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DF Empresas y crisis | ¿Podrán resistir estas crisis las empresas familiares?

Jon Martínez E., Director del Centro de Familias Empresarias del ESE Business School Universidad de los Andes

Por: Jon Martínez E. | Publicado: Martes 9 de junio de 2020 a las 04:00 hrs.
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Jon Martínez E.

Un estudio realizado a nivel internacional por Kachaner, Stalk y Bloch, del Boston Consulting Group y HEC Paris, y publicado en noviembre de 2012 por la Harvard Business Review bajo el título What you can Learn from Family Business, concluyó que las empresas familiares eran más resilientes que las compañías no-familiares y que en tiempos de crisis tenían mejor desempeño que éstas. Uno de los factores que explicaban ese mejor rendimiento era que las empresas familiares se endeudaban menos que las no familiares. En las primeras, la deuda total equivalía al 37% del capital, en promedio, mientras que en las no-familiares llegaba al 47%.

Una investigación que hicimos en Chile hace unos años confirma la conclusión anterior. Tal como indica el gráfico, las empresas familiares tenían en promedio una relación deuda a capital de 0,59 veces, y el 70% de ellas tenía una relación menor a 0,5 veces. En cambio, el promedio de las no-familiares era 0,68 veces y el 59% de ellas estaba bajo 0,5. Mientras el estudio internacional antes citado incluía 300 empresas listadas en Bolsa, con ventas sobre US$ 1 billón, nuestro estudio en Chile incluyó 240 empresas familiares y no-familiares, no abiertas y de diversos tamaños. A pesar de la diferencia entre ambos estudios, los resultados son muy similares.

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Por otra parte, en nuestro estudio en Chile encontramos que las firmas familiares son más conservadoras a la hora de repartir dividendos o retirar utilidades. De hecho, como muestra el gráfico, estas compañías repartían, en promedio, un 39% de sus utilidades, mientras que las no-familiares un 45%. Este factor, aparte de otras cosas, ayuda a un menor uso de la caja de las empresas, lo cual también coincide con el estudio internacional -arriba mencionado- que señala que las empresas familiares son más frugales y austeras.

Todo lo anterior nos lleva a concluir que si las empresas familiares estaban menos endeudadas, y con una caja más holgada antes de las dos crisis que hemos vivido en Chile desde octubre 2019, es posible que hayan estado y estén más preparadas para enfrentar y resistir las difíciles circunstancias por las que hoy atraviesan.

Sin embargo, estos factores pueden no ser suficientes si la empresa compite en ciertos sectores de la economía. Así, a pesar de que una empresa familiar tenga poca deuda y una caja holgada, si opera en industrias tales como turismo, hotelería, restaurantes o comercio al detalle, es probable que se encuentre muy afectada. Sin duda, la ley de protección al empleo y el e-commerce ayudan, pero es posible que no alcancen a compensar el daño de no poder operar normalmente. Por algo, la mayoría de las empresas acogidas al Chapter 11 en EEUU desde marzo 2020 son cadenas de retail, hoteles y restaurantes, entre otras.

Por otro lado, afortunadamente hay empresas que no se han visto perjudicadas por la pandemia, e incluso han salido beneficiadas. Ejemplos son aquellas en el sector de equipos e insumos médicos para enfrentar la enfermedad. También aquellas que producen y distribuyen alimentos, desde empresas agrícolas hasta supermercados y pequeños comercios. En todos estos sectores hay muchas empresas familiares.

Obviamente las empresas familiares también tienen problemas, y uno de ellos, vinculado a su actitud más conservadora, es su menor capacidad de innovación. Con todo, el hecho de que en estas compañías hay una familia detrás, con una historia que preservar, una tradición de generaciones y una cultura familiar, eleva las barreras de salida de estas empresas. Esta es la "riqueza socio-emocional" de las empresas familiares y es lo que las hace más resilientes.

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