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DF Conexión a China | ¿Xi Jinping y un nuevo período? Nada que decir

Andreas Pierotic Ex Agregado Comercial de Chile en Beijing

Por: Andreas Pierotic | Publicado: Martes 16 de noviembre de 2021 a las 04:00 hrs.
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Andreas Pierotic

México, febrero de 2009: el Vicepresidente Xi Jinping visitó el Distrito Federal en medio de la crisis financiera y, con tono inusual para la conocida moderación de los altos funcionarios chinos, declaró ante las cámaras: "En medio de las turbulencias financieras internacionales, China fue capaz de resolver el problema de la alimentación de sus 1.300 millones de habitantes, y esa fue ya nuestra mayor contribución a la humanidad. En primer lugar, China no exporta la revolución; en segundo lugar, no exporta el hambre y la pobreza; y en tercer lugar, no se mete con ustedes. Así que, ¿qué más hay que decir?".

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Nada.

Ese debería convertirse en mantra para la clase política chilena. Ha quedado claro, como recoge el editorial de ayer en este diario, que la semana pasada los 376 máximos líderes políticos de China (integrantes del Comité Central del Partido) reunidos en Beijing publicaron una resolución de ribetes históricos respaldando a Xi. La resolución es humo blanco. Nos debe quedar claro que la reforma constitucional de 2018, que eliminó el límite de dos períodos de cinco años para la presidencia china, ha cristalizado en el consenso de la élite política china para la reelección de Xi el próximo año.

Quiero dar sólo tres antecedentes a quienes en Chile, con "barriga llena", se tienten con la peligrosa moda de apuntar con el dedo a China por este tema.

Primero, nuestra propia democracia occidental, específicamente en Europa, ha encontrado buenas razones para no tener límites para la primera magistratura. Se han dado casos de gobiernos larguísimos en Alemania (Merkel, 16 años; Kohl, 16), Francia (Mitterand, 14; Chirac, 12), España (F. González, 13), Bélgica (Martens, 12) Suecia (Erlander, 23), o Finlandia (Kekkonen, 26 años). En el caso de Xi, hasta el momento lo único cierto es que será elegido para un nuevo período de cinco años. Más allá de 2027, nadie sabe.

Segundo, es incorrecto el imaginario occidental de asimilar la extensión de Xi a Kim Jong-un o los Castro, pues China no es una tiranía, sino un sistema de gobierno altamente efectivo, de tradición milenaria que menosprecia el electoralismo occidental (troncha la armonía dicen), y que se basa en la renovación meritocrática de su élite política (si se quiere, el sueño americano, trasladado a China a la función pública). La de Xi es la 5ta generación de líderes; y el próximo año asumirá la 6ta (ninguno su pariente). Pero esta vez, con la misma cabeza.

Tercero, ¿por qué la misma cabeza? Decenas de razones da la gente de a pie en Beijing para explicarlo. Tratando de sinterizar al máximo, sería: si Xi Jinping ha alinear a los 376 de China en un Partido de 95 millones, y ha conseguido que los chinos (barriga llena, dígase de paso) sean el pueblo más optimista del mundo (IPSOS , Harvard KSG), ¿qué más hay que decir?

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