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El mercado y el Estado subsidiario

FELIPE SCHWEMBER Universidad Adolofo Ibáñez

Por: FELIPE SCHWEMBER | Publicado: Jueves 11 de noviembre de 2021 a las 04:00 hrs.
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FELIPE SCHWEMBER

En una reciente entrevista que dio para la revista estadounidense "Jacobin", Daniel Jadue afirma, entre otras cosas, que "en la práctica [el Estado subsidiario] significa asumir que simplemente nunca habrá recursos comunes para satisfacer las necesidades de toda la población". Esta caracterización es muy reveladora, sobre todo cuando se la vincula con la explicación que el periodista ofrece del proyecto implementado por la Municipalidad de Recoleta —y que supongo no desagradaría al alcalde—, como el intento de "proporcionar bienes vitales por bajo el precio de mercado".

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Todo esto es interesante por varias razones. Primero, porque la finalidad del Estado subsidiario es, precisamente, asegurar que las necesidades de toda la población estén cubiertas. Por esa razón procura que bienes vitales se ofrezcan bajo el precio de mer-cado y, en algunos casos, de modo totalmente gratuito. Jadue, sin embargo, parece creer que los partidarios de la subsidiariedad renuncian a priori a esa finalidad. O, dicho de otro modo, Jadue asume que los partidarios del Estado subsidiario, a su vez, asumen que las necesidades no podrán ser satisfechas.

Quizás Jadue cree que esta última asunción se debe a que tales partidarios carecen de la voluntad para satisfacer esas necesidades (por ejemplo, porque sólo les preocupan sus intereses de clase) o porque piensan que son imposibles de satisfacer y se resignan a ello (resignación que sería fácil, toda vez que ellos, presumiblemente, no padecerían los efectos de la referida imposibilidad). O tal vez cree que esa renuncia se explica por una combinación de ambas cosas al mismo tiempo.

En segundo lugar, la caracterización es interesante porque, a la hora de referirse a la satisfacción de las necesidades, Jadue sólo menciona los recursos comunes. Pero, ¿y los privados? ¿No se debe contar con los recursos y esfuerzos privados al momento de diseñar una política que busque erradicar la necesidad?

El Estado subsidiario procura erradicar la necesidad —la pobreza— combinando los esfuerzos públicos y privados y focalizando, además, las prestaciones sociales en quienes más la requieren. Si se intenta paliar la necesidad sólo con recursos comunes o, peor, si se intenta que todos los recursos sean comunes para hacerlo, entonces lo que ocurrirá, como nos ha enseñado repetidamente la historia de los países comunistas, es que la necesidad se multiplicará. La revolución venezolana, a la que Jadue menciona en la entrevista a propósito de los aplausos que le prodigan sus camaradas, es un ejemplo de ello.

La previsible multiplicación de la necesidad en esos casos se debe a que sólo se pueden proporcionar bienes vitales bajo el precio de mercado si y sólo si otros bienes —incluidos también bienes vitales— se ofrecen a precio de mercado. El libre mercado es la institución más importante en la erradicación de la necesidad. Por eso el Estado subsidiario, que lo contiene, es preferible a sus alternativas.

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