¿Dónde quieren vivir realmente los millennials?

La irrupción de la generación de los millennials (o la llamada generación Y) ha demandado una reconfiguración completa de distintas áreas que se regían por códigos hoy obsoletos. Su aproximación al trabajo, la forma en la que consumen productos y servicios, la valoración de la experiencia por sobre cualquier otro atributo, son muestras concretas de cómo este grupo etáreo cambió por completo las reglas del juego en diferentes industrias, incluida la inmobiliaria.

A nivel mundial es posible observar una tendencia que es común y que se relaciona con el tiempo que los millennials están tomándose para decidir la compra de una vivienda. Para muchos, los elevados precios o las deudas que arrastran desde su época universitaria, son algunos de los factores principales que los están llevando a preferir extender la permanencia en casa de sus padres o, en su defecto, dar los primeros pasos en el rubro inmobiliario a través del arriendo de una propiedad.

Hacia fines de 2016 Business Insider informó que casi un tercio de los millennials en Estados Unidos cree que se encuentra a tres o cinco años de comprar una casa, mientras que el 24% estima que ese periodo podría ser al menos de cinco años. En España, en tanto, el 80% de los jóvenes que pertenece a esta generación afirmó en una encuesta que se ve forzado a arrendar una casa o un departamento, porque simplemente los precios para comprar están fuera de su alcance y tampoco quieren atarse a un compromiso financiero que no están dispuestos a asumir a tan temprana edad. De hecho, prefieren invertir sus primeros ingresos en viajes, experiencias o incluso emprendimientos que satisfagan su curiosidad sobre el mundo. Para ellos, el tiempo de comprar una casa vendrá más adelante.

Lo anterior, sin duda, ha demandado una reconfiguración de la industria inmobiliaria. Y cómo no hacerlo si para 2025 los millennials representarán cerca del 70% de la fuerza laboral a nivel global, según un estudio de Deloitte de España, el cual agrega que actualmente representan el 35% en América Latina.

Quienes sí están comprando lo hacen apoyados en un mayor acceso a información y claridad respecto de lo que buscan. Esta generación no duda en pedir mejores espacios, construcciones de mayor calidad e incluso sustentables. ¿Estamos preparados?

En su rol de drivers de la economía mundial, debemos mirar muy atentos a esta generación y cómo se relaciona con la industria inmobiliaria. Ese comportamiento traerá nuevas oportunidades de crecimiento para todos sus actores y mejoras en áreas que hoy son críticas al momento de decidir la compra de una vivienda. Considerar la importancia de la generación millennial en la economía, y particularmente en el mundo inmobiliario, nos permitirá diseñar un panorama inmobiliario de valor agregado para acoger a quienes, en menos de una década, serán el gran motor del país.