El desafío urgente de aumentar la productividad

Durante las últimas cuatro décadas, Chile ha experimentado una profunda transformación de la mano de un modelo económico que privilegia el emprendimiento privado por sobre el impulso estatal para generar crecimiento, riqueza y bienestar. Es un hecho que nuestro país ha registrado una notoria mejoría en casi todos los indicadores mostrando hoy un alto índice de desarrollo humano y uno de los mejores niveles de calidad de vida de la región.



Sin embargo, los muchos avances que el país ha conseguido son y serán insuficientes para hacer que estas transformaciones se traduzcan en desarrollo pleno en tanto no se produzca un fuerte aumento de la productividad.

La evidencia muestra que las empresas nacionales, sobre todo las grandes corporaciones, alcanzan una productividad muy baja en comparación con la de sus pares de países desarrollados. Por ejemplo, un estudio realizado por la consultora McKinsey evidenció que la productividad del retail chileno representa sólo el 29% de la que muestra su símil en EE.UU., mientras que la productividad de la banca equivale al 39% de la que exhibe dicha industria en el país del norte.

Desde mi perspectiva, para dar el salto en productividad que nuestra economía requiere es necesario que las empresas locales mejoren la forma cómo llevan a cabo sus procesos de negocio. Nuestra experiencia ha dejado en evidencia que la mayoría de las organizaciones nacionales, sobre todo las más importantes, exhiben escasa voluntad de querer replantearse desde sus cimientos la forma cómo conciben su estrategia y modelo de negocio, a fin de diseñar la arquitectura de procesos que les permita asegurar que estrategia y modelo se materialicen de manera eficiente. Si esto se hiciera, se generaría la posibilidad de implementar procesos bien diseñados que introduzcan el uso de analítica para optimizar el manejo de los recursos, más el apoyo de las TI para implementarlos. Esto, aunque complejo, es factible tomando en cuenta los múltiples casos que así lo prueban.

De ello hemos sido testigos a través de centenares de casos aplicados en el Magíster en Ingeniería de Negocios (MBE, por su sigla en inglés), donde -a partir de las oportunidades que ofrecen las TI- se han introducido cambios en el diseño de los modelos, procesos y prácticas de conocidas empresas privadas e instituciones del sector público, particularmente hospitales, observándose sorprendentes aumentos en la productividad de dichas organizaciones en un muy corto plazo.

Aunque numerosos, estos ejemplos son apenas una muestra de lo que podría ocurrir en Chile si el empresariado asume decididamente su rol protagónico como impulsor de cambios en el management. Si lo hiciera, estos se traducirían en una mayor productividad, una mejor relación con sus clientes y, especialmente, en una contribución aún más decidida a que Chile pase a integrar el exclusivo club de las economías desarrolladas.