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Cinco claves para entender la elección

ROBERTO MUNITA Abogado, master en Political Management

Por: ROBERTO MUNITA | Publicado: Martes 21 de diciembre de 2021 a las 04:00 hrs.
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ROBERTO MUNITA

Uno. Gabriel Boric ganó de forma categórica, y muchos se han apurado a decir que ganó porque en segunda vuelta se “bajó del árbol” y abrazó ideas más moderadas, propias de la socialdemocracia. Yo no estoy tan seguro. Todo ello contribuyó, sin duda, pero creo que el triunfo se debe principalmente a que Boric supo aplicar mejor la gran enseñanza de Lakoff: la gente no vota por quien le asegure mejores políticas públicas, sino por aquel candidato con el que más se conecta. Poco importó la amenaza del estancamiento de la economía o el aumento del dólar; la ciudadanía vio en Boric a un tipo que comparte los mismos sueños, preocupaciones y rabias que ella. Y eso, en tiempos de post-capitalismo, vale oro.

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Dos. Pese a la derrota, José Antonio Kast consiguió algo histórico. Obtuvo prácticamente los mismos votos que Piñera hace cuatro años, con un perfil mucho más complejo de vender (alemán, rostro del Rechazo, pasado UDI y hasta con un cameo en la franja del Sí). Hoy podría convertirse en el líder de la oposición, pero cuidado, no va a ser tan simple: los Republicanos son una fuerza minoritaria (tienen muchos menos diputados que RN y la UDI, e incluso menos senadores que Evópoli) y es una colectividad que está aún en pañales, estratégicamente hablando. Cometieron errores inauditos en primera vuelta —como el anuncio del fin del Ministerio de la Mujer— y deben aprender que la política tiene mucho de simbolismo, y pocos símbolos hablan tanto como un Ministerio enfocado en las mujeres. Ofrecer únicamente alternativas técnicas y racionales sólo lleva al fracaso. Por favor, apóyate en un Lakoff.

Tres. Parisi y Sichel fueron los convidados de piedra. Este último se marginó inexplicablemente, lo que impidió que Kast llegase a sectores liberales y de centro, algo que podría haber ayudado a equilibrar más la balanza. Y lo de Parisi es aún más difícil de entender: su tardío apoyo a Kast sólo tiene lógica si hubiese estado seguro de que ganaría. Fue puro costo para él y para el PDG, lo que es muy raro, viniendo de alguien que se supone que sabe de economía. No sólo se equivocó en la apuesta, sino que además, permitió entrever que no domina a su electorado. Los votos de Antofagasta, mayoritariamente para Boric, obligan al PDG a repensar su encuadre.

Cuatro. Para la Convención Constitucional, la elección del domingo pasado es un verdadero “game changer”. El resultado no sólo puede provocar un cambio en su velocidad, sino también en el contenido del texto. No son pocas las voces que habían conjeturado un inusitado apuro de la Convención si Kast llegaba a La Moneda, e incluso algunos se negaban a asegurar que el próximo período duraría los cuatro años que le corresponden. Con Boric en La Moneda, esas dudas quedan despejadas.

Cinco. Un episodio que puede haber influido bastante en la sorprendente tasa de participación —récord desde que se inauguró el voto voluntario— fue el alegato de la supuesta “falta de micros”, impulsado fuertemente desde el comando de Boric. Dicha acusación fue un vibrante frame generar que criticar al Gobierno, acusar infundados intentos de perjudicar a la oposición y, sobre todo, una épica para salir a, motivar a los vecinos y hacerse parte de esa provocación. Nuevamente, el transporte pasa a ser una odiosa piedra en el zapato para el Gobierno de Piñera (“no son 30 pesos”), y termina demostrando que, en política, las campañas duran hasta que se cuenta el último voto.

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