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DF Transformación digital | Productividad en tiempos de crisis. Tres consejos para liderar el teletrabajo

Cristian Binimelis Squella, Director Ejecutivo Centro de Ingeniería Organizacional (CIO), Ingeniería Industrial, Universidad de Chile

Por: Cristian Binimelis Squella | Publicado: Miércoles 29 de abril de 2020 a las 04:00 hrs.
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Cristian Binimelis Squella

En tiempos de pandemia, la primera preocupación de los líderes tiene que ser el bienestar de los integrantes de su equipo. Preocuparse que se encuentren bien, que se cumplan los protocolos sanitarios y que, junto a sus familias y seres cercanos, puedan suplir las dificultades que la nueva normalidad les impone.

Para muchos trabajadores y trabajadoras se ha implementado el teletrabajo y esta nueva realidad necesita que los líderes comprendan este nuevo escenario. ¿Cómo cuidar la productividad en tiempos de crisis, más aún cuando nuestras actividades se deben hacer de manera remota? ¿Qué rol deben jugar los líderes? Junto al equipo del Centro de Ingeniería Organizacional (CIO) de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile hemos preparado una breve guía de consejos prácticos que esperamos sirvan a quienes hoy están trabajando de manera remota para que puedan llevar de la mejor manera posible estas semanas de necesario confinamiento.

Primero entender y empatizar. Estamos viviendo una transición acelerada al futuro en el mundo del trabajo. Hace no tanto tiempo la necesidad de una transformación digital era vista como algo necesario, pero distante. Hoy, por la crisis sanitaria, es una realidad que llegó de golpe para muchas organizaciones. Es necesario que comprendamos esto a cabalidad: la transformación organizacional no es sólo "trabajar desde la casa", es un cambio fundamental de los paradigmas en los que hemos construido la forma de generar productividad en los últimos años.

Este cambio de paradigma hace necesario evaluar si las personas, los equipos y las organizaciones poseen las competencias para el trabajo a distancia que son distintas a las del trabajo presencial. También supone una transformación cultural para que sea efectiva en la urgencia, con cambios en nuestras rutinas a una "presencialidad adaptada". Es decir, a una circunstancia híbrida entre el trabajo presencial y a distancia. Para ello se necesitan altos niveles de coordinación entre los roles personales y laborales que requieren de mucho soporte emocional y asumir, hombres y mujeres, la corresponsabilidad en el cuidado de las personas dependientes. Hay que asumir que habrá un mayor nivel de tensión familiar y personal para cumplir bien con la multiplicidad de roles y eso requiere que los líderes empaticen con la realidad de las y los trabajadores.

Segundo, planificar. Hay que distinguir qué parte del trabajo se realiza en línea y qué parte no. El trabajo a distancia no es una conexión eterna a la cámara web. Eso es altamente estresante e improductivo. Hay que repensar los procesos de trabajo orientándose más a los resultados. Es necesario saber ocupar las herramientas digitales a su mayor capacidad y para esto no hay que temer preguntar a los que más saben, los nativos digitales, para focalizar el trabajo a los resultados que se requieren, con la ayuda en función de las competencias que el equipo dispone. Los líderes no deben agobiar de más con reuniones eternas intentando emular la presencialidad que se tiene en época de normalidad en los puestos de trabajo. Debe pensar quién tiene que hacer qué y asignar tareas individualmente, reduciendo al mínimo las interacciones largas por video- conferencia con grupos masivos. Finalmente, debe asegurar que el trabajo se haga sin hacer perder el tiempo a su equipo. Todos están en el mismo nivel de agobio.

Tercero, pero no al final, confiar. Muchos líderes aún basan su mando en el control y la desconfianza. Duplican pedidos, enemistan equipos, dividen funciones. Si esto no es útil ni productivo en tiempos normales, menos lo es en tiempos de teletrabajo. Una nueva legislación recientemente aprobada vendrá a poner límites a la forma en que el trabajo remoto se organiza. Sin embargo, sabemos que la ley es el límite, no es la buena práctica y menos la que garantiza la mejor productividad. Confiar en que los miembros del equipo harán sus tareas, aún cuando no los supervise directamente, supone un nivel de integridad en las relaciones que es responsabilidad del líder construir. Son días complejos para todas y todos, pero es rol de los líderes ser capaces de conducir a sus equipos y organizaciones en estos tiempos de incertidumbre.

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