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¿Donaciones o fundaciones?

Ricardo Fischer Socio F&Z Asesorías

Por: Ricardo Fischer | Publicado: Martes 13 de junio de 2017 a las 04:00 hrs.
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Si un chileno altruista en Chile quiere dedicar sus recursos, capacidad de gestión y energía para contribuir con la sociedad, lo puede hacer por medio de donaciones, que cuentan con beneficios tributarios para un número bastante restringido de propósitos. A modo de ejemplo, si alguien quisiese hacer una donación para ser destinada a investigación y desarrollo, no puede por este medio. Preferirá invertirlo en beneficio de su empresa, donde lo contabilizará como gasto. De otro modo tendría que pagar impuestos antes de entregar los recursos a un tercero. Además, las donaciones son puntuales en el tiempo, lo que dificulta un trabajo sistemático. El año 2016 éstas alcanzaron en Chile alrededor de US$ 45 MM, esto es menos del 0,1% del presupuesto de la nación.

Dado que los recursos del Estado son limitados, éste debe priorizar su presupuesto, debiendo dejar de lado destinos que pueden ser importantes, pero no lo suficiente para incluirlos. Si un privado desea cubrir algún aspecto no cubierto completa o parcialmente por el Estado, debe hacerlo con recursos que ya pagaron los impuestos correspondientes.

Por esto parece razonable la incorporación de incentivos tributarios para la creación de fundaciones sin fines de lucro, que tengan permitido un rango amplio de áreas que deseen abordar, de modo que la cifra aumente de manera significativa. Así como la Fundación Chile comenzó con el aporte de AT&T y del Estado de Chile (50% cada uno), producto de la negociación por la indemnización correspondiente a la expropiación de las instalaciones de la primera, y que hoy goza de un reconocido prestigio, se podría dar la oportunidad a privados para que imiten este buen ejemplo en diferentes áreas.

Pensemos en el caso de EEUU, en que existen incentivos tributarios para esos fines. Al año 2014, las fundaciones administraban un total de US$ 865.000 MM y entregaban recursos por US$ 60.000 MM anualmente, es decir 3,5 veces el PGB chileno y una vez el presupuesto 2017 respectivamente. La mayor fundación fue creada por el matrimonio compuesto por Bill y Melinda Gates, que en 2014 donó US$ 3.500 MM. El dueño de Facebook, Mark Zuckerberg, anunció que donará el 99% de sus acciones (hoy valen US$ 44.000 MM) para destinarlas a educación personalizada, curas para enfermedades, etc. Es decir, algunos ven su riqueza también como una oportunidad para retribuir a la sociedad.

El nivel de riqueza que se ha creado en las últimas décadas en Chile, en que muchos han dedicado sus energías a crear, expandir y desarrollar empresas, da espacio para que algunos deseen dedicar parte de sus recursos y/o capacidad de gestión para hacer una contribución a la sociedad, sin necesidad de ganar dinero.

En una entrevista Jack Ma (dueño de Ali Baba), cuya fortuna supera los US$ 30.000 MM, decía: “Cuando tienes US$ 1 MM es tuyo, cuando llegas a tener US$ 20 MM vives preocupado de las variaciones de los mercados, inflación, etc., pero cuando llegas a los US$ 1000 MM ya no son tuyos, pertenecen a la sociedad, pues te debes a ellos”. Es un pensamiento inspirador, pero para que eso pueda transformarse en una realidad en Chile se requieren modificaciones a la actual legislación, en que se establezcan incentivos tributarios para tal objeto.

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