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Encontrar el origen...Tick Tack, Tick Tack

Por: Columna de Felipe Bravo, gerente de Estudios y Estrategia de Sartor Finance Group | Publicado: Lunes 13 de julio de 2020 a las 13:05 hrs.
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Columna de Felipe Bravo, gerente de Estudios y Estrategia de Sartor Finance Group

Parafraseando a la serie Dark de Netflix, "no existe la magia, sólo es ilusión; las cosas cambian cuando nosotros las cambiamos", se hace una realidad concreta dada la actual discusión política-económica. Soy un convencido de que las necesidades a corto plazo de dinero de la mayoría de las familias son el real problema que debe discutir el Congreso y no la propuesta de disponer de parte de los fondos que administran las AFP.

Resulta evidente que las medidas del gobierno han sido insuficientes y, dada la magnitud de la pandemia, difícilmente darán abasto. Sin embargo, esto no debe verse como una mala gestión, sino que es reflejo de la incertidumbre por la que atravesamos, donde muchos tienen "la solución a los problemas", pero nadie tiene la verdad.

En concreto, el plan propuesto para apoyar a la clase media con subsidios al arriendo o préstamos financiados por el Estado va en la dirección correcta, evidentemente de forma tardía y por montos insuficientes, pero esa debe ser la discusión que debe darse en el Congreso y no la de retirar fondos destinados a la pensión, en proyectos que no se hacen cargo de recuperar adecuadamente lo descontado de los fondos de los cotizantes, lo que sin duda reducirá la pensión futura de los ahora supuestamente beneficiados.

Me gustaría contribuir al debate señalando algunos elementos de cómo funciona la toma de decisiones de las familias de clase media de manera de apoyar la discusión en el Congreso, puesto que siento que parten de una concepción errada al no saber cómo viven y enfrentan el día a día sus electores que forman parte del Chile promedio.

Más allá de la oportunidad de los anuncios a la clase media, no podemos olvidar que es ese sector el que pocas veces se ha visto beneficiado de las políticas públicas, pues ganan mucho para optar a beneficios, pero a la vez ganan poco para gozar de una independencia completa de la ayuda gubernamental. Es más, todo lo que tienen lo han conseguido con su esfuerzo y con el apoyo del mercado de capitales, y no con el Estado.

Respecto a este último punto, se menciona como crítica que el apoyo fiscal es a base de endeudamiento. Si bien es cierto, esto es un problema y el Banco Central lo monitorea de manera permanente. La propuesta de un préstamo a tasa de interés UF+0%, aproximadamente 3,0% anual, es un cobro realmente insignificante respecto al precio que típicamente se endeuda un chileno promedio. Basta recordar que la tasa promedio de los créditos de consumo fue 19,9% anual en junio y, peor aún, la Tasa Máxima Convencional que hoy se cobra es de 35,3% al año. Como si esta comparación fuera insuficiente, resulta aberrante que algún político aluda al pago de intereses dado que la gran mayoría de las familias de clase media, al momento de tomar un crédito para poder llegar a fin de mes, no mira la tasa de interés del mismo, sino que la cuota mensual que puede pagar.

Es más, no sólo considero favorable al deudor esta alternativa, sino que también lo veo como una vuelta de mano del gobierno. No debemos olvidar que es la clase media la que mueve la economía, ya que con su capacidad de gasto no sólo apoya el progreso del comercio y al emprendimiento privado, sino que también financia al Estado con el pago de IVA, contribuciones y con el impuesto a la renta, entro otros cargos.

En esa línea, y como suele ocurrir, el gobierno se queda corto pues ha impuesto una serie de requisitos para acceder al crédito, que como siempre son engorrosos y difíciles de entender. Aunque resulta evidente que las restricciones presupuestarias son cada vez más activas, delegar al tecnicismo este tipo de restricciones sin mirar lo que toda familia chilena necesita parece un despropósito y abre espacio al populismo.

Acá el problema no son las AFP y el desafío no es apelar a los recursos que ellas administran pues sin duda el daño en las pensiones será irremediable. En simple: se necesita más ahorro para las pensiones, no menos.

Permítame terminar señalando que el gran fondo de pensiones de la clase media son los hijos profesionales que apoyarán a sus padres cuando llegue el momento del retiro, pues ni antes ni menos en el futuro se lograrán mejores pensiones mientras no se ahorre más. Por eso, mi llamado a las autoridades es que sean ingeniosas y aprovechen de avanzar en acuerdos con convicción y no sigamos llegando tarde pues las necesidades son ahora.

 

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