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Cuando innovamos de mentira

Arturo Herrera Socio y Gerente General de INNSPIRAL

Por: Arturo Herrera | Publicado: Miércoles 11 de septiembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Arturo Herrera

Mostrarse como empresa “cool”. Tener un “innovation lab”. Instalar un software para que la gente suba ideas creativas. Desarrollar proyectos de “innovación”, pero sin asignar recursos. No arriesgar. Participar de estudios que fácilmente nos refuerzan que somos innovadores entregándonos un premio, aunque la verdad, no le hemos ganado a nadie.

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Salvo un pequeño grupo de empresas y emprendedores, en Chile sólo hacemos como que innovamos, como que arriesgamos, como que invertimos. Pero innovamos de mentira. Todos los estudios internacionales muestran una caída sostenida en nuestros indicadores de innovación. El más conocido, el Global Innovation Index (GII), en su edición 2019 nos posicionó en el lugar 51 entre los 129 países que considera. A todas luces un resultado mediocre. Si en el ranking FIFA estuviéramos en la posición 51º, estaríamos por debajo de la selección de Jamaica, y probablemente muy enojados. Peor aún, los últimos siete años hemos bajado 17 puestos en el ranking GII.

¿Cómo es que Chile quedó 51º en el GIobal Innovation Index este año? Lo primero: estamos muy bajos en Capital Humano e I+D. Sólo contamos con 500 investigadores por millón de habitantes (países desarrollados tienen sobre 2.000). La inversión en I+D como proporción del PIB es una de las más bajas del mundo (0,34% PIB). Vietnam, con un tercio del PIB per cápita de Chile, invierte el 0,8% de su PIB en I+D, más del doble que nosotros. En nuestro país el sector privado sólo aporta el 34% de la inversión total en I+D, cuando en países top 30 se aporte entre el 50% y 75%. En consecuencia, sólo el 0,8% de nuestras exportaciones son consideradas como de “alta tecnología”. En Corea del Sur, que hace 50 años era un país netamente agrícola y pesquero, hoy el 26% de sus exportaciones son de alta tecnología.

Desde el sector privado tenemos ejemplos de empresas que están innovando de verdad. Hace cinco años Concha y Toro creó uno de los primeros centros de I+D privado de la industria del vino a nivel global. Ahí, decenas de investigadores desarrollan tecnología para seguir liderando una industria en la que Chile es protagonista. ENAEX, proveedor de soluciones para la minería, desarrolló -en alianza con Standford Research Institute (SRI)- un robot para operar a distancia en sectores de alto riesgo de derrumbe, solución única desde Chile al mundo. Y desde las startups tenemos casos notables: NotCo, que revoluciona la industria alimentaria; o Fintual, primera startup chilena en ser aceptada en Y Combinator, la aceleradora de startups más prolífica del planeta. Primeras señales de un cambio en la tendencia.

Los países desarrollados lo son porque decidieron invertir y concentrar sus esfuerzos en innovación, ciencia y tecnología. Decidieron innovar de verdad. Hagamos el ejercicio de pensar si en nuestro ámbito de acción estamos realmente tomando la iniciativa y ejecutando las acciones que nos llevarán a innovar de forma potente. Cada uno de nosotros es responsable de hacer de Chile el país desarrollado y próspero que todos queremos.

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