DF Lab | Disrupción desde las grandes empresas

Patricio Feres

Recordemos que la innovación disruptiva es el proceso por el que una empresa entra a un mercado con pocos recursos, se enfoca en los segmentos menos rentables y descuidados por los líderes a quienes posteriormente desplaza. Al comienzo se logra con soluciones más baratas y menos sofisticadas, pero adecuadas a las expectativas menos exigentes, comenzando en mercados inexistentes o segmentos de gama baja. La innovación sólo llega a los segmentos más rentables, cuando la calidad de la oferta es capaz de alcanzar sus estándares. La disrupción ocurre cuando el entrante se transforma en líder, generando un nuevo balance de fuerzas en la industria.

A menudo se cae en el malentendido de pensar que la innovación disruptiva solo puede venir de las startups. ¿Por qué malentendido? Porque la innovación disruptiva desde las grandes empresas no sólo es posible, sino una estrategia de alto impacto. El problema es que esto sólo sucede cuando la empresa ha generado capacidades para innovar de manera autónoma, predecible y colaborativa.

Un ejemplo es Nequi, la disrupción nacida del Centro de Innovación de Bancolombia, con el objetivo de volver obsoleta a la banca. Un equipo interno se dedicó a entender la relación básica y en muchos casos inexistente de las personas con la banca tradicional. Surge como una solución para manejar la plata en el celular, tal como lo hacen las personas con el efectivo, que busca romper con los esquemas tradicionales y democratizar la industria financiera. Ha incorporado nuevas tecnologías y servicios (alianza con PayPal), y evoluciona más rápido que la banca tradicional. La clave ha sido funcionar desde el comienzo separados comercial, operacional y tecnológicamente de Bancolombia, y utilizar su licencia y cajeros automáticos. Como bien dijo su directora Angélica Mancilla, "Nequi es el hijo rebelde de Bancolombia y el Netflix de todo el sistema financiero".

En su empresa, si usted busca desarrollar innovaciones disruptivas debe cuidar a los equipos encargados de su desarrollo, separarlos del día a día y core del negocio, y plantearles el desafío de cómo destruir a la empresa matriz desde adentro, porque probablemente hay varios allá afuera trabajando en ello.