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DF Lab | No es la raza mala

Pablo Fernández Endurance Investments

Por: Pablo Fernández | Publicado: Lunes 14 de octubre de 2019 a las 04:00 hrs.
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Pablo Fernández

Me toca manejar un fondo de venture capital y en más de una ocasión he escuchado que “nuestros emprendedores no piensan de manera global, les falta ambición y no sueñan en grande (...)”. El diagnóstico parece centrarse en que “la raza es la mala”, y de que son nuestras limitaciones genéticas, geográficas y económicas las que nos impiden generar empresas tecnológicas de clase mundial. Sin embargo, hay varias empresas que hoy están revolucionando sus industrias: Proteus, que en 2015 firmó un joint venture con Grünenthal para completar su desarrollo de un anestésico basado en algas que le reportó US$ 85 millones.

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Levita Magnetics creó la categoría de magnetic devices en la FDA, revolucionando la cirugía de precisión con sus dispositivos. Andes Biotecnología entró a FASE 2 para el desarrollo de su terapia contra el cáncer. Phage Technologies cerró una nueva inversión para completar el contrato con Bayer y abrir una planta en Europa. Cornershop se prepara a abrir Perú y Colombia, dejando atrás la fallida compra de Wallmart.Fintual sigue creciendo a 30% mensual y ya administra $ 18 mil millones cobrando solo 1% al año. Not Comprany abrió oficinas en Argentina y lanzó su nuevo producto (Not Milk). Los robots de Zippedi están haciendo pilotos con supermercados en EEUU, Colombia y Ecuador. Andes Ag está acortando el ciclo de producción de las lechugas en un 20%, y apunta a generar una agricultura con 0% de nitrógeno sintético (responsable del efecto invernadero). Protera está combinando la bioestadística con biología sintética para modificar enzimas y diseñar proteínas (pido disculpas a todas las que están haciendo cosas increíbles y no las menciono).

Todas estas empresas tienen en común que son chilenas y desarrollan tecnología de punta competitiva en los mercados más exigentes. Lo que no todas comparten es que muchas no han sido invertidas por fondos chilenos (como nosotros). No porque no queramos, sino porque somos parte de programas Corfo que tienen reglas (conocidas de antemano) que nos impiden invertir.

El mayor cambio que requiere el ecosistema debe venir de un mayor involucramiento de financiamiento privado. No como un cheque en blanco para que las administradoras lo inviertan, sino entendiendo las dificultades de esta industria, educándose en sus complejidades, exigiendo a los fondos hacer un trabajo profesional de apoyo a las startups, y creyendo que se pueden realizar inversiones rentables y de impacto en Chile.

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