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En “las sombras” del G-20

Rafael Rincón-Urdaneta Z. Director de Estrategia y Relaciones Internacionales Fundación para el Progreso

Por: Rafael Rincón-Urdaneta Z. | Publicado: Viernes 30 de noviembre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Rafael Rincón-Urdaneta Z.

Antes de escribir esta nota hice una rápida encuesta. Sin rigurosidad metodológica y sólo por diversión, pregunté a un puñado de personas qué habían escuchado o qué sabían del G-20. “¡Rápido! 10 segundos. Lo primero que se te ocurra”. Trump, China, desarrollo, países ricos, guerra comercial. ¿Merkel? Nadie recordaba cómo se llamaba “el chino ése”, pero se referían a Xi Jinping, “el que está fastidiando a los gringos”. Y alguien dijo que esas cumbres son puro blablablá. Declaraciones pomposas, algodón de azúcar.

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Quizás un par de líderes acaparen las cámaras y los titulares. Habrá análisis de sus miradas y gestos —que si no le dio la mano, que lo miró feo— y es probable que ciertas declaraciones queden en discursos empalagosos e inocuos. Pero aunque en el peor de los casos así fuera, “en las sombras” del G-20 se produce un trabajo continuo serio, muy interesante, que a veces la prensa y los tomadores de decisiones públicos y privados pasan por alto. Hablo al menos por la experiencia que conocí in situ durante todo este año: la del Think 20 o T20.

El T20 reúne a los mejores think tanks de todo el mundo, todos muy prestigiosos, para hacer recomendaciones de políticas públicas concretas basadas en investigación y evidencia. Su propósito es ampliar la visión del G-20. Y vaya que hace falta, con los increíbles cambios acelerados y disruptivos que estamos viviendo.

En 2018, los más de 150 think tanks, representantes del sector privado y organizaciones internacionales de más de 60 países —fue cercana a cero la presencia chilena, por cierto—, se ordenaron en 10 task forces o grupos de trabajo. En el que participé, sobre los desafíos del trabajo y la educación en la era digital, hubo discusiones muy relevantes que deberían estar 24/7 en nuestros medios, en la academia, en la sociedad civil y en la política en general.

Lo más promisorio a mi juicio, más allá de los detalles de las propuestas, fue la aproximación práctica, proactiva y no fatalista de las discusiones, el foco en las personas, la racionalidad, el llamado a repensar todo y la urgencia que nos demanda este mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo (VUCA, por sus siglas en inglés).

Hoy, los peores enemigos de las buenas políticas públicas y el liderazgo responsable son los antónimos de lo que acabo de listar: la teoría sin soluciones, la reactividad inexcusablemente tardía; el fatalismo apocalíptico de “paremos el mundo, que nos liquidan los robots”; la idea de defender cuchillo entre los dientes puestos de trabajo y no personas; la irracionalidad ideológica y la que activa el pánico; el apego a conceptos y modelos obsoletos, y la creencia de que los desafíos “se vienen” y no que ya están aquí.

La invitación es a poner el marcapáginas en la producción analítica e intelectual del T20. La sección de publicaciones del sitio oficial t20argentina.org tiene documentos que, aunque menos llamativos que los flashes y las anécdotas curiosas, pueden ser una fuente útil de ideas. Y también una guía de prioridades y evaluación de políticas y liderazgos.

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