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Comer en línea

Débora Calderón Kohon

Por: Débora Calderón Kohon | Publicado: Viernes 1 de septiembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Debo reconocer que cuando comenzaron los rumores acerca del interés de Amazon por la cadena Whole Foods, no pude ser imparcial en mi mirada. Por años, y a pesar de que siempre se criticaron sus excesivos precios, estos escaparates de productos frescos, variedades orgánicas que no se encuentran fácilmente e incluso la estética de su puesta en valor, me sedujeron completamente.

Pero ya sabemos que Jeff Bezos apuesta siempre en grande, a ganador y a una velocidad que hace temblar los mercados. Hace unos días concretó la compra de la cadena por casi US$ 14 mil millones, bajó sus precios hasta en un 43% y lanzó una ofensiva de ofertas y promociones que han hecho temblar a la competencia, sobre todo a los minoristas.

La forma en que las personas están comprando está desde hace un tiempo cambiando de paradigma. Pero hasta esta semana, se trataba sobre todo de tecnología y retail, donde Amazon ya había hecho de las suyas. Cabe preguntarse ahora cómo los efectos del caso Whole Foods seguirán modificando hábitos en los consumidores, cómo deberán reaccionar otros actores del área y por cierto, cuáles serán las nuevas estrategias de crecimiento cuando, al parecer, el margen de ganancia por venta directa baja abruptamente con esta nueva forma de consumo.

En Europa, donde los pequeños mercados aún tienen una fuerte presencia en las grandes ciudades, se ve con un poco más de escepticismo la última gran jugada de Bezos. Pero en EEUU ya hay reacciones inmediatas como la decisión de Walmart de vender sus productos en el mercado online de Google.

Si pensamos en cómo se reordena el servicio al aplicar el factor “compra online” incluso en el mundo de los alimentos hay que plantearse, nuevamente, la real necesidad de contar con grandes espacios (como los que hoy usan los supermercados) para el acceso a los productos. ¿Qué pasa con cadenas cuyo gran atractivo es justamente la forma en que disponen de sus productos para el público? ¿Cómo se afectarán las marcas que distribuyen sus líneas de producción en grandes supermercados y donde la ubicación en góndola es una forma más de posicionarse frente a la competencia?

Grandes preguntas para tiempos vertiginosos en el sector donde hasta ahora ha prevalecido la idea de que el consumidor tiene lealtades frente a una cadena u otra, casi arraigadas a sus principios.

Hoy conceptos como casilleros electrónicos, envíos en 24 horas y disminución de puestos de trabajo en el sector, son algunas de las cartas que se barajan en esta revolución que probablemente tendrá un efecto dominó hacia la rama de los supermercados en todo el mundo y en la forma en que la gente compra alimentos en general.

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