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Desafíos y riqueza de la inmigración en el aula

Bernardita Yuraszeck Directora Ejecutiva Fundación Impulso Docente

Por: Bernardita Yuraszeck | Publicado: Jueves 7 de marzo de 2019 a las 04:00 hrs.
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Bernardita Yuraszeck

Hoy a las 8:10 AM, los profesores de la colegios en comunas como Recoleta, Independencia y Quilicura estarán terminando de pasar la lista de sus alumnos. Podrán constatar que varios estudiantes de su clase este año son niños inmigrantes. Niños con distintas culturas, lenguajes, conocimientos y experiencias, pero con las mismas ganas de aprender y desarrollarse. Estos profesores estarán este año, así como muchos a lo largo del país con un nuevo desafío, ¿estaremos preparados para abordarlo?

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Las cifras hablan por sí solas: la Seremi Metropolitana de Educación está recibiendo 500 solicitudes diarias de RUT provisional para estudiantes extranjeros, todos con la esperanza de alcanzar un cupo libre en escuelas que deberían haber cerrado matrícula en diciembre. Mientras, el número de inmigrantes crece año a año –entre 2015 y 2017 aumentaron desde un 2,7% a un 4,4% de la población total, según la encuesta Casen– y en 2018 se tramitaron 13.650 matrículas para extranjeros. Una cifra que sólo puede ir en aumento y que conlleva un enorme desafío para el sistema educacional.

Desde un punto de vista cualitativo, las transformaciones sociales convergen en las salas de clases. La diversidad cultural ha entrado con fuerza en los colegios de las comunas donde se han instalado mayormente las comunidades de inmigrantes de diversos países. Hay que poner los esfuerzos en que esa diversidad se valore, para evitar la xenofobia y el bullying. Más aún, desde nuestro punto de vista, hay que lograr que toda la comunidad escolar entienda la riqueza que conlleva la convivencia multicultural, para que ella genere un impacto positivo en nuestros niños.

Esta nueva realidad implica un fuerte desafío para los docentes. Los responsables de abordar la diversidad cultural en la sala de clases no fuimos educados en esa realidad, pues nuestros compañeros eran mayoritariamente chilenos, ni tampoco fuimos formados como educadores con las estrategias necesarias para enfrentar este entorno, pues no era una necesidad de la época.

Hoy los profesores se hacen cargo de educar a 40 estudiantes en una sala multicultural. ¿Cómo nos preparamos para esta situación? ¿Qué acciones toma el profesor para promover la tolerancia y el respeto por la diversidad cultural? ¿Cómo generamos el espacio para que se tengan en cuenta la diversidad de expresiones culturales, hábitos, conmemoraciones, interpretación de la historia? ¿Qué ajustes habrá que realizar al currículum con este propósito?

Mucho se ha discutido sobre política migratoria, pero poco sobre cómo vamos a asegurar la integración real de los inmigrantes en la comunidad. La escuela es un lugar natural donde aprender a convivir con respeto y paz en este nuevo contexto social. Urge, por tanto, discutir directrices e implementar espacios de formación para que los adultos que lideran estos nuevos espacios multiculturales tengan herramientas para enfrentarlo.

No es fácil enseñar y requiere buscar nuevas estrategias para adaptarse a los cambios que van convergiendo en las salas de clases. La escuela debiese ser un espacio donde toda la comunidad educativa -profesores, asistentes de la educación y apoderados- pueda estar siempre aprendiendo a enseñar. La idea es que un día todos los niños en Chile –chilenos e inmigrantes– reciban educación de calidad.

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