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Cómo superar la inercia en infraestructura

Fernando Agüero

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En medio del ciclo de desaceleración económica que vive el país, surge una legítima preocupación acerca de lo que está ocurriendo en el plano de las inversiones en infraestructura. Estas constituyen uno de los principales motores del crecimiento y si en algo existe consenso, tanto en el sector público como en el privado, es que si no reactivamos proyectos de este tipo, será más difícil superar el ciclo de baja de la economía.


Parte del diagnóstico que explica la caída en las inversiones de infraestructura, lo que de paso nos llevó a un retroceso en el último ranking realizado por World Economic Forum (WEF), en este caso al lugar 49, se debe a cierto estado de conformismo por la tarea cumplida en este plano en las dos décadas anteriores.
A esto se agrega la discontinuidad en las políticas para el sector, poniendo énfasis en las formas más que en los resultados. Así, se impuso con fuerza la idea de que era necesario revisarlo todo, paralizando entretanto la ejecución de algunos proyectos, particularmente aquellos a ejecutarse mediante concesiones en el área de salud.


Adicionalmente, se deterioró el impulso innovador que caracterizó al sector hasta mediados de la década pasada y que ubicó a Chile en los primeros lugares de los rankings de inversiones a nivel regional. Mientras tanto, el sector continuó operando sin adecuarse a las nuevas condiciones del entorno internacional, donde hoy existe una fuerte competencia por atraer capitales para infraestructura.


Así, por ejemplo, propuestas como la de transformar a Chile en plataforma comercial para conectar a Sudamérica con Asia-Pacífico, han sido abandonadas sin mayor explicación, dejando en compás de espera los mega proyectos de pasos fronterizos y corredores bioceánicos. Junto con ello, ha habido cambios de orientación en la política de inversiones que no han sido sometidas a discusión alguna, como por ejemplo, los proyectos de conectividad territorial y, recientemente, la política de clusters, en cuyos diseños se invirtió mucho tiempo y recursos.


Mientras tanto, la propuesta de impulsar un Puerto de Gran Escala (PGE) en la zona central del país, o aquella que busca construir un túnel de baja altura para mejorar la conexión con Argentina, siguen en el papel, igual que otras buenas ideas que se han lanzado en los últimos años. El común denominador de todas ellas es que su ejecución es de largo plazo, superando con creces los períodos presidenciales. Es lo que en el Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI) hemos denominado proyectos-país, que tienen que abordarse con visión de largo plazo.


También se observa una dispersión institucional, donde el retardo en las decisiones y la falta de un discurso unificador del desarrollo, llevan a confusión y desaliento de los potenciales inversionistas y/o proveedores de financiamiento.En sustitución de las grandes propuestas de inversión con recursos del Estado que han ido postergándose, se debe repotenciar la alternativa de sumar a los actores privados, a través del mecanismo de concesiones. Afortunadamente, en los últimos días el Gobierno ha entregado buenas señales para retomar los proyectos que estimulan la asociación público-privada.


La buena noticia es que hay espacio de sobra para revertir esta inercia, entre otras cosas porque los proyectos están vigentes y porque el país cuenta con un capital intangible que es fundamental al momento de tomar decisiones de inversión: estabilidad institucional y credibilidad. De hecho, el ahorro con que cuenta el país y los activos de largo plazo que se han generado a través del sistema de concesiones,constituyenlos cimientos que permiten articular la demanda de recursos para inversión en proyectos de infraestructura, con las fuentes de financiamiento internacionales.


Por lo tanto, solo falta la decisión política para estructurar un mecanismo virtuoso de financiamiento de infraestructura de largo plazo, de modo de retomar el ritmo de inversión que observamos en el pasado reciente y que ubicó a Chile como el país más competitivo de la región en este ámbito.

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