Chile en el G20

¿Podemos hablar de algo que vaya más allá de la próxima elección presidencial? Al menos hay que intentarlo, sobre todo si se trata de un desafío de política exterior que deberá abordar el próximo gobierno.

Chile ha sido invitado por Argentina a participar de la próxima reunión del G20 que tendrá lugar en Buenos Aires en 2018, como hiciera también México en 2012. Es muy importante para nosotros, por la jerarquía del foro y la importancia de sus integrantes. Si lo medimos desde el punto de vista económico, los miembros del G20 son nuestros principales socios económicos: con todos Chile tiene acuerdos de libre comercio, salvo Arabia Saudita, Rusia, Sudáfrica e Indonesia. Con este último país estamos negociando; y tenemos acuerdo de doble tributación con Rusia y Sudáfrica.

El contexto mundial y regional en que se realizará la próxima cumbre es muy diferente al de hace 5 años atrás. El ministro argentino de Hacienda Dujovne dijo en el FMI que es muy consciente de que "estamos tomando las riendas del G20 en un contexto crítico, a una década del comienzo de la crisis financiera global. Sabemos muy bien los pasos que se tomaron para evitar una depresión global y los logros del G20 desde ese momento".

Vivimos en un sistema internacional en búsqueda de nuevos equilibrios. La incógnita es saber en torno a qué principios, con qué actores principales y cuán inclusivo será ese orden. El resurgimiento de posiciones nacionalistas y proteccionistas introduce un nuevo factor de riesgo.

El G20 ha sido un foro privilegiado donde hasta ahora se han abordado con cierto éxito los problemas más relevantes para el sistema mundial, sobre todo económicos, desde la reforma a la arquitectura financiera internacional; pasando por los desafíos el desarrollo sustentable, como los temas de empleo, reducción de la evasión fiscal, y el compromiso con el libre comercio; hasta llegar a la problemática de las migraciones y el calentamiento global.

En este contexto, el G20 sigue siendo un actor crucial. Ha sido una instancia valiosa que debe preservarse. El G7 resultó "insuficiente" para discutir a nivel global los temas económicos, sobre todo la crisis del 2008.

Chile comparte la visión de Argentina sobre la próxima reunión del G20, que podemos resumir en los siguientes puntos: a) el principal foro mundial sigue siendo las Naciones Unidas y el G20 no debe sustituirla, sino contribuir a su trabajo eficaz; b) es importante elaborar una perspectiva latinoamericana realista, en coordinación con Brasil y México, miembros permanentes del G20, y con Chile como país invitado; c) Argentina buscará el mayor consenso posible, pese a las diferentes opiniones sobre temas cruciales como el calentamiento global.

Entre las prioridades temáticas, Argentina ha señalado:

- Infraestructura: condiciones y mecanismos de financiamiento.

- El futuro del mercado laboral y los nuevos tipos de trabajo frente al impacto de la digitalización y aumento de la productividad.

- Perspectiva de género: participación de la mujer en el desarrollo.

- Agricultura y seguridad alimentaria.

- Sostenibilidad energética.

- Cambio climático.

- Temas de la Agenda 2030.

- Anticorrupción.

Argentina quiere promover también la participación del sector privado en todas las actividades previstas durante el año de su presidencia, en especial en aquellas destinadas específicamente a los empresarios, el llamado B20. Es importante que la CPC y la Sofofa faciliten la presencia de los empresarios chilenos en esa instancia. Lo mismo vale para las instancias de la sociedad civil y de las organizaciones de mujeres.

La idea central que Chile defiende en todos los foros internacionales es la de avanzar hacia una gobernabilidad de la globalización con reglas claras, flexibles y justas para todos en todos los ámbitos. Esto es particularmente importante en el comercio. La reunión de la OMC el 10 de diciembre en Buenos Aires servirá para tomar el termómetro de lo que será el debate del G20.