Columnistas

Emprender es más que ser “cool”

Camila Sánchez Directora de Emprendemos

Por: Camila Sánchez | Publicado: Martes 15 de enero de 2019 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Camila Sánchez

La definición de éxito es tan subjetiva y variada que sería una insolencia clasificarla, y si le preguntan a un emprendedor si se siente exitoso, es muy probable que no lo reconozca. La elección de ser emprendedor siempre ha sido un camino sinuoso y lleva consigo una cantidad de aprendizaje a la fuerza que no puedo sino dejar lecciones. Y como el emprendedor sabe de dolores, aprende a identificar los problemas cotidianos y, así, a solucionarlos casi siempre de manera innovadora.

Imagen foto_00000002

Pero, ¿qué es lo que diferencia a un emprendedor consolidado (más de 42 meses de vida) de uno que deserta en el camino? En Chile somos pioneros en emprender —23,8% según el Global Entrepreneurship Monitor—, pero somos aún mejores en desertar: el 80% no llega a los tres años. Son números preocupantes y que nos desinflan el pecho de inmediato.

¿Cuáles son las características de los emprendimientos que sí logran salir adelante? Suena a cliché, pero son aquellos que tienen un propósito, un sentido; son quienes quieren cambiar el mundo de alguna manera y transforman eso en su primer motor. Que el proyecto sea rentable o lucrativo es un efecto secundario al cual no le ponen demasiada atención. ¿Curioso, no? Se suele pensar que el emprendedor quiere ser su propio jefe y para eso necesita auto sustentarse, pero el que busca eso como fin primero generalmente fracasa.

Las últimas tendencias muestran que el consumidor de hoy no es seducido por marcas, sino por experiencias que permanezcan. Y por eso, los emprendimientos que repiten su propósito y aporte al mundo como mantra son los que hacen más ruido y construyen las mejores experiencias. El emprendedor que logra encantar con su aporte a la sociedad —con real pasión y perseverancia— suele encontrar una buena acogida. El que presenta ideas innovadoras, no necesariamente nuevas, sino mejoras sobre cómo mejorar la vida de las personas, ése es el que casi siempre triunfa.

Al comienzo se equivocan mucho, pero van mejorando con la práctica y eso es lo que los lleva al éxito. No esperan a entregar el mejor y último producto, sino que presentan su solución aunque sea “mejorable” con el tiempo. No son personas que nacieron con un cromosoma especial, son simplemente ciudadanos que buscan soluciones cotidianas, pero significativas, a problemas conocidos. Creen en su propuesta de solución a pies juntillas, aunque eso signifique no ser rentables de buenas a primeras.

Sería bueno desmitificar eso de que ser emprendedor es sinónimo de “cool”, porque la mayoría de ellos se siente solo y preocupado. Su mayor aprensión es el financiamiento y son tan atrevidos, que privilegian la idea de cambiar al mundo por sobre su propia rentabilidad.

En un escenario ideal, se les darían mejores apoyos económicos a estos “locos” que quieren cambiar el mundo. Porque, ¿qué sería de la sociedad sin estos tipos audaces que, cuando logran sostenerse, contribuyen a mejorar la economía y la calidad de vida de las personas?

Lo más leído