protagonizando, todos lo sabemos. Ahora mismo observamos con horror cómo se quema la Amazonia, aumentan las temperaturas, se agotan los recursos naturales, crece la contaminación y nos amenaza una realidad angustiante frente a un planeta menos “saludable” que heredaremos a los que vienen.

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Mientras haya espacio disponible, la basura se acumula. Es obvio pensar que a mayor riqueza y desarrollo de los países, mayor es su desecho. Lo cierto, a pesar de tan poco auspicioso panorama, es que las tendencias del mercado apuntan hace un buen tiempo ya a procesos menos contaminantes y de reutilización de materias primas. Sin duda, algo de nuestra consciencia se ha removido y las nuevas generaciones vienen educadas con el chip del reciclaje imborrable que no comprende ni perdona a quienes no reciclen su basura hoy.

Esos mismos jóvenes, muchos de ellos emprendedores, son los que han logrado desarrollar modelos de negocios en base a los desechos y transformar la basura en su principal materia prima, lo que ha ido acompañado de un potente discurso de cuidado medio ambiental y una filosofía de diseño admirable. Recolectar, clasificar y reciclar son los pilares de estos nuevos modelos. Para muchos de ellos, el basurero es un tesoro.

Y así han surgido emprendimientos como Sustentabla, que convierte los residuos plásticos de las playas en pellets para hacer tablas de surf. O Greenglass, que junto a los recolectores de base, busca las botellas de vidrio desechadas para transformarlas en vasos. También está En Faena, una planta que transforma en materias primas los residuos que provienen de varias empresas y organizaciones que buscan revalorizar los desechos de sus operaciones. Incluso existe Convictus, que diseña y elabora lámparas hechas con materiales rescatados de la basura.

Y así hay muchos ejemplos más. Eso sí, todas las iniciativas van siempre acompañadas de una convincente invitación a colaborar, a hacerse cargo de la responsabilidad que tenemos como productores. Porque nos interesa (o debiera interesar), primero por razones medioambientales, dadas las consecuencias que vemos en el planeta. También porque significan oportunidades de crecimiento en un mercado que exige investigación y desarrollo para dar con soluciones que optimicen, sean eficientes y comulguen con una cruzada que nos atañe a todos.

Una mayor conciencia social y leyes más exigentes en el cuidado de recursos, junto a los conceptos de la economía circular, han ido aumentando la valorización de los residuos de todo tipo. Y el foco aquí pasa por la importancia de innovar con las materias primas y procesos que optimicen los residuos, tanto manual como por procesos más elaborados. Reciclar y reutilizar (que no es lo mismo) es un tema de economía y sustentabilidad al que empresas grandes y pequeñas adhieren y que, como consumidores, nos asigna la mayor responsabilidad.

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